Otra modesta propuesta: ¡eliminemos la plaza pública!

Por Carlos Bortoni

@_bortoni

Nada hace más antidemocrático a un gobierno democrático que el buscar el apoyo del pueblo… de las masas. Resulta verdaderamente tiránico… como denuncia Javier Sicilia: “A semejanza del Führer, AMLO ha construido y sostenido su poder con la masa.” Si alguien sabe del tema es él… el mismo Sicilia… que marcha cada que la oportunidad se presenta sobre la Ciudad de México del mismo modo que Mussolini marchara sobre Roma o Hitler lo hiciera sobre Berlín.

Lopez Obrador “[…] desde que logró acceder al Zócalo de la CDMX, nunca lo ha abandonado.” Porque nada “es más excitante para este fanático del poder que ver encarnado un fragmento de esa masa en la inmensidad del Zócalo capitalino.” Dice Sicilia en el texto ‘En el espejo de Hitler’ (publicado por Proceso el 13 de diciembre de 2021) Que nadie se confunda… no es que el presidente recurra al Zócalo porque este represente el centro político del país. No. No es que el gobierno de la CuatroTe utilice el Zócalo como lo utilizaron en su momento los estudiantes el 68… el EZLN… o el mismo Sicilia. No. El Zócalo no es un espacio simbólico de la cultura político social en México… convocar a que la gente se concentre en él para manifestar su apoyo o desacuerdo con el que hacer de la esfera pública nacional es tanto o más demagógico que convocar a que lo hagan en un Sanborns… en el Estadio Azteca… al pie del Cerro del Tepeyac o en la Cámara de Comercio. La lógica del gobierno actual haría de los conciertos de Paul McCartney o Roger Waters terribles actos de propaganda anticapitalista y de la sesión fotográfica de Spencer Tunick… donde participaron alrededor de 20,000 personas… un campo de exterminio construidos con el único fin de matar una gran cantidad de neoliberales. Sin embargo… ese no es el problema… es a penas la superficie. El problema radica en que Lopez Obrador sabe que “[…] entre mayor es la plaza pública, mayor es su capacidad de hacerla crecer.” Eses el fondo de asunto… el diabólico quid que debe preocuparnos: el crecimiento de la plaza pública.

Una cosa es hablarle al pueblo… convocar a la masa para ganar sus simpatías… obtener su voto y legitimar la victoria en las elecciones. Y otra muy diferente es seguirlo haciendo cuando ya se tiene el poder en las manos. Lo primero es un pragmatismo que no solo se entiende… sino que se aplaude. Mientras que lo segundo es una necedad peligrosa. A la masa se le debe despreciar desde el gobierno… se le debe recordar continuamente que es masa… que debe permanecer sojuzgada y en su sitio… que debería agradecer que papá gobierno tire migas de cuando en cuando al piso para que ellos puedan comer y que nunca… pero nunca… deben cometer el error de mirar a sus gobernantes a los ojos.

No se trata de transformar la realidad del pueblo y vencer a quienes se resisten a la transformación… sino de hundir a la masa en su realidad… hundirla en el lodo al que pertenece. Lo contrario resulta en algo a lo que hay que temerle. Ver a la masa y reconocerla… garantizar que tienen un lugar en su propio proceso de transformación “Exacerbará la violencia y la injusticia en México […]” No es cierto que la sociedad mexicana estuviera polarizada desde antes que AMLO llegara a la palestra política nacional. No. La pobreza es un discurso que Lopez Obrador y la CuatroTe inventaron para seducir a esa masa que “lo aplaude arrobada”. Dejar ver a los de abajo que su realidad no está dada… que es posible modificarla es no entender que la masa es masa para que los poderosos puedan gozar del poder.

Justo en ello… Sicilia se adelantó con su aguda visión a los hechos… descansa la negativa del INE a realizar la revocación de mandato. Olvídense de la discusión del presupuesto… eso no es más que un pretexto nimio… el fondo de todo descansa en lo innecesario de consultar a la masa para gobernar. “Creer que las elecciones le pondrán un alto a la Cuarta Transformación, esa versión mexica del Tercer Reich […] es no haber entendido el horror que vivimos.” Concluye Sicilia. Consultar al pueblo es chapotear en el estercolero. Al pueblo… a esa masa amorfa que es la masa… hay que simular que se le consulta cada seis años para elegir presidente y de cuando en cuando para que jueguen a la democracia “seleccionado” diputados… senadores y gobiernos locales. Fuera de ello… el ejercicio del gobierno… el delicado balance del estatus quo y la frágil estabilidad de las clases privilegiadas… no puede dejarse en manos de las mayorías que de forma egoísta buscarían transformar su realidad en nombre de la absurda justicia social.

Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.

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