Los 60 Días en Marcha Prueba de Fuego Para el Otrora Partido de Estado

Tema Principal

*¿Asumirá el Papel de “Bisagra”? ¿Será Nuevo Aliado del Bando en el Poder?

*En la Actualidad Vive la Peor de las Crisis de las que se Tengan Memoria

*De las 15 Gubernaturas en Juego en la Pasada Elección no Ganó Nada

*La Alianza con Otras Instituciones ha Rendido Frutos Momentáneos, no más

*Su Trajín, en Busca de la Lámpara de Aladino que Ilumine la Oscura Noche

*Pero los Antiguos Sectores Están Tácitamente Reducidos a la Lágrima

Por Jesús Michel Narváez

Tres ya se consumaron. La cuarta está en proceso. Y no se trata de la cacareada transformación del país. Es la del ¡PRI!

Como México, Nación, que cruzó de la monarquía a la Independencia, más tarde Reformó el Estado y finalmente encontró el mecanismo para derribar al dictador con la Revolución, el PRI ha hecho tres transformaciones y pasó de Partido Nacional Revolucionario a Partido de la Revolución Mexicana para después anquilosarse como Partido Revolucionario Institucional. Hoy es la base de la mayoría militante de Morena.

Con el lema “Nuevos tiempos. Nuevos retos”, el CEN del todavía tricolor, que apunta a querer pintarse de guinda, fija fecha para su refundación: 11 de diciembre.

Sin embargo, los 60 días que faltan para que 3 mil 274 delegados, quienes serán elegidos desde los niveles seccionales, municipal y de las demarcaciones de la Ciudad de México, “definan el rumbo del país”, serán la prueba de fuego para conocer si el otrora partido de Estado sobrevive como ente independiente o si para esas fechas habrá asumido el papel de “bisagra” o de nuevo aliado del partido del gobierno que, a ciencia cierta, se adelantó a la transformación priísta. Porque Morena adoptó todas las herramientas: organización, militantes, sectores, agrupaciones, sindicatos y, por supuesto, las mañas.

Con Alejandro Moreno Cárdenas, el PRI, que se había encogido desde 2000 y medio se estiró en 2012, ahora vive la peor de las crisis de que se tenga memoria.

En las pasadas elecciones estatales no avanzó y sí retrocedió. De 15 gubernaturas en juego no ganó una. En el ámbito federal, cuenta con 70 legisladores de los cuales 40 son de representación proporcional y 30 de mayoría relativa gracias a la alianza Va por México conformada con el PAN y el PRD.

LAS TRES DE LOS OTROS TIEMPOS

Fundado durante el último año de gobierno de Plutarco Elías Calles con la finalidad de “iniciar le etapa de las instituciones y acabar con la de los caudillos”, el PNR se reformó en 1938 -Lázaro Cárdenas gobernaba- y nacieron los sectores Campesino, Obrero, Popular y el militar. Y con ello, nació el hijo: Partido Nacional Revolucionario.

Se buscó amalgamar ligas agrarias y los sindicatos con la finalidad de responder a los propósitos de la Revolución y reorientar al partido a uno de carácter popular, defensor de los campesinos y los obreros.

El sector popular, la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) se constituyó 28 de Febrero de 1943, aunque desde cinco años atrás formaba parte del PRM.

Luego vendría la tercera transformación. Corría el mes de enero de 1946 y a solamente 49 días de haber tomado posesión Miguel Alemán Valdez, el “cachorro de la Revolución”, primer civil en convertirse en Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

¿Se acuerda de Blas Chumacero? Ya era diputado federal. Fue el personaje que leyó el dictamen por el cual se proponía modificar no solamente el nombre del partido sino la estructura y la posición ideológica. Por primera ocasión, la dirigencia del PRM admitió realizar las reformas estructurales y doctrinarias introducidas por Manuel Ávila Camacho para legitimar al partido frente la nueva sociedad crecientemente urbana que ha surgido.

