Por Verónica V. González y Arnoldo Piñón
Una vez que la Ciudad de México y el Estado de México pasaron, el pasado sábado 16 de octubre, a semáforo epidemiológico verde, el Sindicato Nacional de Trabajadores del ISSSTE (SNTISSSTE), tiene condiciones para convocar a congreso extraordinario para reformar su estatuto e introducir el voto personal, libre, secreto y directo de sus agremiados para la elección de sus dirigentes para los próximos cuatro años.
Un total de 20 estados se encuentran en semáforo verde, 11 en amarillo y sólo 1 en naranja, por lo que las restricciones sanitarias para reuniones se han flexibilizado.
De acuerdo con expectativas en ese sindicato, en los próximos días deberá realizarse un pleno extraordinario del comité ejecutivo nacional, con la finalidad de discutir y aprobar la convocatoria al congreso, donde deberá homologarse el estatuto sindical con el artículo 69 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado (LFTSE), para elegir a los dirigentes a través del voto democrático de los trabajadores.
El congreso pudiera realizarse la primera quincena de diciembre, debido a que si bien es cierto la convocatoria debe publicarse con un mes de anticipación de acuerdo con el estatuto vigente, se estima que se requieren quince días adicionales para que en las 48 secciones se lleven a cabo las elecciones de delegados.
El artículo 29 establece que, para la instalación de ese tipo de eventos, se requiere de por lo menos de dos terceras partes del total de los delegados que concurran al congreso.
Ese mismo requisito aplica para la aprobación nacional de las reformas estatutarias. Se calcula que deberán ser electos unos 370 delegados, de acuerdo con la membresía del SNTISSSTE, estimada en más de 75 mil trabajadores en todo el país.
En la reforma al estatuto se deberán establecer las reglas para la elección de los próximos dirigentes, desde tiempos de campaña, requisitos que deben reunir los candidatos a la presidencia sindical, sanciones aplicables en casos de violación al proceso, fechas de registro de plantillas, formas de financiamiento e integrantes del Comité Electoral.
En caso que la elección sea a través de planilla, como es lo más probable, los riesgos para personajes como Francisco García Culebro y sus hijos Francisco Enrique y Erick Arturo, implicará un riesgo: de perder. Poque seguramente serán sentados en el banquillo para enfrentar, incluso, acusaciones penales.
Además, es posible que no lograrse acuerdos para impulsar una planilla de unidad, el manejo de los dineros de la comisión nacional de auxilios, será uno de los temas centrales de la campaña de alguno de los candidatos.
Y es que los doce años que esa familia ha manejado las aportaciones quincenales de 81.48 pesos por trabajador -incluidos algunos cientos de confianza-, han generado sospechas fundadas que se han enriquecido escandalosamente.
En los últimos cuatro años, el fondo de esa comisión prácticamente no ha tenido crecimiento, pese a esas aportaciones y a los intereses financieros que generan las inversiones del mismo. Durante el XLVII pleno del comité ejecutivo nacional de marzo de 2017, tenía 983 millones 522 mil 283 pesos, de acuerdo con el informe rendido por Carlos Fermín García Culebro.
En el informe rendido por Erick Arturo García Salamanca Varela -sobrino de aquel e hijo de Francisco, quién es el tesorero- el pasado 27 de septiembre, el fondo se ubicó en 973 millones 663 mil 443 pesos.
Es la primera ocasión en que, durante toda una gestión, el fondo de la comisión de auxilios no registra crecimiento, por lo que paulatinamente ha aumentado la exigencia que se practique una auditoría y en caso de ser necesario se presenten denuncias penales contra los responsables.
En la gestión 2009-2013, Francisco García Culebro fue presidente de esa comisión: entre 2013 y 2017 la presidió su hermano Carlos Fermín; y desde mayo de 2017 a la fecha el presidente es su hijo Erick Arturo y durante todo ese tiempo ha formado parte de la directiva el físico Edmundo Ulises Cortés Sagredo.
Desde hace más de 30 años, el patriarca de la familia es el cacique en la sección VI «Estancias de Bienestar Infantil», en la que han sido secretarios generales sus hermanos Carlos Fermín y Rosa Margarita y actualmente -desde 2017- lo es su hijo mayor Francisco Enrique.
Esa posición le permite, de acuerdo con trabajadores de esa sección, el manejo de unas 70 comisiones sindicales, de las cuales varias son auténticas aviadurías, incluidas las que gozan su hija menor Delmy Enriqueta y Marcela -hija de su hermano Carlos Fermín- y esposas de sus aliados, como Blanca Celina Mendoza Jáuregui -cónyuge de Sebastián Chávez Pérez-, Rosa María Martínez Jiménez -de Salvador Díaz Castro- y María Teresa de Anda Morales -cercana de Cortés Sagredo-.
Interesante por demás que varias de las plazas que exdirigentes seccionales -incluido el actual, Francisco Enrique, hijo del cacique- formaban parte de otras secciones. Fue necesaria la intervención del presidente sindical para evitar un escándalo.
PARA LA AGENDA
La decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de que las relaciones laborales en los organismos públicos descentralizados podrán regirse por el apartado B del artículo 123 constitucional, dejándose sin efectos la jurisprudencia 1/96, tiene una repercusión de largo alcance, aun cuando no tendrá efectos retroactivos. Así, por ejemplo, instituciones como ISSSTE, la más importante, sin duda, se mantendrá en ese esquema, con lo que desaparece cualquier riesgo que otro sindicato emplace a huelga por firma de contrato colectivo…
