A la Vuelta de la Esquina
IVAN RUIZ FLORES
¿Inició la sexta vida de San José de Gracia? El escritor e historiador Luís González y González, nativo de aquel poblado y autor de “Pueblo en Vilo”, en cuya obra señalaba, por ejemplo: “Para 1860 el pueblo había tenido ya cinco vidas, siendo poblado y abandonado en distintos momentos históricos”.
Y como si fuera una premonición, en su tiempo el autor dijo en el prólogo de aquella obra dedicada por a la memoria del general Lázaro Cárdenas y de don Federico González Cárdenas:
“La vida de este pueblo muchas veces ha recibido presiones foráneas. Por otra parte, difiere notablemente de la vida directora del país; tiene otra sustancia y otro ritmo. Para apreciar la diferencia que lo separa de las vanguardias nacionales y estatales y medir los trastornos que ha recibido de ellas, parece indispensable referirse a ellas. Por esta razón antes de reseñar, en cada período, los minúsculos acontecimientos de la vida local, se esbozan los sucesos mayúsculos de la vida nacional de México y los medianos de la existencia regional michoacana”.
Pues bien, hoy, a raíz de los homicidios por fusilamiento de 17 o más o menos personas, es posible que sí el escritor hubiera anexado una “vida” más al poblado.
Sí, porque más adelante González y González expone:
“Desde el punto de arranque se presentan los problemas. No es fácil partir, como en otros campos de la historia, con un equipo adecuado de esquemas anteriores, de interrogatorios hechos, de hipótesis de trabajo y de modelos. Por lo pronto, en el caso presente no se partió de ningún símbolo o modelo ideal; ni siquiera se hizo un catálogo de las preguntas que convendría resolver. Se entró al tema con un mínimo de ideas previas y prejuicios, con mucha simpatía y algunas antipatías”.
En México en 2021, de acuerdo a las notas periodísticas aglutinadas por la agrupación Causa en Común, se registraron 529 masacres, de las cuales por lo menos 235 ocurrieron en Michoacán, aunque también las hubo en Guanajuato, Zacatecas, Jalisco, Estado de México, Puebla, Durango, Yucatán, Aguascalientes, Baja California Sur y Querétaro.
2022 inició de terror al inaugurarse un fusilamiento masivo y “la limpieza” del lugar por parte de los criminales, sin que sepa a qué cementerio clandestino o basurero fueron a dar los restos de los masacrados presuntamente por esbirros del Cártel Jalisco Nueva Generación.
“Sanguinarios”, es el adjetivo que se merecen estos asesinos que el pasado 27 de marzo masacraron a las personas que habían estado presentes en un velorio de la madre de un presunto delincuente.
Y como los militares llegaron tarde (para variar), de ahí que tengamos la osadía de recordar a Luís González y González, quien en el libro mencionado sobre la tierra donde nació expone acerca de Plutarco Elías Calles, presidente de México, en tiempo de los cristeros:
“Michoacán no conoció las actividades constructivas de don Plutarco y sí la amplia variedad de las destructivas; cierre de escuelas y conventos; trabas al culto, “aun el que los católicos celebraban privadamente en sus casas”; confiscación de asilos y clausura de los centros productores de sacerdotes que funcionaban en Morelia, Zamora y Tacámbaro. El 8 de marzo de 1926 el gobierno ordenó la clausura del seminario conciliar de Zamora. La veintena de jóvenes josefinos que estudiaban allí volvieron al pueblo a erigir la Acción Católica de la Juventud Mexicana local y emprender una sigilosa campaña de instigación. Llegó también a raudales la propaganda impresa de orientación antigobiernista. Los discursos de Anacleto González Flores y otros líderes católicos se leyeron y difundieron y levantaron ámpula”.
Sí, como escribiera Jorge H. Hernández, en Letras Libres en 1910, en su trabajo “La historia como Conversación” sobre “Pueblo en Vilo” la obra de González y González, misma que habla…
“De cómo pasó el vendaval de la revolución cristera entre 1925 y 1932, de cómo se vivió la revolución agraria entre 1933 y 1943, para luego hacer una radiografía del pueblo entre 1943 y 1956, su transfiguración y los primeros síntomas de emigración, hasta trazar la ventana y espejo de sus páginas entre 1957 y 1967 con la llegada de teléfonos, televisiones, nuevas aguas y nuevas decoraciones arquitectónicas para el paisaje… y todo para desembocar en lo que don Luis tituló “Lo de siempre”, los “Dichos de ayer y hoy”, un epiloguillo y, después, agregarle posdatas, mapas e incluso fotografías a las sucesivas ediciones de una novela verídica que se lee como lo que es: pura literatura y de la mejor”.
¿Hoy San José de Gracia inicia otra “vida”?