Como PRI, rompiendo con su pasado, reconoció “la existencia de la lucha de clases como fenómeno inherente al régimen capitalista” y confirmó su compromiso de colaboración con las mayorías populares; declaró que pugnará por continuar la reforma agraria y por mantener la preeminencia económica del Estado, entre otros postulados.

De acuerdo con una publicación de Memoria Política de México:

“El hoy constituido Partido Revolucionario Institucional se define según sus Estatutos como una asociación política nacional, integrada por obreros y campesinos organizados, por trabajadores independientes, empleados públicos, cooperativistas, artesanos, estudiantes, profesionales, comerciantes en pequeño y demás elementos afines en tendencias o intereses, que acepten los principios de la Revolución Mexicana; las mujeres se consideran exactamente en las mismas condiciones que los hombres”.

El PRI, con sus tres trasformaciones detentó y controló el poder público, el político, durante 70 años. No hubo partido de oposición que venciera a sus candidatos presidenciales y de gobernadores; tampoco en el legislativo concedió la plaza. Mantuvo la mayoría calificada y después la simple hasta 1997, cuando, aun siendo primera fuerza, tenía que buscar aliados para alcanzar las reformas constitucionales e incluso, las leyes secundarias. Le hizo falta una docena de diputados para alcanzar la simple.

LA CUARTA ES ¿LA VENCIDA?

Con una dirigencia cuestionada que lo debilita; la mano dura presente y la imposición de candidatos a posturas de elección popular, la encabezada por Alejandro Moreno Cárdenas y Carolina Viggiano, dista de contar con el respaldo “pleno y total” de los integrantes del Consejo Político y atraviesa por una crisis de presencia en los 32 estados de la Federación. La división interna dejó de ser un fantasma para convertirse en una pesadilla para el actual Comité Ejecutivo Nacional.

Como partido sin poder suficiente, reducido por el número de sus legisladores -14 senadores y ahora 70 diputados federales-, ha tenido que firmar alianzas con los “enemigos acérrimos”, PAN y PRD, que tampoco conforman una fuerza letal para Morena, ni en el Senado de la República ni en la Cámara de Diputados.

Sin embargo, la alianza rindió frutos al frenar, momentáneamente, la Ley de Revocación de Mandato.

Y ahora está en el camino del quiebre. La postura asumida por la dirigencia partidista abrió las puertas a la discusión de la iniciativa para reformar la Constitución en materia de energía eléctrica y minerales, con lo cual se entierra el 50 por ciento de la reforma energética del priísta Enrique Peña Nieto.

En busca de la Lámpara de Aladino que ilumine la oscura noche en la que vive el disminuido partido, la semana pasada fue instalada la Coordinación Nacional Preparatoria para la XXII Asamblea Nacional Ordinaria que tendrá su clímax el 11 de diciembre próximo.

“Con la finalidad de discutir el proyecto de país, la estrategia política, así como la vida interna y prospectiva de este instituto político, y porque ante “nuevos tiempos, nuevos retos”, el partido revisará la prospectiva de la sobrevivencia.

Según comunicado, el partido “informó a sus militantes que se instaló la Comisión Nacional Preparatoria, presidida por José Antonio González Fernández, ex dirigente nacional, e instancia integrada por destacados priistas comprometidos, con una valiosa experiencia en las luchas históricas del partido, y quienes apoyarán en la organización, seguimiento, evaluación y validación”.

Habrá 4 mesas temáticas para:

1.-Proyecto de país;

2.-Estrategia política;

3.-Vida interna del partido, y 4.-Prospectiva del partido.

Y los días 9 y 10 de diciembre se dictaminarán, en la Comisión Nacional de Dictamen, los grandes acuerdos nacionales que serán sometidos a la plenaria.

Sin el poder de convocatoria, con los sectores: Obrero, Popular y Campesino, debilitados y virtualmente inexistentes, los acuerdos a los que lleguen los iluminados, tendrán el peso de las plumas.

