El Combate a la Corrupción, Ineficacia o Fracaso…

Por Alfredo Mejía Montoya

Hace meses, la esperanza de México era acabar con la corrupción, bandera que enarbola el presidente Andrés Manuel López Obrador desde su campaña. A la mitad del camino, los resultados han sido desastrosos, por no decir inexistentes. La no corrupción sería una de sus más grandes contribuciones a la credibilidad de su gobierno. A la fecha no ha sido así, ¿será en la otra mitad? Cuando lo único que le importa ahora, es su popularidad y sus corcholatas para el 2024.

Mientras las intenciones sobran en el combate a la corrupción, se aleja de los procedimientos y de los protocolos para llevar a cabo las investigaciones y prefiere acordar a la luz del día, que no en lo oscurito, con Emilio Lozoya, el cómo puede atrapar a todo el grupo corrupto que dice fueron en la administración pasada; el ataque frontal requiere de políticas públicas claras, idóneas, estrategias transparentes, alejadas de su dirección, existen dependencias que se supone lo saben hacer, pero el centralismo lo traiciona y no permite que se lleven a cabo, y puedan ser observadas por organismos públicos y privados. Esa fiscalización o colaboración deviene de la misma Fiscalía General de la República (FGR), de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción de la FGR, del Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) y de Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad (MCCI).

A principios del mandato de López Obrador, pese a su política de austeridad republicana, en marzo se nombra a María de la Luz Mijangos Borja como titular de la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción de la FGR, desde entonces él piensa que con repetir una y otra vez que la corrupción se terminaría “barriendo las escaleras de arriba para abajo” como estrategia institucional, y no fue así, no permeó entre sus colaboradores esa estrategia u ocurrencia, ¿cómo entonces podría haber reivindicado el combate a la corrupción en la Asamblea General de las Naciones Unidas?

El solo slogan de López Obrador que en su gobierno nadie miente, roba o engaña, ni que nadie paga comisiones, ni pide mordidas, ni se pactan adjudicaciones directas de obra pública, que según el INAI han sido el 83% de los contratos otorgados sin concurso ni licitación, o la información desde adentro a las mafias del huachicol sobre los ductos, o el criminal desabasto de medicamentos, es insuficiente, todo ello derrumba cualquier estrategia anticorrupción, y públicamente han aparecido en escándalos de esa naturaleza, su propia familia, hermanos, primas y amigos.

A escasos días de su comparecencia en la ONU, se derrumbó el “caso insignia” del combate a la corrupción de su administración, el caso Odebrecht y Emilio Lozoya (EL), porque el otro, por el que Rosario Robles, según la líder de la “estafa maestra” nada mas no camina, ni hay nuevas investigaciones que inculpen a quien supuestamente llevó a cabo esa “estafa al erario” ni existe soporte ante la ausencia de evidencias sólidas.

¿Por qué se derrumba el caso insignia de corrupción? por el cual el inquilino de palacio pretendía le entregasen con evidencias al mismo Enrique Peña Nieto, a Luis Videgaray y demás coludidos en supuestos “sobornos de Odebrecht”. Intentemos desmenuzar por qué,.. la constructora Odebrecht empresa privada brasileña con su modus operandi que es una trama de corrupción muy compleja de varias constructoras que surge en Brasil que convocaba a buscar políticos de distintos niveles, legisladores, y gobernantes de su país confabulados para repartirse contratos en Petrobras la petrolera brasileña. Al titular M. Odebrecht se le ocurrió exportar el esquema a otros países, replicarlo en otras naciones y fue así, como en al menos 12 países de Latinoamérica empezó a contactar a políticos pagando sobornos, financiando campañas políticas a cambio luego obtener contratos de obra. Eso es el “caso odebrecht”, la trama de corrupción no inició con Emilio Lozoya, llegó desde el año 2006 a México y ha transitado por lo menos en 3 sexenios, el caso más evidente ha sido el de Emilio Lozoya porque involucra directamente al Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto (EPN).

Fue una gran investigación la de MCCI, con documentos que no se obtuvieron necesariamente en México, tuvieron que viajar a otros países a gestionar documentos, en México había un impedimento total de la entonces Procuraduría General de la Republica (PGR) para obtenerlos, optando por salir a otros países, en particular Brasil y Perú, para investigar cómo ha operado Odebrecht en México. Existen 65 investigaciones periodísticas publicadas en Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad del modus operandi de esta constructora, que era tirarse al piso en las licitaciones, ofertar muy barato y luego en adendum ir multiplicando el costo de las obras, decían públicamente va a ser barato, pero en realidad nunca fue, ¿hay similitud ahora, en las obras insignias del régimen oficialista?

El 13 de abril de 2017, aparece el primer documento de fechas anteriores, con el nombre y apellido de Emilio Lozoya como el receptor de los sobornos con 10 millones de dólares y más; primeros indicios del supuesto involucramiento de Odebrecht en el financiamiento de la campaña de EPN, documentando que el dinero había ido a dar a cuentas de Emilio Lozoya y luego a su vez ese dinero fue a dar a la campaña electoral, eso es algo que el mismo Lozoya ha reconocido en la denuncia que ha presentado formalmente; Odebrecht envió a Lozoya 5 millones de dólares, después 5 millones más, ese dinero, dice, fue para la campaña de EPN a cambio de contratos a Odebrecht en México, misma que se benefició en la segunda tanda 2014, cuando ya estaba al frente de Pemex, en concreto, la obra fue la Refinería de Tula una obra que ni siquiera era mayor, lo interesante es que los mayores contratos no fueron ahí, los mayores fueron en un gasoducto en el norte del país, el gasoducto Los Ramones, un tramo en obras en Salamanca y la perla de Odebrecht fue la Planta de Etileno XXI, planta que está en Pajaritos, Tabasco, planta donde procesan metano para transformarlo en polietileno, insumo básico para la industria en todo el país, siendo el único productor en México, cuyo accionista es la familia política del ex secretario de Comunicaciones y Transportes en el Gobierno de López Obrador, Jiménez Espriú.

