México fue el único integrante de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en el que se incrementó la migración recibida durante el año pasado. “El país tuvo más de 54 mil nuevos migrantes permanentes, una de las cifras más altas registradas, luego de un fuerte aumento en las admisiones humanitarias”, detalló el organismo.
El incremento de 40 por ciento en la migración permanente que recibió México, es el único entre las economías que integran la OCDE. Se da en el marco de los confinamientos por la pandemia de Covid-19 y múltiples cierres fronterizos. El dato contrasta con lo sucedido en los usuales destinos de migración como Estados Unidos, donde estos flujos cayeron 44 por ciento, y Alemania, donde lo hicieron 26 por ciento.
De acuerdo con un informe de la organización, en México hubo más admisiones humanitarias en 2020 que un año previo. En contraste, Estados Unidos y Canadá, dos países donde la mayor parte de las admisiones por motivos humanitarios provienen del extranjero a través del reasentamiento, vieron una reducción mucho más severa de este tipo de migración.
El año pasado, las autoridades estadounidenses recibieron más de 250 mil solicitudes de asilo, 17 por ciento menos que las 300 mil de 2019; mientras a México se enviaron 41 mil 200, a Grecia 37 mil 900 y a Reino Unido 36 mil.
México no sólo recibió más solicitudes de protección internacional y reasentamiento, sino que sus respuestas positivas a ellas aumentaron 129 por ciento anual, también la proporción más alta entre las economías de la OCDE, informó el organismo.
Esto, mientras los flujos migratorios legales de mexicanos a Estados Unidos, que representan casi el 90 por ciento de la inmigración total de mexicanos en la OCDE, disminuyeron por tercer año consecutivo y se situaron en 156 mil.
La crisis de Covid-19 provocó la caída más pronunciada registrada en los flujos migratorios hacia los países que integran la OCDE, de más del 30 por ciento. El año pasado, alrededor de 3.7 millones de personas migraron de sus países, es la cifra más baja desde 2003.
También el número de nuevas solicitudes de asilo hacia los países de la OCDE cayó 31 por ciento en 2020, es la baja más pronunciada desde el final de la crisis de los Balcanes a principios de la década de 1990.
Y, si bien, entre 2010 y 2019 los programas de reasentamiento han permitido que más de un millón de personas que requieren asilo sean trasladadas a un país de la OCDE, el impacto de la pandemia de Covid-19 ha derivado en apenas 34 mil 400 refugiados reasentados, dos tercios menos que en 2019, y el número más bajo del que se tiene registro.