*La Repartición de los $$$ “Panes” de Parte de Lozoya y las Rejas Cerradas
*Las Ligas se Utilizan hoy Como Vengativa Resortera Político-judicial
*El Triunfo de Cárdenas Llevó a Robles al Poder y a AMLO al Desafuero
*Ella Bailando un Tango se Enamoró y Paso a Pasito se Fastidió
*“Pero que el Siglo Veinte es un Despliegue de Maldá Insolente…”
Por Nidia Marín
Es bien sabido que, en México sin importar si el partido que gobierna es de derecha, de izquierda o populista como el actual, aplica la justicia selectiva, por lo cual ha sido criticado en todo el mundo… como ahora que se viven un rosario de problemas.
Mientras Emilio Lozoya reparte los panes y disfruta de opíparas cenas en lujosos restaurantes de la capital del país en pleno Paseo de la Reforma (gracias a que según dicen soltó un buen dinero, ajeno desde luego, por aquí y por allá para darse vida de rey) a Rosario Robles se le niega la prisión domiciliaria, según esto por el riesgo que existe de que se escape.
¿A dónde? ¡Por Dios!
Como dice el tango “Venganza”, de Lupicinio Rodríguez:
“Mientras yo tenga voz en el pecho, no quiero más nada/ que clamar a los santos venganza, venganza clamar. / Ella debe rodar cual las piedras ruedan por las calles, / sin tener rincón de su vida para descansar”.
Sí, la venganza encaminada desde Palacio Nacional, aderezada con las iras furibundas de los involucrados en el caso de “las ligas” (hoy utilizadas como resortera político-judicial), es el ejemplo actual de una parte de dicha justicia selectiva, misma que se utilizó, aunque de otro modo, cuando López Obrador fue desaforado y dos panistas pagaron la fianza de 2000 pesos para que AMLO no pisara la cárcel, lo que impidió se convirtiera en mártir y causó el enojo del entonces perredista y hoy máximo líder de Morena.
Él, indudablemente, deseaba la inmolación, el martirio para después de la crucifixión obtener el poder y el eterno agradecimiento de los mexicanos por hacernos el favor de gobernar.
¿Y por qué Rosario?
La historia inicia cuando por vez primera fue electo por voto secreto y directo un Jefe de Gobierno en el entonces Distrito Federal y concluía la etapa de los regentes nombrados por el Presidente de la República en turno.
Así, en las elecciones de intermedias de 1997 el candidato del Partido de la Revolución Democrática, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, les ganó el Distrito Federal a los cuatro contrincantes: Alfredo del Mazo González, PRI; Carlos Castillo Peraza, PAN; Viola Trigo, PT y Jorge González Torres, del Verde Ecologista.
El ingeniero tomó posesión el 5 de diciembre de aquel año y nombró, por vez primera en la historia, a una mujer como secretaria de Gobierno, es decir en el puesto siguiente a la Jefatura: la economista Rosario Robles Berlanga.
Hubo plácemes con el gobierno de Cárdenas. Inclusive Jesús Galván Muñoz, del PAN, diría ante los integrantes de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal de 1999:
“Cuando nos preguntamos por el significado de los resultados de la elección del 97, sólo podemos contestar que constituyó la más grande tentativa pacífica que se haya dado en esta ciudad para terminar con las viejas formas de gobierno, deficientes y autocráticas; para neutralizar a una autoridad irresponsable y con frecuencia notoriamente abusiva; para acabar con un sistema que en su nombre mismo era una afrenta, la Regencia, es decir gobierno de un estado durante la menor edad, ausencia o incapacidad de su legítimo príncipe.
“El resultado que favoreció ampliamente al ingeniero Cárdenas fue la manifestación clara de que aquí no hay príncipes ni menores de edad, sino ciudadanos que mantienen encendida su decisión de darse un gobierno honrado, servicial y eficaz”.
Ese día en el palacio de Donceles se tomaba la decisión de nombrar sustituto (a) del ingeniero Cárdenas, quien habría renunciado a su cargo para buscar por tercera vez la Presidencia de la República y se asegura que aquella Asamblea Legislativa fue la que entregó a doña Rosario, como sustituta, la Jefatura de Gobierno, aunque tras bambalinas se asegura que fue una recomendación de Cárdenas.
Y LA LOLA SE FUE A SU CASA…
Y quien ya se hacía con el cargo era Dolores Padierna, quien tenía el apoyo de varios asambleístas. La ALDF estaba dirigida en esos momentos por Martí Batres Guadarrama, por lo que la ira de aquella mujer era inconmensurable y evidente.
Hay que recordar que fue Rosario Robles como Jefa de Gobierno (por cierto, la primera mujer en la historia del país en ocupar ese cargo) quien expropió en el año 2000 parte del predio El Encino, ubicado en Santa Fe para que se construyera una vialidad de acceso a un hospital privado. Al año siguiente el propietario del terreno se amparó y demandó al gobierno citadino. A su vez la autoridad judicial ordenó que no se construyera nada de la señalada vialidad hasta que no concluyera el juicio.