La CTM, que se abroga la “representación de los obreros organizados del país”, ha perdido su fuerza y el ejemplo más reciente es la desincorporación de los trabajadores de la Plata de GM, en Silao, en donde recientemente se ordenó el recuento de y entre los trabajadores por violaciones al proceso de selección de dirigentes sindicales.

Después de Fidel Velázquez, quien llegaría a ser considerado “el hombre mejor informado de México”, tres personajes lo han sucedido: Leonardo Rodríguez Alcaine, Joaquín Gamboa Pascoe y Carlos Olmos del Olmo y ninguno, como siempre se dijo. ¿y quién llenaría sus zapatos cuando muera?, se convirtió en una realidad.

El llamado sector popular, en sus mejores tiempos generador de candidatos presidenciales, es inexistente. Su secretaria general, Cristina Ruiz Sandoval, apenas si es conocida en Naucalpan. La CNOP ha vivido en la inopia desde hace tres lustros y sus cinco últimos conductores no lograron reconstruir lo que alguna vez fuera el semillero de grandes políticos que llegaron a ser sus dirigentes, entre ellos Alfonso Martínez Domínguez y Guillermo Cosío Vidaurri.

La Confederación Nacional Campesina (CNC), desde la transformación del PNR en 1938, se convirtió en el pilar de los votos para el siempre tricolor. En 1988, Jorge de la Vega Domínguez, presidente del CEN del PRI pronosticó una victoria de Carlos Salinas de Gortari con 20 millones de votos, 10 de los cuales provendrían de “los campesinos de México”. La elección apenas se consiguió 9 millones 687 mil 926 sufragios. Ya se advertía la caída del sector. Hoy en día, es un ente que no representa nada frente a los gobiernos federal y estatal. Está en plena descomposición. Intubada y corre el riesgo de ser desconectada.

¿Qué tanto pueden aportar sus dirigentes sectoriales a la conformación del “otro nuevo PRI”?

MORENA SE QUEDÓ CON LA ESTRUCTURA

Con un líder -se podrá o no estar de acuerdo con él, pero lo es- como Andrés Manuel López, el Movimiento de Regeneración Nacional supo apoderarse de toda la estructura político-electoral que construyó durante 7 décadas el PRI y sus antecesores.

La llegada del tabasqueño al Gobierno del Distrito Federal fue el primer paso absorber los núcleos de poder que actuaban desde y en el PRI más la regencia capitalina.

Grupos de ambulantes, de invasores, de pequeños comerciantes, de jóvenes estudiantes, de organismos femeniles, de adultos mayores, etcétera y que durante décadas dependieron de los recursos económicos del PRI-DF -y eso lo sabe y bien Marcelo Ebrard- y los apoyos para instalarse en las calles, obtener permisos para taxis, líneas de autobuses, abrir comercios, atender en materia de salud, de empleo, de educación, a los que menos tenían, pasaron al control de Andrés Manuel López y del PRD.

En los Comités Distritales, el PRD realizó trabajo de extinción de priístas hasta que los eliminó y se quedó con el control electoral.

En el resto del país, Morena no contaba con estructura territorial, pero al triunfo de su candidato en 2018, inició la cooptación de los que realizaban las tareas a ras de tierra para el PRI.

El resultado está a la vista: el partido oficial gobierna 15 entidades incluyendo la Ciudad de México.

EL PRI Y LA DIFÍCIL ETAPA

Si bien hasta antes de las elecciones de junio pasado el PRI contaba con 12 gobernadores, hoy solamente tiene 4: Estado de México, Hidalgo, Coahuila y Oaxaca.

Para 2022 el tricolor podría tener solamente dos mandatarios si pierde Oaxaca e Hidalgo.

Dos opciones le quedan: extinguirse o sumarse a Morena.

Porque en el Partido oficial de hoy (Morena) están los que un día juraron lealtad al PRI.

Y su cuarta transformación no preludia el regreso al poder de aquel que hizo historia.

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