*Del Agradecimiento a China se Pasó a la Crítica del Presidente López
*Propone Fortalecer el T-MEC Para Frenar la Expansión Comercial del Gigante Asiático
*De la Reforma Eléctrica y de Hidrocarburos, Silencio; no se Abordaron Públicamente
*Deja Para el Grupo de Trabajo sus Programas Personales; Mostró Respeto Para Biden
Por Jesús Michel Narváez
Una “cumbre” que, con excepción de The New York Times en su versión en español, la prensa estadounidense ignoró en sus primeras planas.
Una cumbre en la que no hubo entrevistas con los mandatarios y el Jardín de las Rosas no se abrió para recibir a los periodistas.
Una cumbre de la que se esperaba mucho y poco se dio a conocer. Las reuniones bilaterales Biden-López, López-Trudeau y Biden-Trudeau, quedaron selladas por el silencio.
Biden, que cumplió 10 meses de su mandato el pasado sábado, fue cuidadoso en la reunión trilateral. Sin embargo, confió en que su alianza con el presidente mexicano, demuestre que “las democracias pueden funcionar”, ante el auge de modelos autocráticos como el chino.
(¿Alguna referencia al funcionamiento gubernamental de México?).
“Estoy seguro de que ambos estamos comprometidos para que la democracia realmente ayude a nuestros pueblos. La democracia en los últimos 20 años se ha visto reducida, son menos”, dijo Biden en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca al inicio de su primera reunión en persona con López Obrador.
De acuerdo con analistas del Times, “fue un evento diplomático en el que los tres líderes trataron de proyectar un frente unido en medio de las disputas comerciales, las acusaciones de proteccionismo estadounidense y las preocupaciones constantes por el aumento de la migración en la frontera de México y Estados Unidos”.
Los temas difíciles con México y Canadá: reforma eléctrica -que afecta a los inversores estadounidenses-, cambio de reglas en la energética y producción de lácteos, respectivamente, quedaron postergadas. Biden lo planteo así: “Podemos enfrentar todos los desafíos si nos tomamos el tiempo para hablar entre nosotros”.
Los tres mandatarios acordaron que los puntos críticos se aborden por el grupo de trabajo que decidieron formar. Se analizarán temas de la cadena de suministro regional, incluidos los minerales críticos, las disputas comerciales o el creciente número de migrantes.
DEL AGRADECIMIENTO A CHINA, PASÓ A LA CRITICA
Durante la crisis sanitaria provocada por la presencia del Covid-19, México estaba desprevenido, a pesar de las afirmaciones presidenciales de que “estamos preparados para enfrentar al virus”.
Carencia de insumos, hospitales incompletos, falta de médicos, enfermeras, camilleros, anestesiólogos, provocaron que la pandemia se desarrollara a gran velocidad.
Unos meses antes de marzo, México vendió a China contenedores de insumos que, en marzo de 2020 tuvo que recomprar. Cuando menos 23 vuelos, realizados en aviones de Aeromexico, trajeron material requerido para tratar de que el personal médico no se infectara. Guantes, caretas, ropa astringente; y para el equipamiento hospitalario, ventiladores.
El gobierno de México a través del presidente López y el titular de exteriores, Marcero Ebrard, agradecieron en repetidas el “apoyo humanitario de China”.
Durante la reunión trilateral celebrada en la Casa Blanca, con Bien de frente y al centro, Trudeau a la izquierda y López a la derecha -¿algún mensaje cifrado?-, el mandatario mexicano sorprendió con una de sus afirmaciones.
Aprovechó un momento para advertir sobre la creciente competencia de China y los riesgos de una complicada cadena de suministro global.
“Lo mejor, lo más conveniente, es fortalecer nuestras economías, fortalecer nuestras operaciones comerciales a través de Norteamérica y todo el continente.
“Es una paradoja que circule tanto dinero por América del Norte y que los puertos del Pacífico estén abrumados con mercancías de Asia”.
En su discurso, López reconoció que la integración económica, con respeto a nuestras soberanías, es el mejor instrumento para hacer frente a la competencia derivada del crecimiento de otras regiones del mundo, en particular, la expansión productiva y comercial de China.
“No olvidemos que mientras Canadá, Estados Unidos y México representamos el 13 por ciento del mercado mundial; China domina el 14.4 por ciento. Y este desnivel viene de hace apenas 30 años, pues en 1990, la participación de China era de 1.7 por ciento y la de América del Norte del 16 por ciento”.
E hizo la advertencia que, de cumplirse dentro de 30 años, el mercado mundial cambiará diametralmente.
“De mantenerse la tendencia de la última década, en otros 30 años, para el 2051, China tendría el dominio del 42 por ciento del mercado mundial y nosotros, Estados Unidos, México y Canadá nos quedaríamos con el 12 por ciento; lo cual, además de ser una desproporción inaceptable en el terreno económico, mantendría viva la tentación de apostar a resolver esta disparidad con el uso de la fuerza, lo cual nos pondría en peligro a todos. Por eso, lo mejor, lo más conveniente, es fortalecer nuestras economías, fortalecernos comercialmente en América del Norte y en todo el continente”.
