Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Aquellos tiempos en los que se decía: comeremos frijoles con tortillas y chile… eran los que mostraban la pobreza. Porque cuando había para carne, era vigilia.
Con el paso de las décadas, el México que sembraba maíz, frijol y chile se ha ido. Hoy la alarma suena y explica: falta de fertilizantes impiden la siembra del grano mexicano y que se ha exportado al mundo cuyo nombre primitivo es conocido como teosintle.
En cuanto al frijol, las investigaciones realizadas coinciden en identificar el origen del frijol en Mesoamérica, concretamente en México, desde Jalisco hasta Oaxaca, y de ahí la especie migró a Sudamérica. El aislamiento geográfico dio lugar a dos acervos genéticos: el Andino y el Mesoamericano, de acuerdo con la publicación de la Revista fitotecnia mexicana.
Y el chile serrano es originaria de las regiones montañosas de los estados de Puebla e Hidalgo. Sus frutos maduran de verde a rojo y su tiempo de maduración es de unos 75 días.
Todo ¡muy mexicano!
Ahora, sin embargo, se avizora una escasez de los dos primeros productos. Del tercero, México ha sido inundado por producción china. Así que sobra.
Lo preocupante es lo que se dice desde Palacio Nacional y la realidad.
En el Virreinal Inmueble, se afirma que los campesinos reciben el fertilizante ¡gratis!
Falso. Lo cobran.
Una muestra de ello es la declaración de Marcelo Zárate Rodríguez, presidente de la Unión de Productores de Maíz del Bajío, asociación que aglutina aproximadamente a 12 mil agricultores de los estados de Jalisco, Guanajuato y Michoacán, entrevistado por la Organización Editorial Mexicana y cuya esencia se finca en la falta de fertilizante.
Dice: “(…) nos dijeron que no hay fertilizante suficiente en el país y que el que esperaban que llegara de Rusia y Ucrania no llegó y que no hay fecha como para decir cuándo llegará más.
Por cuanto al frijol, México importará de argentina, según comunicado de la Secretaría de Economía. Tatiana Clouthier, dijo que el gobierno abriría cupos a productos de la canasta básica para apoyar a la economía de las familias.
¿Qué significa?
No hay que ser clarividente para atinar: la producción agrícola nacional va en picada y no hay forma de recuperar lo perdido. Sin fertilizantes la tierra no responde y la siembra es pobre… y la cosecha, cuando se da, escasa.
Los más afectados por la escasez de productos de la canasta básico son los que menos tienen. Y los que pueden adquirir al precio que sea, no los encuentran .
Bien decía José López Portillo que no hay nada más caro que lo que no se puede comprar.
El secretario de agricultura, Víctor Manuel Villalobos, ha guardado silencio y cuando habla, es parea presumir la balanza comercial en el sector que “es superavitario” y desde el Consejo Nacional Agropecuario se festina la exportación de frutas, legumbres y cárnicos. Aquí los precios, debido la inflación incesante, son superiores a los fijados para los adquirientes extranjeros y con menor calidad.
¡Qué bueno que se exporte!
¡Qué malo que la escasez les pegue a los mexicanos!
Sin apoyos económicos, con energía y agua a precios de oro, sin fertilizantes, con precios de garantía que no cubren los costos y con una política de ayuda a “los amigos”, parecería que estamos entrando en una espiral, hacia abajo no hacia arriba, cuyo resultado será hambre y más hambre.
Sin maíz, frijoles y chile y claro, la sal, los tacos para engañar el hambre ¿también desaparecerán?
Sabemos la respuesta: es una campaña de los conservadores que quieren afectar a mi gobierno. A pesar de todo, seguiremos atendiendo “primero a los pobres”.
La alarma está encendida. ¿Quién la apagará y con qué?
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