Las Cuentas de Pemex no Convencen; la Queja, Divisa Sostenida de la 4t

*Fracasa, Hasta Ahora, la Recuperación de la Soberanía Petrolífera

*Moody’s: Carece de Recursos Para Cubrir su Cuantiosa Deuda

*“Fue un Juicio Sumario”, se Lamenta Oropeza, Director de Pemex

*La Baja de la Nota Reduce el Interés por Nuevas Inversiones

Por Joel Armendáriz

Quejarse es la tónica de la 4t. Si se trata de Reservas Internacionales, el presidente salta y pregunta: ¿Qué representa tener 195,247 millones de dólares?, mientras, explica, faltan recursos para “ayudar y proteger a los pobres”. Si se cuestiona la forma en que se ha manejado la pandemia y las vacunas, llama complot de los adversarios “porque vamos muy bien”. Si de la crisis económica se habla, responde: “nos afectó, pero menos que a muchos países” y la atribuye a “factores externos”. Si se trata se reclamos de miles de mujeres por los feminicidios los rechaza bajo el argumento de que “en tiempos de antes, no se calificaba así el delito. Eran homicidios y punto”. Se queja del sistema de salud “porque nos dejaron elefantes reumáticos”.

Para él, todos los problemas de México se los debe a los gobiernos neoliberales. Lleva 28 meses de gobierno y no ha podido resolver ninguno.

Los casos de Pemex y la CFE son tratados con la mentalidad de un nacionalismo a ultranza y ello ha provocado que ambas empresas “productivas del Estado” se hayan convertido en una pesada losa para las finanzas nacionales.

El gobierno de la 4t ha destinado billones de pesos a los “programas sociales” que tienen como objetivo reducir la pobreza y achicar la brecha entre los que todo tienen y aquellos que ni para comer cuentan. Sin embargo, la pobreza no se ha reducido y según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) estimó un aumento de entre 8.9 y 9.8 millones de mexicanos con un ingreso inferior a la Línea de Pobreza por Ingresos por la crisis de Covid-19. El número significa que el 56 por ciento de la población -alrededor de 70 millones de los habitantes del país- se encuentra en condición difícil, si bien solamente 13 millones están en pobreza extrema.

A Pemex y la CFE se han destinado más de un billón de pesos durante los tres ejercicios fiscales que comprenden 2019, 2020 y 2021. Sin embargo, las pérdidas cuantiosas no ceden y la deuda de la petrolera alcanza ya 115 mil 100 millones de dólares -dos billones 300 mil millones de pesos- y sus activos e ingresos no son suficientes para cubrirla. La calificadora Moody’s redujo la semana pasada y bajo la nota de Ba2 a Ba3 y mantiene la negatividad de la empresa, lo que representa que los créditos serán más caros.

Y aunque el precio del crudo ronda 26 dólares por barril, arriba de los presupuestado para este año, la reducción en la producción de más de 123 mil barriles diarios, abate notablemente las “utilidades”.

Según el director de Pemex, el ingeniero agrónomo, Octavio Romero Oropeza, la calificadora sometió a la petrolera a “un juicio sumario” y se negó a recibir nueva información que habría evitado la baja de la nota.

“Moody’s hizo caso omiso y en juicio sumario nos avisa que decidieron bajar la nota de la deuda aún, cuando nosotros solicitamos que deberían de hacer una revisión para darles mayores elementos”.

La queja sostenida. Ante ello, expertos financieros consultados por MISIÓN POLÍTICA y quienes pidieron la reserva de sus nombres, planearon una simple pregunta: ¿Por qué espero (Pemex) la baja de la nota para dar a conocer mayor información?

La rebaja de Moody’s pone a la petrolera mexicana tres escalones por debajo de la recomendación para invertir, al tiempo que mantuvo la perspectiva negativa para la nota, lo que significa que puede bajar todavía más en los próximos 18 meses.

No obstante, los informes financieros que Pemex debe entregar a la Bolsa Mexicana de Valores muestran “cierta recuperación en sus finanzas”, Moody’s estimó que su decisión de bajar la nota de Pemex de Ba2 a Ba3 se debe a que la empresa tiene menos dinero para hacer frente a la deuda que supera 113 mil millones de dólares.

¿Dónde están los ingresos?… ¿dónde los apoyos gubernamentales?… ¿dónde la reducción de la carga fiscal?

Hasta ahora Pemex ha ido a la baja. Presuntamente recortó gastos, redujo sueldos y viáticos; canceló plazas y despidió a miles de trabajadores no sindicalizados.

La cancelación de las Rondas, la ruptura de la alianza con Repsol para adquirir Deer Park, la determinación de no respetar los campos ganados por empresas extranjeras, entre otros delicados asuntos, han hecho de Pemex la empresa que tiene “barriles sin fondo”.

Antes, decía el presidente, la corrupción en Pemex hundió a la empresa. Hoy, que supuestamente hay bandera blanca porque se barrió la corrupción, la petrolera mexicana se encuentra abrazada por el huracán de la desconfianza internacional y como nunca, corre el riesgo de ser declarada en quiebra.

¿De qué ha servido “recuperar la soberanía” en hidrocarburos?

No hay para donde hacerse y reconocer, en mínima parte, que el gobierno federal acertó en el manejo de Pemex.

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