La fuga de petróleo registrada el sábado pasado amenaza este lunes todavía las playas de California, en lo que ha sido catalogado como una «catástrofe medioambiental».
Peces y aves marinas muertas comenzaron a llegar a las playas de Huntington Beach, que permanecen cerradas por las autoridades para evitar que los residentes se acerquen a las aguas contaminadas de la ciudad conocida como «Surf City».
Podrían pasar «semanas o incluso meses» hasta que las playas se abran nuevamente, advirtió la alcaldesa Kim Carr, quien dijo temer «un potencial desastre ecológico» para la zona. Muchos residentes entrevistados por los medios de comunicación locales se quejaron del fuerte olor a betún en el aire.
En total, 24 kilómetros de costa al sur de Los Ángeles fueron cerradas, desde Huntington Beach hasta Laguna Beach, y las autoridades también suspendieron la pesca en la zona afectada.
El derrame de 480 mil litros de crudo comenzó a filtrarse a primera hora del sábado desde un oleoducto conectado a una plataforma petrolífera en altamar, según las autoridades.
El director general de Amplify Energy, la firma con sede en Texas que explota el oleoducto a través de su filial Beta Offshore, aseguró que había alertado a los guardacostas el sábado por la mañana cuando sus equipos detectaron una posible fuga.
La empresa envió un vehículo teledirigido para examinar «más de 2 mil 400 metros de tubería (…) Vimos un punto que creemos que es muy probablemente la fuente» de la fuga, dijo Martyn Willsher el lunes en una conferencia de prensa en Huntington Beach.
«Los buzos bajarán esta tarde para comprobarlo», añadió el director general, al agregar que ninguna de las inspecciones anuales del oleoducto detectó una degradación. Como medida de precaución, Amplify Energy cerró todas sus instalaciones de producción y oleoductos en la zona.
Los guardacostas, que supervisan la operación de rescate, movilizaron numerosas embarcaciones de limpieza. Hasta el domingo por la tarde se habían retirado unos 12 mil litros de petróleo del agua y se habían desplegado mil 600 metros de barreras para contener la marea negra.
El vertido provocó que el senador de California Alex Padilla insistiese en su petición de poner fin a las perforaciones petrolíferas en alta mar.
«Hemos visto una y otra vez lo perjudiciales que son los vertidos de petróleo en alta mar para nuestros ecosistemas costeros, así como para nuestra economía», tuiteó. «Tenemos el poder de prevenir futuros vertidos».