*Obligarán a los Padres a Firmar Carta Responsiva
*¿Están Vacunados los Casi 2 Millones de Maestros?
*Y ¿Cuántos Padres Recibieron ya el Inmunizante?
*Escuelas en no Aptas por Falta de Mantenimiento
*En el SNTE hay Inconformidad Contra el Dirigente
Por Joel Armendáriz
Una decisión de alto riesgo y arrojando la responsabilidad a los padres y madres, hace peligrar la salud y la vida, de 25 millones de educandos.
Porque lo digo YO -léase Andrés Manuel López- el 30 de agosto se reanudan las clases presenciales en las escuelas públicas, sin que se haya realizado la prueba de la RCP al millón 700 mil maestros y a los papás que no han recibido la vacuna.
La Clínica Mayo define con diáfana claridad en qué consiste la RCP: es conocida como la prueba molecular que detecta el material genético del virus que causa la Covid-19 usando una técnica de laboratorio llamada reacción en cadena de la polimerasa (RCP). La Secretaría de Educación Pública obligará a los papás a firmar una carta responsiva en la que hagan constar que sus hijos no presentan ninguno de los síntomas que corroboran si están o infectados. La secretaria, Delfina Gómez Álvarez, cuyos conocimientos educativos se resumen a ser maestra en educación básica egresada de la Universidad Pedagógica Nacional, no tiene estudios de medicina y mucho menos epidemiológicos para asegurar que “en el mundo no existe evidencia de epidemia por Covid-19 en menores de edad” de acuerdo con el gráfico oficial que dio a conocer el pasado jueves.
Expertos en medicina y pedagogía han manifestado su indignación y sorpresa por la decisión tomada y advierten que hay grandes riesgos para lo alumnos. Detallan que las escuelas no están sanitizadas, muchas no cuentan con agua potable y drenaje; otras tantas no tienen ventanales para hacer circular el aire y la mayoría se encuentra en condiciones deplorables por el cierre de 20 17 meses y la falta de mantenimiento.
Expresan sus dudas sobre cómo obligarán a los niños de primero y hasta sexto grado, a conservar el cubrebocas, a guardar la sana distancia y a lavarse las manos constantemente además de ser obligados a utilizar el gel antibacterial.
Ante la ratificación del regreso a clases presenciales, la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) exigió a la Secretaría de Educación Pública (SEP) que garantice un regreso responsable, considerando la realidad que el país vive: una tercera ola de contagios y niñas, niños y adolescentes sin estar aún vacunados.
Porque, “hemos venido observando desde meses atrás la falta de liderazgo y compromiso por parte de las autoridades, las controversias en sus declaraciones y la falta de organización y congruencia en la aplicación de los protocolos propuestos”.
¿TODOS LOS MENTORES ESTÁN VACUNADOS?
De acuerdo con la versión oficial, todos los maestros de educación básica se encuentran vacunados. Sin embargo, desde el SNTE, surgen voces que desmienten la afirmación. Muchos, dicen, ni siquiera han recibido la primera dosis.
Aunado al riesgo que representarían los mentores, no se ha considerado por parte de la autoridad educativa y tampoco de la sanitaria, que miles, quizá millones, de padres de familia tampoco han sido vacunados.
El 24 de julio, el presidente de la República expresó: “Vamos a reiniciar las clases, va a iniciar el nuevo ciclo escolar a finales de agosto, llueva, truene o relampaguee. No vamos a mantener cerradas las escuelas, ya fue bastante”.
Desde entonces, las críticas se multiplicaron mientras la vacunación descendió.
A pesar de las protestas, la orden del presidente se cumplirá y habrá clases presenciales a partir del 30 de agosto.
La secretaria Gómez Álvarez ha dicho que el retorno a clases presenciales “no es una necedad del gobierno federal sino una necesidad para recuperar lo perdido durante la emergencia sanitaria por el Covid-19”.
¿Acaso la emergencia sanitaria ya terminó? Los números de contagiados, los oficiales, revelan un incremento alarmante. Se ha impuesto récord de afectados sobre todo por la variante Delta que, dice el subsecretario de Salud, no causa la muerte.
Hugo López-Gatell hizo un “ejercicio matemático” para justificar la apertura de las escuelas: si hay 900 alumnos y enferma uno, no voy a cerrarla; si hay 10, prefiero que sigan los 890…
Su conclusión fue: si hay 900 contagiados, cerramos. (Y si hay muertos, eso no tiene la menor importancia. Se abre porque lo ordenó el Presidente de la República).
Hasta el momento las Secretarías de Salud y de Educación no han brindado información confiable de que todos los maestros de primaria y secundaria ya fueron inmunizados. Esto preocupa a los padres de familia que reprochan no tener conocimiento del número de mentores que, en efecto, hayan sido vacunados.
Desde el SNTE, sindicato al que el presidente agradeció su “respaldo para regresar a clases presenciales”, surgen las voces de inconformidad y se organizan grupos -no de la CNTE- para protestar por la “demagogia” que muestra el dirigente Alfonso Cepeda Salas, quien asumió el cargo en noviembre de 2019 con el “visto bueno de Esteban Moctezuma Barragán, entonces secretario de Educación y con el palomeo presidencial.
Por los reclamos de padres, de maestros y de especialistas en educación, Gómez Álvarez informó que precisó que el regreso a clases presenciales será voluntario y se realizará con respeto a la decisión que cada familia tome para enviar, a sus hijas e hijos; los planteles estarán abiertos para quienes deseen y decidan regresar.
La UNPF denunció que la toma de decisiones sobre el regreso a clases presenciales no ha sido transparente ni logra consolidarse, lo que genera incertidumbre a los más de 25 millones de alumnos y a los padres de familia.
Sin embargo, todo apunta que regresarán las clases presenciales “llueva, truene o relampaguee”, como lo declaró el Boca del Río el presidente López.
Algo así como cuando inicio la pandemia: es una gripita, salgan, abrácense, vayan a comer al restaurante o la fondita. Después, la crisis sanitaria que ubica a México en el primer lugar mundial de fallecidos en relación con la población.
El pasado viernes, desde Palacio Nacional, lanzó la recriminación: “Tenemos que correr ciertos riesgos como todo en la vida, imagínense si no salimos por el riesgo a que nos pueda pasar algo, pues nos vamos a quedar todo el tiempo ahí, tenemos que enfrentar las adversidades”.
El colofón sería, sin duda, se hace, porque se hace: lo digo YO.