Por Iván Ruiz Flores
El sistema partidista mexicano está en estado crítico. Sí, una vez más, ahora aderezado el trance con los ataques presidenciales al árbitro: al INE, la máxima institución mexicana encargada de la organización de elecciones del Presidente de la República, Diputados y Senadores que integran el Congreso de la Unión y así como organizar, en coordinación con los organismos electorales de las entidades federativas, las elecciones locales en los estados de la República y la Ciudad de México.
Pero los partidos en México arrastran su propia historia de bretes y apuros. Es una verdad de a kilo que, tras la elección de 2018, la crisis política que ya se padecía se acrecentó y el escenario existente desde treinta años atrás que ya venía padeciendo tuvo su clímax, no tanto como estropicios de la pandemia, pero sí de los resultados electorales del 2018.
Hoy vive uno de los peores momentos con el declive de varias de las grandes y más antiguas instituciones que durante años compitieron, pero también de aquellas que surgieron hace unos meses. Sí, no solamente PRI, PAN y PRD están en la encrucijada, sino varios de los más jóvenes y mas pequeños.
Ciertamente, como escribiera desde hace algunos años Oniel Francisco Díaz Jiménez, de la Universidad de Guanajuato sobre el proceso electoral de 2018:
“Los ciudadanos que no se identifican con ningún partido político se han incrementado considerablemente en la presente década hasta constituir la mayor parte del electorado. Este declive del partidismo ha tenido a su vez importantes consecuencias para la competencia política y la configuración actual del sistema, incentivando una creciente fragmentación partidista, competitividad y volatilidad electorales, así como un menor grado de institucionalización, que paradójicamente ha tenido lugar a la par del aumento constante y considerable de los subsidios estatales a los partidos”.
Y en ese tenor, hace tres años la crisis atrapó a dos instituciones partidistas: Encuentro Social, que sólo obtuvo el 2.78% de la votación emitida en la elección Presidencial, el 2.43% en la de Senadores por mayoría relativa, el 2.43% en la de Senadores por representación proporcional, el 2.51% en la de Diputados por mayoría relativa y el 2.50% en la de Diputados por representación proporcional.
Nueva Alianza logró el 1.02% de la votación emitida en la elección Presidencial, el 2.41% en la de Senadores por mayoría relativa, el 2.40% en la de Senadores por representación proporcional, el 2.58% en la de Diputados por mayoría relativa y el 2.57% en la de Diputados por representación proporcional.
Y tras la elección federal de 2021, hoy los partidos políticos (con callo o bisoños), Redes Sociales Progresistas (RSP), de Elba Esther Gordillo; Encuentro Solidario (PES) de los evangelistas, antes Encuentro Social; y Fuerza por México (FxM), del senador y dirigente sindical Pedro Haces Barba, tuvieron tan escasa votación que perdieron su registro.
Pero responsabilizaron del fracaso al Covid-19 y tras la decisión del Instituto Nacional Electoral, se negaron a perder su registro y apelaron ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, cuyo magistrado Indalfer Infante, opinó en su análisis a favor de los quejosos, fundamentalmente de Fuerza por México al considerar “sustancialmente fundados los planteamientos y suficientes para revocar la determinación de la autoridad electoral sobre la pérdida de su registro como partido político nacional, considerando la incidencia de la situación extraordinaria generada por la pandemia de Covid-19”.
Dijo: “La ponencia considera que derivado de una situación extraordinaria se justifica flexibilizar el umbral de votación requerido para la conservación del registro de los partidos de nueva creación”.
Sin embargo, en sesión pública estimaron que no era viable considerar una flexibilización de la norma constitucional del tres por ciento: “No existen elementos de prueba que lleven a flexibilizar la regla constitucional”, resaltó el magistrado Felipe Fuente Barrera.
Con ello el Tribunal confirmó la pérdida del registro de los tres partidos por no haber alcanzado el tres por ciento de la votación que establece la Constitución.
CRISIS TRAS CRISIS POR LA LARGA VIDA
La crisis de este año de los partidos es tan sólo una más de las tantas que han asolado a las instituciones desde hace por lo menos cuarenta años. Entre 1991 y 2018, por ejemplo, 22 partidos políticos han perdido su registro. Pero desde el surgimiento de las primeras instituciones de tal naturaleza en el siglo XIX (cuando nacieron los primeros, el Partido Liberal y el Águila Negra) y los posteriores en el XX, por lo menos suman más de 40 los que tuvieron que decir adiós.
De ahí que desde hace tiempo los especialistas estudian el asunto.
En el siglo en curso, María de Lourdes González advirtió del problema en un trabajo denominado “El Reto de los Partidos Políticos en México”.
Consideró: “Revitalizar a los partidos políticos empieza, a nuestro juicio, con romper el círculo vicioso del poder: los legisladores emanados de esos partidos deben asumir el reto de una nueva sociedad que reclama, hoy más que nunca, que atiendan al interés público antes que el de mezquinos intereses de facción. Y aunque los partidos están conformados por ciudadanos libres e independientes, no por eso pueden desligarse del carácter público de su responsabilidad como asociaciones reconocidas por la Constitución. Y más todavía cuando son ellos el puente indispensable entre el ciudadano y el Estado. Así, cuando se plantea la necesidad de una democracia interna más abierta y una transparencia total en los partidos políticos, se abren varios frentes de polémica que podríamos acotar en tres vertientes que no dejan de estar entrelazadas”.
Actualmente, tras la decisión del TEPJF en las próximas elecciones federales de 2024, hasta ahora, sólo participarán siete partidos: Partido Revolucionario Institucional (PRI); Partido Acción Nacional (PAN); Partido de la Revolución Democrática (PRD), Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA); Partido del Trabajo (PT); Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Partido Movimiento Ciudadano (MC).