Lozoya, ya en PEMEX, recibe otro soborno documentado y adquirió dos inmuebles que pasaron a manos de su familia, la casa de Lomas de Bezares a su nombre y la mansión en Ixtapa-Zihuatanejo, a un fideicomiso en el que participaba su esposa, bienes que sus abogados ponen de garantía para resarcir ahora “daños patrimoniales”.

La investigación de Estados Unidos fue la que derivó en el escándalo de corrupción latinoamericano. Los ejecutivos de Odebrecht confesaron ante un Tribunal en Estados Unidos que habían pagado sobornos y que le dieron diez millones de dólares y mas al señor Emilio Lozoya.

Estados Unidos da a conocer esta acusación contra Odebrecht y reconocimiento de culpa, comenzando el “caso Odebrecht” a nivel continental. En México el involucramiento de Odebrecht no solo fue a nivel federal, sino con gobiernos estatales. el caso más emblemático es el del Gobierno de Michoacán cuando fue gobernador Lázaro Cárdenas Batel (LCB) en aquel momento se asignó una obra a Odebrecht en Tierra Caliente, en Apatzingán, para construir la presa “Francisco J. Mujica”, la inició el Gobierno de LCB y la emprendió Odebrecht a un costo de 1500 millones de pesos; la continuó el Gobierno de Leonel Godoy a un costo mayor de 3000 millones de pesos, entre 2006 y 2011, se pagaron al menos 9 millones de dólares en sobornos en esa obra en Michoacán. Y no, no se dijo que Cárdenas haya sido el receptor de sobornos, eso no está documentado, solo que correspondió a su Gobierno y la FGR en su caso, podría investigar, indagar e identificar quiénes fueron los receptores de aquellos sobornos, porque fue un caso más de corrupción, y no solo se investigue a EPN y sus supuestos cómplices o viceversa.

¿El caso está o no está relacionado con la reforma energética de 2013?, en el famoso Pacto por México de la administración anterior, sin embargo, por esa presunción un exsenador esta en la cárcel, al excandidato a la presidencia de la República Ricardo Anaya de quién en radio pasillo en Palacio Nacional, se comenta que López Obrador lo quiere como trofeo en prisión, y más aún, le pide a R. Anaya que se presente ante el Juez de Control y se declare culpable, cuando la obligada de probar es la FGR. Contrario a Lozoya, que es ya un presunto delincuente confeso, al declarar en la FGR que estos dólares que recibió se utilizaron para sobornar a legisladores para aprobar dicha reforma, declaración del 2020. Pero hay algo que la ciudadanía debiera saber; que Odebrecht y sus directivos nunca han reconocido que hayan pagado dinero para la campaña electoral ni para la reforma energética. Luis Alberto de Meneses, el exdirector de Odebrecht en México ha dicho que el dinero se le entregó a Emilio Lozoya y lo que este haya hecho con el mismo, solo Lozoya lo puede saber, pero que ellos nunca etiquetaron ese dinero para compra de votos.

Marcelo Odebrecht el principal directivo de la constructora brasileña nunca trató de influir con legisladores mexicanos a que se aprobara la reforma energética, que en ninguna de sus comunicaciones habla de dinero, solo de convencimiento de palabra. Que el dinero lo pidió y se transfirió a Emilio Lozoya, y este dice que él mismo se encargó de hacer llegar ese dinero a los legisladores a cambio de su voto y esa parte es la más endeble de la acusación que ha venido formulando, porque solo está en sus dichos, más no está documentado el pago de esos supuestos sobornos, el dinero no salió de la constructora a los legisladores y Lozoya dice que fue para comprar votos, falta que lo demuestre.

La declaración ante la FGR del mismo Emilio Lozoya como presunto delincuente confeso, es que Odebrecht no es una empresa petrolera, que no se beneficiaría en lo absoluto de la reforma energética porque ellos no se dedican a extraer petróleo. Esto hace mucho más ruido, para lo de la aprobación de la reforma energética. Odebrecht no está dedicado al negocio del petróleo. Nunca han sacado un barril de petróleo de ningún país en el mundo. Y las obras que hacen no es para ellos, sino para clientes de Pemex en México.

El combate a la corrupción parece una burla más, sobre todo de Emilio Lozoya, que desde que arribó a México buscó un pacto de impunidad con las autoridades. Lo procedente es que siga su proceso en la cárcel de acuerdo con el artículo 167 del Código Nacional de Procedimientos Penales, como ya sucedió. Sin embargo, eso no es suficiente, sino que sea condenado por corrupto y que en toda la intriga de la política nacional se nos diga, ¿quiénes son los responsables? ¿quien recibió dinero? ¿por y para que? y los que resulten ser corruptos vayan a la cárcel sí, pero con evidencias, no con palabras tanto de Emilio Lozoya en la cárcel, como de López Obrador desde Palacio Nacional y que se dilucide cuál fue la ruta del dinero. La sociedad civil. le guste o no le guste al Gobierno y a los hombres del poder público y político, exige sin distingos de partidos, ni de colores, ni de ideologías, una sentencia que se pronuncie sobre la corrupción e ilegal ejercicio de las funciones de los servidores públicos y de los privados también en su caso.

a2m8m@yahoo.com

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