SILVESTRE VILLEGAS REVUELTAS
Desde el punto de vista de la historia de occidente, que es a la que pertenece México como país independiente, la guerra ha sido quizá el principal elemento de la historia europea. Salvo los cuarenta y tantos años que van de la caída de Berlín (1945) a inicios de los años noventa cuando la antigua Yugoslavia se desintegró y comenzó lo que se ha dado en llamar la Guerra de los Balcanes, los europeos llevan guerreando entre sí desde, por lo menos, dos mil años atrás cuando Julio Cesar escribió su texto Comentarios sobre la guerra de las Galias. El Imperio Romano fundamentó su existencia política y sustentó su economía en las conquistas que por igual realizó en Egipto que en Tracia, Iberia y las islas británicas sin poder conquistar las norteñas tierras que hoy conocemos como Escocia, donde sufrió importantes derrotas militares a manos de belicosos, “bárbaros, salvajes y primitivos pictos”. Porque el civilizado, el ciudadano, era el romano que hablaba latín, su vestimenta era la toga, calzaba sandalias, creía en el panteón greco-romano, comía a la mediterránea, bebía vino y conocía de la literatura que nosotros hoy llamamos clásica. En cambio, los bárbaros en la Europa romana hablaban lenguas germanas, vestían pantalones, utilizaban chalecos, pelo largo y barba tupida. Creían en otro panteón de dioses “sanguinarios”, su derecho se basaba en las costumbres, podían ser antropófagos y un lindo etcétera. Éstos, genéricamente en las fuentes documentales romanas fueron conocidos como los bárbaros del norte, los germanos bárbaros y todos los males provenían del extenso y muy plano Este. La inmensa porción geográfica comprendía, según la nomenclatura actual, desde las planicies sajonas, la llanura danubiana y los montañosos Balcanes hasta los confines mongoles, de China y la estepa siberiana. Se les enfrentó y se les temía por igual a los vándalos de origen germano que a los hunos de ojos rasgados y caballos pequeños.
Cayó el Imperio Romano de Occidente a mediados de los años 400 DC a manos de los germanos y mil años después el Romano de Oriente a manos de los turco-otomanos. En Europa se estableció lo que la historia ha llamado como la Edad Media, Alta y Baja, donde los príncipes de los múltiples reinos se hicieron una guerra de duración milenaria y que poco a poco fue diseñando lo que a futuro serían los estados nacionales europeos contemporáneos. Lo anterior, aparte de las expresiones artísticas que fueron y son muy importantes, define la historia de Europa como una historia de guerra de unos contra otros. De pueblos vecinos que se han odiado por mil quinientos años, de culturas que a la postre serían nacionales y que siempre han visto con desconfianza al otro. En términos contemporáneos franceses contra ingleses y alemanes, italianos contra austriacos, turcos y nacionalidades balcánicas, españoles contra árabes, portugueses, holandeses e ingleses. Éstos últimos contra irlandeses, turcos y una antipatía natural y luego inculcada contra los rusos; los de Kiev y Moscú contra los pueblos de la polituania y contra el mosaico de pueblos al este de los Urales. En fin, la lista de las guerras europeas, de los tratados de paz, del incumplimiento de aquellos, de los cambios fronterizos y demás asuntos que tienen que ver con los enfrentamientos bélicos y las transformaciones de los territorios nacionales, recorren la historia moderna europea desde los años de 1500 DC hasta la derrota de la Alemania nazi, de Bulgaria, Rumanía e Italia fascistas. Europa quedó dividida en dos bloques hegemónicos: occidente cobijada por una potencia no europea como son los Estados Unidos de América y la Europa oriental que fue liberada y luego maniatada por otra potencia no necesariamente europea como fue la URSS. Yo recomiendo a los estimados lectores que compren los libros de Jean Meyer sobre el enfrentamiento occidente-oriente en Europa, los libros de Orlando Figes, particularmente el texto dedicado a la guerra de Crimea (1851), porque en este texto verán que las razones del conflicto actual con Ucrania se parece mucho a lo sucedido siglo y medio antes, y la espléndida historia y literatura de Rusia que explica tales conflictos, muestra sus aversiones culturales, su innegable molestia y desconfianza hacia todo occidental, pues ellos sienten que siempre los han visto menos. Rusia, Turquía y México comparten ese mismo trauma: las dos primeras quisieran ser europeas pero más bien son asiáticas, y el sufrido país de Huitzilopochtli quisiera ser norteamericano pero es una mezcla de Mesoamérica con ribetes centroamericanos.
¿Cómo acabará la guerra entre Rusia versus Ucrania y la Unión Europea? No lo sabemos en este momento, y repetimos una frase trillada acerca de que siempre se sabe las razones que obran para iniciar un conflicto, pero muchos escritores no pueden ver el fin y los resultados humanos y geopolíticos de dicha guerra. Las tropas rusas se están enfrentando a una población armada como ellos lo hicieron durante la defensa de la Revolución Soviética y la Guerra de Liberación (1941-1945). El interesado mundo europeo y occidental ha sancionado económicamente, en los deportes, en la música a instituciones y personas rusas; el director ruso de la orquesta sinfónica de Múnich, Valery Gergiev, fue despedido por su cercanía con el presidente Putin, ello me recordó procedimientos de la Segunda Guerra Mundial, precisamente realizados por los nazis alemanes y por el macartismo estadounidense de los años de 1950. A su vez, el discurso, las escenas de la guerra, el respaldo europeo y la impresión a nivel del mundo occidental ha sido ganado por el presidente Zelenski de Ucrania, que está haciendo lo que cualquier jefe del Ejecutivo haría frente a una invasión de una potencia extranjera: defenderse. Por ello la postura oficial del gobierno mexicano es la correcta: por motivos de doctrinas diplomáticas, por motivos de experiencia histórica mexicana, por motivos de la actuación de México en el siglo XX frente a las diversas invasiones sucedidas contra países soberanos (Polonia, Líbano, Etiopía, Panamá, etc.) el gobierno se pronuncia en contra de la invasión rusa a Ucrania. Queda el tema de lo que sucede en las dos provincias del sureste ucraniano no totalmente tomadas por el ejército ruso y el caso de la península de Crimea. Como en cualquier guerra hay dos bandos en pugna que hacen propaganda, el lector debe ver lo que reproducen cadenas como BBC, Euronews, CNN o Fox, pero también lo que ha estado señalando Russia Today, Sputnik News y comentaristas independientes: ello para tener una visión de la “enchilada completa”, no solamente del pollo.