Por Jesús Michel Narváez
Del 2018 al 2023… solamente 5 años y se cerrará el círculo: México irá a la Década Perdida.
Y no es una afirmación de los adversarios de la cuatroté (un cuatro como el de los criminales, pero grandote).
No.
Proviene de una organización respetada y respetable. Y que conduce, con acierto, la mexicana Alicia Bárcena, desde hace 13 años. Asumió el cargo en 2008.
Se trata de un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y en el que no hay desperdicio en su texto.
“México transita una década pérdida en la capacidad de la economía para soportar el crecimiento de su población. La actividad económica en México comenzó a mejorar de manera gradual a partir del tercer trimestre de 2020, pero una recuperación total, con un nivel similar al de 2018, se alcanzará en 2023 e incluso el producto interno bruto (PIB) por habitante no se recuperará hasta 2029”.
Bárcena Ibarra, sin mencionar gobernantes, perfila lo que viene, después de la crisis sanitaria no superada y que México vive su tercera ola, con el más elevado número de contagios si bien las muertes han descendido.
La baja inversión y productividad, así como la informalidad, pobreza y desigualdad ya eran un problema estructural en la región, “una característica histórica en nuestros procesos de crecimiento económico”, pero ahora se agravaron.
El estudio precisa: Así como limitaban el crecimiento de la región antes de la pandemia, condicionan la posibilidad de sostener una recuperación más allá del rebote de la actividad económica en 2021.
En concordancia con las estimaciones de crecimiento económico de organismos globales y financieros y bancarios de México, estima que la economía en México crecerá 6.2 por ciento este año, recargada en el impulso de las exportaciones hacia Estados Unidos y, en menor medida, a la recuperación gradual del mercado interno; lo cual marca un alza respecto al pronóstico previo de 5.8 por ciento. Para 2022 se mantiene la perspectiva de un crecimiento de 3.2 por ciento, revela el Estudio Económico de América Latina y el Caribe.
La CEPAL es precisa en sus opiniones sobre estos pronósticos de avance económico. Plantea la existencia de “riesgos a la baja y al alza, vinculados con el ritmo de la recuperación del crecimiento económico mundial y con la evolución de la salida de la crisis sanitaria, sustentada en la disponibilidad de vacunas contra el Covid-19 y en el avance del proceso de vacunación”.
De esto, sin embargo, no habla el presidente López.
Para él todo es miel sobre hojuelas. En su III informe oficial, presumió cifras falsas de recuperación de empleos, de creación de nuevos –“en sembrando vida hay 4.5 millones de sembradores”-, de aumento en la inversión extranjera directa (IED), la existencia de paz social, de incremento en las reservas internacionales y en las remesas de los migrantes.
A pesar de la seriedad con que se analiza la situación de México, el presidente se atreve a ponderar sus “logros” y lanza la agresión: “tengan para que aprendan”. Palabras dedicadas a los neoliberales, luego de hablar de los récords impuestos en su administración.
Por supuesto no menciona los que corresponden a homicidios dolosos, feminicidios, crecimiento de la pobreza como nunca, opacidad en el manejo de recursos, agotamiento del dinero depositados en 335 fideicomisos con un total de 878,717 millones de pesos… de esos récords no habla.
Valdría la pena que sus asesores económicos revisaran el estudio de la CEPAL y le hicieran los comentarios correctos. Ojalá y los escuchara y dejara los triunfalismos para mejores tiempos…
Si es que llegan en su administración.
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