AMLO: Vengador con Poder

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Escalar acusaciones sin pruebas y exhibir mentiras cobijado en el poder que el pueblo le otorgó, se convierte en delito conforme a la reforma del artículo 108 que a la letra dice: El Presidente de la República, durante el tiempo de su encargo, sólo podrá ser acusado por traición a la patria, actos de corrupción, delitos electorales y delitos contenidos en el segundo párrafo del artículo 19 de esta Constitución y en cuyo texto aplica el descrito como “… uso de programas sociales con fines electorales, corrupción tratándose de los delitos de enriquecimiento ilícito y ejercicio abusivo de funciones…”.

Qué bueno que Andrés Manuel López no es vengativo, que no mienta, que no engañe, que no robe.

Hay que imaginar cómo actuaria si lo fuera.

La declaración de ayer en su monólogo mañanero realizado en Hermosillo, en la zona militar, por supuesto, en la que se lanzó con todo a la yugular del periodista Carlos Loret de Mola en cuadra en lo que refiere el artículo 19 (…) ejercicio abusivo de funciones…”.

La reforma al 108 solamente añadió… uso de programas sociales con fines electorales, corrupción tratándose de los delitos de enriquecimiento ilícito y ejercicio abusivo de funciones…”, pero en el texto oficial que publica la Cámara de Diputados se omiten las últimas tres palabras. Fueron borradas de la iniciativa presentada.

Sin embargo, en el texto final se colocó: (…)  “durante el tiempo de su encargo, el presidente podrá ser imputado y juzgado por traición a la patria, hechos de corrupción, delitos electorales y todos aquellos delitos por los que podría ser enjuiciado un ciudadano”.

¿Qué sanción se le daría a un ciudadano por el delito que cometió el presidente al exhibir lo que gana el periodista?

La falta de veracidad y el tono en que lo dijo, es una clara invitación para que algún “fanático”, que los hay en su séquito de seguidores, busque la diana y dispare.

Andrés Manuel López pretende acallar la libertad de expresión que lo ha puesto contra las cuerdas por la frivolidad de su hijo José Ramón, a quien defiende con “toda la fuerza del Estado”, lo que representa un abuso de poder.

El presidente no detenta el cargo para cobrar venganzas personales. 

Lo hace.

Sin embargo, lo hace.

Actúa como dictador. Pretende que sus corruptelas, personales y familiares, se oculten so pena de que quien las descubra corra el riesgo de perder no el trabajo… ¡la vida!

Desde su llegada a la Presidencia de la República asumió el papel de verdugo contra los medios, sus dueños, los reporteros, los analistas, los columnistas, los articulistas, los editorialistas, los moneros. Todos son (somos) sus enemigos por no compartir su proyecto de gobierno.

Si bien es cierto que se había dedicado a defenestrar a Raymundo Riva Palacio, Joaquín López Dóriga, Leo Zuckerman, Ricardo Rocha, Carlos Marín, Denise Dresser, Amparo Casar, con Loret de Mola era “suavecito” hasta que…

Carlos Loret de Mola junto con Mexicano Contra la Corrupción (léase Casar) difundió el video de la casa en que habitará el hijo del presidente. Y eso hizo estallar al tabasqueño. 

Osó pedir, desde su pulpito guinda, que el periodista dijera quién le pagaba, cuánto ganaba, de dónde obtenía recursos… Loret no es servidor público y no está obligado por ninguna ley a informar de dónde provienen sus dineros lícitos. Ningún periodista puede ser forzado a publicitar, por orden presidencial, sus ingresos y sus fuentes informativas. Lo dice la Constitución, que seguramente no ha leído quien protestó cumplirla.

López desbarró. Lo hizo porque aprovechó información que solamente tienen el periodista y el Sistema de Administración Tributaria. 

Es decir, violó la ley que resguarda los datos personales.

Aferrarse en la idea de que su primogénito es una “blanca paloma del señor”, lo llevó a equivocarse rotundamente.

Poner en riesgo la integridad física de un periodista, trátese de quien se tratare, desde el poder público es abuso irrefrenable.

¿Quién detendrá la escalada contra los comunicadores?

No se advierte a alguien que enfrente al “supremo comandante” y, lo peor, que sus fanáticos le aplauden.

¡Qué presidente!

Los mexicanos, todos, no merecemos que un soberbio y enfermo de poder y de venganza, gobierne una Nación libre y soberana.

¡Cuánta porquería en un solo sujeto!

E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @misionpolitica, Facebook: Jesus Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por ABC-Radio en el 760 de AM.

 

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