Con una serie de fotografías, la bailarina Yolanda Correa, Primera Bailarina del Ballet Estatal de Berlín y Daniel Espinosa muestran la fusión entre la perfección del ballet con el diseño
Tanto la danza como las joyas, representan distintos tipos de arte, sin embargo, ambas tienen algo en común, transmitir o contar una historia ya sea a través de una pieza brillante con piedras preciosas o una coreografía.
Es por eso que Yolanda Correa, Primera Bailarina del Ballet Estatal de Berlín y el diseñador Daniel Espinosa se unieron para plasmar la fusión entre la disciplina del ballet con la del diseño.
“Yolanda y yo unimos nuestras pasiones desde perspectivas diferentes, creo que es importante entender que una inspira a la otra y juntas representan una elegancia inigualable”, contó a Círculos el diseñador Daniel Espinosa.
Yolanda platicó que hace dos años fue que descubrió el talento del joyero mexicano, cuando estaba en el aeropuerto para volver a Berlín, luego de haberse presentado con el show Danzatlán en Ciudad de México: “Me quería llevar algo de México, de sus joyas y en la boutique del aeropuerto encontré estas bellezas que fue un amor a primera vista, me quedé enamorada, lo que más me fascinó es que es un trabajo que tiene una combinación entre delicadeza, fuerza, pero a la vez es sutil y elegante”.
Desde entonces la bailarina utiliza estas piezas durante sus presentaciones, donde sus líneas puras combinan con la joyería, logrando un baile digno de admirarse.
Para dicha colaboración, se realizaron una serie de fotografías que fueron tomadas por maestros de la lente de origen alemán, -amigos de la bailarina-, y con las que se pretende transmitir el amor y la pasión por este arte.
“Combinamos el baile con las joyas, en el photoshoot representé desde una gitana con una esmeralda que resalta a la bailarina y al ballet, a la mujer fuerte y sensual, hasta ser una Julieta enamorada”, dijo la bailarina.
“Los aretes y collares que forman parte de la colección Edén enmarcan la cara, mientras brazaletes y anillos acompañan los gestos de los brazos. Los movimientos son sutiles pero llenos de poder y adornados con piezas majestuosas que expresan un ritmo mágico e irresistible a la vista”, dijo Daniel.
“La imagen que proyectamos las bailarinas es que somos frágiles y líricas, pero necesitamos ser fuertes, tener disciplina y coraje para llevar a acabo esta carrera, y el trabajo de Daniel se asemeja con la dedicación que se tiene para trabajar con materiales como el oro o la plata, para darles movimiento, forma, elegancia”, añadió Yolanda.