Sin embargo, cuando López Obrador llegó el poder desobedeció la orden judicial, además de que mantuvo su confrontación con el presidente de la República de aquel entonces, Vicente Fox quien, en 2004, a través de la PGR solicitó el desafuero del Jefe de Gobierno por tal hecho.
Fue desaforado en la Cámara de Diputados y aunque el Tribunal Supremo dictaminó que podía seguir en su cargo hasta que concluyera el proceso, él se fue horas antes. Su cargo lo ocupó Alejandro Encinas hoy subsecretario de Gobernación.
Aquella sesión en la Cámara de Diputados la cubrimos el director de este semanario, Jesús Michel Narváez y esta reportera. Ahí López Obrador antes de tomar las de Villadiego pronunció un discurso.
Entre otros señalamientos dijo:
“Ahora resulta que, en el país de la impunidad, en el país del Fobaproa, de los Amigos de Fox, del Pemexgate y otros latrocinios cometidos, permitidos o solapados por los que ahora me acusan y juzgan, a mí me van a desaforar, me van a encarcelar, me van a despojar de mis derechos políticos por haber intentado abrir una calle para comunicar un hospital. Repito: por intentar abrir una calle para comunicar un hospital.
“Ahora resulta que los Defensores del Derecho Supremo del Privilegio han convertido en un grave delito, una supuesta infracción jurídica que amerita despojarme del cargo que legal y legítimamente me fue otorgado por los ciudadanos del Distrito Federal.
“Así es el Estado de Derecho que pregonan. ¿Cuál Estado de Derecho puede haber si en México los encargados de impartir justicia, en vez de proteger al débil, solo sirven para legalizar los despojos que comete el fuerte?
“¿De cuál Estado de Derecho hablamos si sólo se castiga a los que no tienen con que comprar su inocencia?, ¿Cual Estado de Derecho existe si la mayoría de los jueces, magistrados y ministros no tienen el arrojo de sentirse libres y todavía se comportan como empleados del Poder Ejecutivo Federal?
“¡No señoras y señores! Eso no es Estado de Derecho. En México, desgraciadamente, el Derecho ha significado por lo común lo opuesto a su razón de ser; el Derecho que ha imperado ha sido el del dinero y el del poder por encima de todo; el Derecho de un modelo de país exclusivo para los privilegiados y el Derecho de destruir a quienes pongan en peligro ese modelo”.
Tal vez hoy el tabasqueño se esté mordiendo la lengua, pero entonces diría, además:
“Les repito: no me voy a amparar ni solicitar libertad bajo fianza porque sencillamente no soy culpable y porque así protestaré de manera pacífica ante la arbitrariedad que se comete en mi contra y en contra de quienes luchan por la democracia y rechazan la injusticia.
“Tampoco voy a recurrir a artimañas o a negociaciones vergonzosas. Nada, ni siquiera la aspiración al cargo más elevado de la República, podrá justificar el hacer a un lado la dignidad y los principios.
“No soy un ambicioso vulgar. No llevaré a nadie al enfrentamiento. Todo lo que hagamos se inscribirá en el marco de la resistencia civil pacífica.
“Por último, diputadas y diputados, con sinceridad les digo que no espero de ustedes una votación mayoritaria en contra del desafuero. No soy ingenuo. Ustedes ya recibieron la orden de los jefes de sus partidos y van a actuar por consigna, aunque se hagan llamar representantes populares. Claro está que otros diputados, los menos desgraciadamente, votarán con dignidad y decoro. Pero los que van a votar en mi contra y los que se abstendrán, pensando que hay justo medio entre ser consecuente o cortesano, no deben ufanarse por haber logrado una especie de desafuero patriótico porque todavía la conducta de ustedes tendrá que pasar por el escrutinio público, por la opinión y la decisión de la gente”.
Y así fue.
MAREO DE PODER Y… DE AMOR
Rosario Robles asumió el poder y ciertamente desde la Jefatura de Gobierno ella emprendió una cacería en contra del último regente, Oscar Espinosa Villarreal por presunto peculado. Hoy este buen hombre seguramente dice: “Arrieros somos y en el camino andamos”.
Pero el ambiente político durante aquella sucesión presidencial estaba que ardía y la Jefa de Gobierno recibía criticas de aquí y allá, sobre todo porque decidió bailar un tango a finales del siglo XX y principios del XXI: se enamoró de Carlos Ahumada Kurtz y como cantaba Gardel en “Cambalache”:
“Pero que el siglo veinte es un despliegue / de maldá insolente ya no hay quien lo niegue/ Vivimos revolcaos en un merengue/ y en el mismo lodo todos manoseaos.
“Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor / ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador / todo es igual, nada es mejor / lo mismo un burro que un gran profesor”
Y también:
“Siglo veinte, cambalache, problemático y febril/ el que no llora no mama y el que no afana es un gil”.
Ni como negarlo. En ese clima, “las ligas” hicieron su debut en la televisión y la iracundia se desató, López Obrador se fue a la… villa y perdió la silla, por aquel cuestionado dos por ciento de los votos, Rosario recibió imputaciones de culpabilidad en el asunto, renunció al PRD (en 2004), fundó su despacho de asesoría político electoral y ocho años después regresó al ejercicio en esa materia como integrante del gabinete del presidente Enrique Peña Nieto.
Hoy doña Rosario paga todos aquellos platos rotos… en la cárcel, a donde fue enviada por uno de sus múltiples archienemigos. Fue un juez (Felipe de Jesús Delgadillo Padierna) sobrino de la pareja Bejarano-Padierna y quizás por el que todo decide, el encargado de cumplir la encomienda.
A toda velocidad avanza la justicia selectiva. Quizás como escribieran Mónica Maccise Duayhe y Rodolfo Vázquez en su trabajo “La garantía de acceso a la justicia: aportes empíricos”:
“El efectivo acceso a la justicia está lejos de ser una realidad para un significativo universo de personas y, por lo tanto, las discusiones vinculadas con las formas y estrategias en que éste pueda mejorarse interesan y deben involucrar, en general, a toda la sociedad. Sin embargo, las mujeres, entre otros grupos desaventajados, enfrentan dificultades particulares cuyas especificidades deben ser atendidas”.
En agosto de 2019 fue trasladada al penal de Santa Martha Acatitla, donde estuvo por un día “La Tigresa” y han purgado condenas otras, como la maestra Elba Esther Gordillo en 2013; y actualmente en el máximo reclusorio para féminas del país, están: “Miss Moni”, dueña del Colegio Rébsamen que se vino abajo en el temblor de 2017 y causó la muerte de 19 niños, de la misma manera que “La Mataviejitas”, así como Sara, una descuartizadora apodada “la Narcosatanica”.
Y COMO DON PONCIO AMLO SE LAVÓ LAS MANOS
Hace una semana el juez de Control del Centro de Justicia Federal del Reclusorio Sur de la Ciudad de México, Ganther Alejandro Villar Ceballos, le negó la prisión domiciliara a la acusada por la Estafa Maestra, Rosario Robles Berlanga.
Ante ello, López Obrador fue cuestionado durante una de sus presuntas conferencias de prensa si la estadía en la cárcel de Robles Berlanga era una venganza personal del presidente de la República, en vista de la decisión del juez de negarle la prisión domiciliaria porque podría fugarse. Respondió:
“Creo que es una decisión del Poder Judicial, de los jueces, de ellos depende. Y por lo que corresponde al Ejecutivo no hay ninguna venganza, nosotros no hacemos eso, eso es inmoral, es indigno, eso le resta a cualquiera autoridad y para nosotros lo más importante es la autoridad moral. De parte del Ejecutivo no hay persecución a nadie, no se denuncia a nadie por consigna política. Y estos asuntos los trata en primera instancia la fiscalía, que es un poder autónomo y luego el Poder Judicial. Los jueces pertenecen al Poder Judicial, los ministros al Poder Judicial”.
Además:
“En el caso de Rosario Robles es un asunto del Poder Judicial, es el que resuelve y si el juez recibió una orden o actuó por consigna, debería de ser sancionado, porque los jueces tienen que actuar con autonomía”.
Y ante la pregunta si consideraba que se debería revisar la acción del juez que recientemente le negó la prisión domiciliaria, López Obrador contestó que sí les corresponde a ellos “pero podría participar la Comisión de Derechos Humanos, nacional e internacional, se tiene que acudir a todos los medios cuando hay una inconformidad, cuando se piense que hay una injusticia”.
El absurdo es pensar que si la mandan a su casa como presa se puede escapar. Creo que ni siquiera se asomaría la ventana, ya que a le podría suceder aquello que escribiera Carlos Augusto Hernández Armas en su trabajo “El estigma de las mujeres en reclusión en México: una mirada desde el interaccionismo simbólico”:
“Alrededor de las mujeres presas se ha construido un sistema categorial que se basa en el ‘defecto original’ del comportamiento desviado para, posteriormente, atribuirles un elevado número de imperfecciones. En el estereotipo, las prisioneras viven real y simbólicamente el extremo del cautiverio que comienza con la opresión genérica proveniente de la cultura (Lagarde, 2005); en consecuencia, viven una exclusión de todo lo que les es prohibido, ubicándolas en una situación de dependencia vital que las despoja de su cuerpo, su subjetividad y su autonomía”.
Y así, en el México del siglo XXI estamos entre la injusticia de la justicia y el poder omnímodo de un populista sin control.