Por Jesús Michel Narváez
Hay confusión: detuvieron a 13 y solo 2 fueron sometidos a proceso.
Una vaga información revela que de los aprehendidos por presuntamente haber participado en el rescate del Michoacano del penal de Tula, 11 fueron dejados en libertad.
Por más que se buscó la información en la Fiscalía General de Hidalgo y en la presidencia municipal de Tula, nadie confirmó la versión.
Si embargo, la versión aparece en un portal que redirige a la Fiscalía y al ingresar no se encuentra nada.
Concediendo el privilegio de la duda y que la información no sea real, porque resulta prácticamente imposible verificarla, surgen preguntas que llevan a una respuesta única: la aprehensión fue un montaje.
Se trató de dar la impresión de que la policía estatal acompañada de la municipal y de elementos de la Guardia Nacional, hicieron un “peinado” de terreno y lograron las detenciones en diversos puntos.
¡Estaban haciendo su trabajo y muy bien!
De confirmarse la especie, se pondría en evidencia que todo el entramado tuvo la finalidad de mostrar la “eficiencia de los investigadores”.
Ojalá y no haya falsedad en las aprehensiones.
Sería un nuevo lunar en la piel del leopardo.
Son muchas las detenciones que se realizan simplemente por la presunción de que el individuo es “sospechoso” y al ser interrogado “mostró nerviosismo” y, además, su forma de vestir corresponde a la descripción proporcionada por los “testigos”.
Habría que insistir en conocer primero, al juez de control ante el cual fueron presentados los presuntos rescatistas y, segundo, cómo y dónde se realizaron las detenciones. Hasta ahora todo ha sido contradictorio. El Michoacano, incluso, fue captado pagando el peaje de la autopista conocida como el Arco Norte. Iba a bordo de una camioneta pickup de color gris. De acuerdo a las versiones difundidas desde el momento en que se llevó a cabo el rescate del líder del huachicol de la región, los autores materiales iban embozados y fue hasta tener en su poder al jefe de jefes que hicieron estallar dos autos en los que colocaron bombas. La versión semioficial señala que se trató de “un distractor” para frenar la persecución que iniciaban las policías.
La especie que corrió ayer por la tarde, no identifica si los sometidos a proceso son custodios o delincuentes rescatistas.
Como fuere, la duda prevalece: ¿es verdad que solo 2 de 13 se quedarán en la cárcel?
O ¿los otros 11 no han rendido declaración y sí actuará el juez en su contra?
Es una trama que semeja la “verdadera lucha” contra los criminales: se dice que se detuvo al “operador” financiero o al “jefe de sicarios” de tal o cual organización criminal y a la hora de la verdad se trata de chivos expiatorios o delincuentes comunes que carecen de contacto con los verdaderos jefes.
Si lo de Tula se quiere resolver con aprehender a personas que nada tuvieron que ver y probablemente sí haya cometido otros delitos, la impunidad se impondrá y el Michoacano seguirá haciendo de las suyas más pronto que tarde.
Por ahora, la información vuela sin rumbo ni piloto que confirme el destino final.
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