A pesar de su confrontación con el neoliberalismo, al que acusa de todos los males que sufre el mundo y particularmente México, en donde hasta se inventaron nuevos derechos “para seguir robando”, el presidente López insistió en que las ventajas son muchas; entre otras, contamos con fuerza de trabajo joven y creativa, con desarrollo tecnológico y con una gran riqueza de recursos naturales; la distancias entre nuestros países nos permiten ahorrar en transporte y existe suficiente demanda en nuestros mercados. El consumo per cápita de América es de 18 mil 100 dólares anuales, mientras que en Asia es de 4 mil 400 dólares”.
(En materia de desarrollo tecnológico, el gobierno de la República ha reducido presupuesto para investigaciones y cancelando foros de intercambio científico, lo que retrasa el avance para hacer frente a la competencia que, entre otros países, apoyan China, Alemania, Estados Unidos, Canadá, Francia y la región Asia-Pacífico con Taiwán y Corea del Sur a la cabeza).
En la óptica mexicana, todo se “debe planear” nuestro desarrollo conjuntamente y por impulsar un programa de inversión productiva en América del Norte para la sustitución de importaciones.
Deben definirse objetivos muy precisos y hacer a un lado mitos y prejuicios. Por ejemplo, dejar de rechazar a migrantes, cuando para crecer se necesita de fuerza de trabajo que, en realidad, no se tiene con suficiencia ni en Estados Unidos ni en Canadá. ¿Por qué no estudiar la demanda de mano de obra y abrir ordenadamente el flujo migratorio?
Durante su discurso de apenas 632 palabras, nunca abordó el tema de la reforma eléctrica que había anunciado haría; tampoco repitió su propuesta de que Estados Unidos apoye el programa Sembrando Vida. Pasó por alto todo lo relacionado a sus programas emblemáticos y dejó para el grupo de trabajo cada una de las aristas que acompañan sus acciones y violentan el T-MEC.
Eso sí, se mostró sumamente cordial, cuidadoso en el uso del lenguaje y mostró su reconocimiento, casi admiración, por las propuestas del presidente Joe Biden.
Al cambiar de tema dijo que la migración representaba un “enorme potencial” para reforzar la fuerza laboral de cada país y le recordó a Biden su compromiso de encontrar una manera de ofrecer un camino a la ciudadanía para los indocumentados.
“Ningún otro presidente en la historia de Estados Unidos ha expresado un compromiso tan claro y cierto para mejorar la situación de los migrantes.
“Espero que cuente con el apoyo del Congreso y de los miembros de los partidos demócrata y republicano”.
No obstante recordarle al presidente Biden su promesa de otorgar la ciudadanía a 11 millones de migrantes indocumentados que viven en Estados Unidos, la propuesta ha ganado poco impulso en el Congreso, se informó en el Capitolio.
NO VECINOS, SÍ IGUALES
A diferencia de la relación mantenida entre los gobiernos de México y Estados Unidos durante décadas, de considerarse entre sí “vecinos” -aunque distantes-, el realineamiento geopolítico cambia de estatus.
“Veo a Estados Unidos y México como iguales”, expresó Joe Biden al presidente López durante su encuentro bilateral, lo que fue aprovechado por el mexicano para destacar que ya “no nos ven ni nos tratan como su patio trasero”.
Según analistas estadounidenses, la migración que busca cruzar México para llegar a Estados Unidos, ha modificado la relación entre ambos países.
México, que durante mucho tiempo ha tenido una posición débil en la relación con sus vecinos, ha ganado una influencia considerable en un año signado por la ola migratoria procedente de América Latina que fue impulsada por la pandemia. Para la gestión Biden, la importancia de mantener un fuerte operativo de seguridad en México quedó clara en septiembre, cuando miles de haitianos cruzaron la frontera hacia Texas.
“El equilibrio de poder entre el gobierno mexicano y el gobierno de Estados Unidos ha cambiado debido a las circunstancias”, dijo Duncan Wood, vicepresidente de estrategia del Wilson Center. Los funcionarios mexicanos, dijo Wood, “saben que pueden afectar a la administración Biden, y saben que la administración Biden lo sabe”, publico el Times.
Sin embargo, el discurso de López no mostró el cambio que examina los analistas norteamericanos. Por el contrario, enseñó el “respeto” y está en si mensaje, por el presidente Biden, a quien reconoció como ganador de las elecciones de noviembre del 2020, hasta el final, cuando no había forma de revertir la votación.
De la reunión bilateral con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, celebrada en la embajada de México en Washington, se desconoce el contenido y los acuerdos a los que pudieron llegar ambos personajes.
Una cumbre, en síntesis, que sirvió para que el mexicano conociera la Casa Blanca, la comprara con Palacio Nacional y dejara la huella de un presidente que resiste la solicitud de luchar contra los autócratas, defender la democracia y las libertades.
Porque en México la democracia está en riesgo.
