Prohibir Pensar…

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Aquel mayo del ’68, en Francia se acuñó lo que llaman slogan: prohibido, prohibir. No hay información confiable sobre quién fue el autor de la frase. Sin embargo, a 63 años de distancia cobra vigencia en México y si bien no se aplica a la letra, sí a la interpretación: prohibido pensar.

En el actual régimen, autollamado de la cuarta (de)transformación, hay un elemento indiscutible: coartar la liberad de pensar, de ejercer el libre albedrío, de disentir o asentir.

El autócrata -o casi, si le falta algo para serlo, sería un nano milímetro- que hoy gobierna el país, por decisión equivocada de 30 millones de personas que sintieron el hartazgo del anterior gobierno y que ha expresado “estás conmigo o contra mi” y exige ciega obediencia a sus empleados, rebasa sus límites de intolerancia y enfoca sus frustraciones en contra de todas las instituciones de libre y plural pensamiento.

Desde su campaña enderezó sus críticas contra aquellas instituciones de educación superior privadas. Se lanzó contra el ITAM, la Ibero, el Tec y remató con la UNAM. De los alumnos de la primera, balbuceó que los “itamitas” representaban a los conservadores; de la segunda, o sea, ves, la rasuró por su clasismo; al regiomontano llegó a calificarlo de separatista -de clases- y a la última la definió como el ente que perdió su esencia y proyectó a los neoliberales.

Hoy tiene en mente la destrucción del CIDE.

Y a diferencia de las otras instituciones, quienes conforman la planta de maestros, el alumnado y los administrativos, sacaron las uñas y la defienden a través de la Asamblea Académica permanente del CIDE. En un pliego petitorio denuncia que “…la motivación de estas exigencias es debido a que las decisiones del actual director interino han puesto en duda la libertad de expresión de la comunidad académica, han impedido el funcionamiento adecuado de los órganos colegiados y han incumplido los estatutos y reglamentos de la institución”.

El CIDE parece ser la “joya de la corona” que se quiere poner en la testa la directora del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla Roces, quien ya la emprendió contra 31 académicos que formaban para del Foro Consultivo Científico y Tecnológico a los que acusa de desvío de recursos, asociación delictuosa y abuso de poder.

Cerrar el CIDE, cambiar la estructura, arrumbar el pensamiento libre, que por consecuencia es libre y crítico para convertir la institución en un “centro de adoctrinamiento” de cuarta, es la meta.

Obligar a los docentes y a los alumnos a pensar de manera uniforme, en donde se pierda el libre albedrio si enfermedad alguna, salvo el contagio de la autocracia que termine en dictadura, es el objetivo.

Quizá los “ideólogos” de la autollamada cuarta transformación no se han dado cuenta que el mundo de hoy y más el de mañana será, como diría Marshall McLuhan hace seis décadas, la Aldea Global.

Ya la es.

El gobierno federal a través del ahora devaluado Conacyt, podrá desaparecer todas las instituciones en donde el pensamiento libre es el sustento, pero no logrará que se deje de reflexionar con todas las neuronas para impedir el nefasto e ignorante propósito.

En tiempos de la aldea global como un hecho irrefutable, prohibir pensar no es sino un acto de soberbia e ignorancia.

E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @misionpolitica, Facebook: Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por el 760 de Amplitud Modulada

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