Por Alberto F. Mena Mallen
Que triste y peligroso es, ya ahora, que la crispación, el enojo, los pleitos, la desunión, la división y lo que puedas hacer contra el “enemigo”, lo utilicen para ganar a como dé lugar, aunque no lo logres y solo humilles y desprestigies al contrincante al considerar que sales “triunfante”, mientras que los habitantes de México solo vemos con pena que crece este enfrentamiento virtual, hasta ahora, entre ciudadanos y mexicanos y todo por la metralla del presidente quien se ha encargado, en sus mañaneras, de que todo esto se presente en nuestro territorio.
Algo así sucedió con la actitud de AMLO en el sentido de que no acudió, como tradicionalmente sucede, a la entrega de la medalla Belisario Domínguez, en el Senado de la República, debido a que acusó a la legisladora del PAN, -antes de Morena-, Lily Téllez, de que había afirmado que lo iban a maltratar al estar presente en ese recinto, lo que realmente no fue de esa manera. Fue una actitud maliciosa por parte del presidente, quien argumentó que se iba a maltratar la investidura que ostenta. Si se sumaran todos los agravios que ha recibido durante sus giras por el territorio nacional, entonces debería cancelarlas.
Además, su partido, Morena, con integrantes, muchos de ellos que no le hacen caso a su líder en el sentido de que no debe de haber encono, pleitos, sino mediación, amabilidad, análisis, estrategia, humanidad, abrazos, amor, cariño, y en cambio usan métodos no muy ortodoxos, que descomponen aún más las relaciones entre quienes tenemos que vivir en este barco.
Se ven noticias que causan enojo como en hecho de que el representante de Morena en el Instituto Nacional Electoral no acepta la utilización de la aplicación para recabar firmas para el proceso de revocación de mandato que se realizará el próximo año y quiere, en cambio, que se utilice papel para ello.
Ello va acorde con las políticas del primer mandatario que, va hacia atrás en muchas de sus decisiones públicas, como sucede con las energéticas, que en vez de mejorar y dejar atrás lo más contaminante, prefiere este camino. Tal vez lo desee para poder manejar las firmas de sus simpatizantes a su antojo, claro, negando a toda costa que con ello se puedan cometer fraudes o irregularidades electorales. La modernización y globalización, no es lo de ellos.
Igualmente, va en contra de la redistritación del país, haciendo a un lado el hecho de que, con los años, la población se mueve de un sitio a otro, además de que hay fallecimientos y nacimientos que modifican la conformación habitacional del territorio nacional. Incluso sin saber dividir cifras básicas, critica la disminución o aumento de los distritos en las entidades federativas al negar o no argumentar adecuadamente sus pretensiones. Con estas actitudes y posturas, queda en entredicho su profesionalismo ante este organismo federal. Y lo peor de todo es que existen chairos que piensan como este personaje y lo defienden de las “malas autoridades” atacando en redes sociales para denostar.
Otro ejemplo pasa con la recién delegada en la alcaldía de Cuauhtémoc, Sandra Xantall Cuevas Nieves, a quien diputados de morena, Nancy Núñez Reséndiz y Janecarlo Lozano Reynoso, la acusaron ante la fiscalía de la Ciudad de México por los posibles delitos de ejercicio abusivo de funciones y distracción de recursos públicos, porque instaló en la explanada de la alcaldía Cuauhtémoc para su toma de protesta una alfombra roja, luces, sonido, juegos pirotécnicos, sillas, mesas, flores, incluso contrató meseros, entre otras actitudes que no son acordes a un gobierno austero.
La alcaldesa, reviró a sus acusadores al señalar que los demandará porque le envían a personajes para que la vigilen y para presionar para que deje la administración de un deportivo, ya que la responsable es una diputada ligada a la Unión Tepito, que regentea el lugar y al verse afectada por las decisiones de la actual funcionaria, busca de alguna forma no perder dichos ingresos y beneficios.
Desde que tengo memoria, cuando llegó Cuauhtémoc Cárdenas al gobierno de la Ciudad de México, en 1997, quienes arribaaron a la administración, han abusado de los recursos públicos, ya que personalmente vi que los gastaban en comidas para todos los cuates, en buenos y caros restaurantes del Centro de la capital. Y desde esa época ha sucedido lo mismo, lo que ha sido constatado por los medios de información, que han denunciado las extravagancias de muchos de los gobernantes en turno.
Además, al querer contrarrestar a los contrarios, utilizan estas acusaciones, en lugar de buscar entre todos la solución a tantos problemas que se tienen y evitar, como lo he dicho en otras ocasiones, que éstos vayan adelante de la solución; hay ambulantaje, inseguridad, falta de servicios públicos, contaminación, viviendas en mal estado, entre otros, y se dedican a voltear a ver al enemigo, no al contrincante, para jalar la cobija en su beneficio personal.
El caso de Emilio Lozoya que se le vio en un restaurante de lujo, acompañado por algunas personas, demuestra que la justicia anda mal, que la impunidad sigue latente, mientras que el presidente asegura que no es ilegal sino inmoral. Que el acusado de corrupción, sobornos y malos manejos en Pemex, debe estar arraigado y no paseando por la ciudad, ya debería tener consecuencias las acusaciones que pesan en su contra.
El fiscal general de la República, anda en pleitos familiares, mientras que la administración de la justicia anda suelta, sin rumbo, hechos que permitirán que los mexicanos piensen que este gobierno se hace el loco con la corrupción y la impunidad, lo que provoca malestar, lo que tal vez se refleje en la revocación del mandato presidencial.
El asunto es que se ve venir una lucha política entre integrantes de partidos políticos capitalinos, particularmente generada por morenistas que no quieren perder sus beneficios, luego de que la oposición logró el triunfo en nueve alcaldías, que gobernaba Morena. Pleitos que gastarán energía sin un beneficio para los ciudadanos.
