El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, criticó este viernes a los “conservadores” que cuestionan el “inminente” regreso a clases en medio del temor por la tercera ola de COVID-19, que acaba de marcar un nuevo récord en el país.
Su declaración ocurre un día después del anuncio de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de un “inminente” retorno a las aulas el 30 de agosto.
México no tiene clases presenciales a nivel nacional desde marzo de 2020, lo que ha afectado a más de 30 millones de estudiantes en el país, que tiene la cuarta cifra más alta de muertes por COVID-19 en el mundo, con más de 246 mil decesos y tres millones de casos.
Además, el territorio afronta una tercera ola de contagios, con un registro de casi 25 mil casos este jueves, el récord diario más alto de toda la pandemia.
Pero el mandatario ha minimizado la gravedad de los contagios de los menores de edad, aunque su propio Gobierno reconoce un acumulado de más de 60 mil casos y más de 600 muertes de niños, niñas y adolescentes.
También criticó que la prensa y los opositores informen de la muerte y contagios de los menores de edad, cuyos casos han adquirido notoriedad durante la tercera ola y la variante delta.
Aun así, matizó que el retorno será voluntario y se mantendrá el programa Aprende en Casa para tomar las lecciones a distancia.
Padres de familia y maestros también han cuestionado el abandono de los planteles, pero la titular de la SEP, Delfina Gómez, defendió que solo “un promedio de 2 por ciento” de todas las escuelas está en malas condiciones.
Indicó que de un total de 275 mil escuelas, solo unas 10 mil están vandalizadas o dañadas.
Cuestionados de forma insistente por un plan de acción ante un contagio en un estudiante, tanto el presidente como la secretaria de Educación prometieron que se atendería a los niños, pero sin aclarar los lineamientos.
“Si la preocupación es efectivamente, la cuestión de la seguridad, sí hay un protocolo, hay protocolos”, sostuvo Gómez.