Por Jesús Michel Narváez
“No ha lugar la incorporación de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa”, me dice el senador Eduardo Ramírez Aguilar.
Su declaración implica que la propuesta presidencial, anunciada el 16 de junio, y en la que afirmó que la Guardia Nacional pasará a formar parte de la Defensa Nacional es inviable.
Durante una entrevista realizada ayer -martes- a través de los micrófonos de ABC-Radio en el 760 de AM, el presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República señaló que es imposible trasladar a la GN a SEDENA, porque la Constitución lo Prohíbe.
Reconoció que para una reforma constitucional “no nos alcanzan los números ni en el Senado ni en la Cámara de Diputados”.
En la entrevista, salió a relucir el tema porque la Secretaría de la Defensa Nacional anunció el nuevo organigrama de la dependencia y en el que contempla la creación de u Estado Mayor Conjunto “como parte de los cambios organizacionales que planea hacer a su interior. Éste coordinará las acciones de la Fuerza Aérea, el Ejército y la Guardia Nacional, y mantendrá la autonomía de los órganos del fuero de guerra”.
El senador recordó que existe el acuerdo parlamentario en el que se establece que cuando la Guardia Nacional cumpla 5 años “todos los elementos de las fuerzas castrenses que estén en su cuerpo, tendrán que regresar a sus cuarteles. No hay de otra: la Guardia Nacional se convertirá en ente absolutamente civil”.
Durante la charla me dijo haber sido el autor del articulado que dio vida a la GN y está consciente de que esta declaración “sacará chispas”. “Lo digo con claridad y conociendo que habrá reacciones a mi declaración: no ha lugar la incorporación de la GN a la Defensa Nacional”.
Al cumplirse el plazo, el organismo pasará a la Secretaría de Seguridad Pública Ciudadana (Federal) y no hay forma de que se integre a la Defensa Nacional, acotó el congresista.
El presidente López ha insistido en el tema para evitar que la Guardia Nacional se “pudra, como se pudrió la Policía federal” y por ello anunció que enviaría la iniciativa al Congreso de la Unión -no definió si al Senado o a la Cámara de Diputados- para su aprobación y que en 2022 se realice la nueva adscripción.
Sorprende, por supuesto, que la el general secretario, Luis Crescencio Sandoval de por hecho el cambio de la Guardia Nacional cuando no ha sido enviada la iniciativa e ignorando la legislación del organismo que nació como civil y se hizo híbrido.
De acuerdo con la información de la SEDENA, en la primera etapa de la reorganización del organigrama, se contempla que los legisladores autoricen modificaciones a la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, su Reglamento Interior y su Manual de Organización General.
Y en una segunda fase, se espera que en 2022 la Guardia Nacional quede incorporada formalmente a la Sedena.
Sin embargo, las declaraciones de quien prácticamente realizó todo el articulado para la creación de la Guardia Nacional “y por eso conozco a fondo el tema”, pone un alto a la pretensión de militarizar oficialmente al órgano creado para garantizar el combate al crimen organizado y el narcotráfico.
Sin duda, declaración que sacará sarpullido que se convertirá en roncha que al ser rascada hará brotar el rojo líquido.
Como diría Víctor Trujillo en su personaje de Johnny Latino: ¡Lástima Margarito!
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