A los dos días de iniciar las pruebas de distribución de Gas Bienestar en Iztapalapa la constante fue la inconformidad de los vecinos quienes esperaban comprar el combustible a precios económicos, lo que no ocurrió.
Por diferentes medios se anunció que el costo del cilindro de 20 kilos sería de 200 pesos, pero en realidad se vendió en 400 pesos, mientras que el de 30 cuesta 600, como se indica en los propios camiones repartidores.
Otra de las inquietudes de vecinos es la desorganización en la entrega, ya que a diferencia de otros servicios que llegan hasta las puerta de sus casas, tiene que esperar en una esquina el Gas Bienestar, para lo que sólo se entregan 60 fichas, lo que consideran insuficiente para una alcaldía con más de 2 millones de habitantes.
Otros distribuidores, argumentaron, “llegan hasta las casas y sin ficha”.
Muchas personas hicieron fila desde las siete de la mañana pero no alcanzaron gas; quienes si lo obtuvieron lamentaron que sólo ahorraron 10 por ciento cuando se les había prometido un ahorro de 50 por ciento.
“No se vale, porque dijeron que a las 8 y hay personas que nos formamos desde las 7 de la mañana, entonces cuenta cuanto tiempo estuvimos, no se vale”, expuso una vecina ante un medio de comunicación.
“Que vergüenza que nos haga eso, no se vale que jueguen con el tiempo de la gente así”.
