Punto de Vista

Enfermo de Soberbia

Por Jesús Michel Narváez

Ante lo evidente, no hay defensa. Y negar el fracaso, es mostrar la soberbia infinita que ciega mirar más allá de la nariz.

Esto le ocurre al huésped temporal de Palacio Nacional que, un día y otro también, responsabiliza a los medios de comunicación, a los reporteros -por las preguntas incómodas-, a los analistas, columnista y editorialistas y, por supuesto a los propietarios de los mismos, de “calumniar, mentir, engañar, robar” -como si fuéramos militantes de Morena-, sin entender que la crítica no es un ataque personal sino a las acciones de gobierno, “su” gobierno por la manipulación que realiza cotidianamente con el argumento de “yo tengo otros datos”.

Ensoberbecido por su supuesta popularidad, la que por ciento va en caída libre, no tiene límite para defenestrar hasta a sus alfiles, sus voceros, sus aplaudidores de siempre hasta que… decide satanizarlos.

Quejumbroso, lo que tiene dos lecturas: su enfermedad que se advierte en la descomposición de su rostro y el lento caminar y, buscar acallar las críticas a través de desprestigiar a quienes las escribimos, las hablamos o las difundimos por nuestras redes sociales. 

Decir textualmente: “En un proceso de transformación se tiene que definir la honestidad y aplicar la frase del Quijote de que por la libertad y la dignidad se puede ofrecer hasta la vida y esto puede ser un referente para el periodismo y la política. ¿Por qué me voy a quedar callado ante sus ataques? ¿voy a aceptar que mientan, que me calumnien?”

La calumnia o difamación atribuida a los comunicadores dejó de ser delito con el pronunciamiento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que concluyó con la siguiente sentencia: Para la Corte, seguir regulando en sus disposiciones tales delitos representa un atentado contra la libertad de expresión y el principio pro persona, en virtud de que sus efectos intimidatorios se traducen en una forma de indirecta de censura, por el temor a consecuencias que pongan en riesgo la libertad.

De ahí, quizá asesorado por la Consejería Jurídica cuando estuvo en el cargo Julio Scherer Ibarra, que el presidente, él sí, calumnia y difama sabedor de que no comete ningún delito.

El señor López confunde, nada extraordinario, crítica con calumnia y difamación.

La Real Academia de la Lengua Española, señala dos definiciones:

Crítica: Examinar y juzgar una cosa, especialmente para determinar su bondad, verdad o belleza. («el crítico debe limitarse a criticar, resaltar lo positivo y desvelar lo negativo»)

Criticar: Expresar opiniones o juicios negativos y contrarios sobre una persona o una cosa.

(«el hecho supuso un cambio importante en la pesca chilena y fue criticada por importantes sectores al ser acusada de esquilmar los mares»)

Está enfurecido por la exhibición de los lujos en los que vive su primogénito y lo demuestran sus siguientes palabras: 

“Siguen siendo financiados por la embajada de Estados Unidos en México y por las empresas que antes no pagaban impuestos, puros corruptos que están enojados y no les gusta lo que hace el gobierno lo que se hace en México y están en contra de la transformación, porque tenían el privilegio de mandar”. (Se refería a Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad y aunque no mencionó a Latinus, es clara el mensaje: fueron las entidades investigación periodística que sacaron a la luz las casas del junior más “deseado” por las bellezas femeninas).

Probablemente la irritación que tiene el señor López provenga no solamente de su casi precario estado salud, sino de la opacidad con que maneja los recursos públicos, evidenciada por la Auditoría Superior de la Federación y porque el tiempo legal para encabezar políticamente este país se está agotando más rápidamente de lo que imaginaba.

Difícilmente se hallaría en los trabajos periodísticos de investigación o en los análisis que de sus acciones como gobernante se hacen, falsedades. Quienes investigan lo hacen con profesionalismo sin filias ni fobias. Quienes opinamos, no tenemos militancia partidista, por lo menos en lo personal y conozco a un centenar de compañeros que son apartidistas, no somos empleados del gobierno y por consecuencia actuamos con libertad, dignidad y damos, como ejemplificó, la vida y mantenemos la dignidad en defensa de la libertad de expresión.

Sin duda le encanija que sus amenazas no las tomemos en cuenta y, muy probablemente, por ello en apenas 38 días del año han asesinado a 5 compañeros periodistas.

Soberbio e ignorante -solamente lee tarjetas informativas no los libros, tal y como hacía Luis Echeverría-, el señor López muestra la intolerancia.

Y parafraseándolo: ¿por qué nos vamos a quedar callados cuando nos calumnia? 

El que se ríe, se lleva.

E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @misionpolitica, Facebook: Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por el 760 de Amplitud Modulada

 

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