Cuba el Comunismo que no fue

Por Ciria Weyman

Su sistema de salud es reconocido mundialmente, el modelo educativo cubano logró erradicar el analfabetismo además de ser replicado en algunas partes de Latinoamérica, y es uno de los países más seguros de la región. Pero la economía, los derechos humanos y el ideal del “hombre nuevo” del “Che” Guevara lo ha dejado lejos del ideal comunista, lejos de un sistema que no fue…

Como cada año la mayor de las Antillas hizo ruido en la Asamblea General de las Naciones Unidas, obteniendo el pasado 23 de junio 184 votos a favor, y dos en contra de los aliados Estados Unidos e Israel (cabe  mencionar que con el poder de veto de Estados Unidos basta para que no pase la resolución) además de tres abstenciones por parte de Colombia, Emiratos Árabes Unidos y Ucrania; para terminar con el bloqueo económico que lleva vigente seis décadas y que tanto ha perjudicado el manejo de la pandemia  según sostiene la administración de Miguel Díaz-Canel.

Todo comenzó con el derrocamiento de Fulgencio Batista durante la Revolución Cubana, lo que permitió que Fidel Castro llegara al poder y con ello el surgimiento de un actor importante del sistema internacional. El reconocimiento del gobierno estadounidense al revolucionario fue casi inmediato pero la Primera Ley de Reforma Agraria de Cuba afectó la incipiente relación. La tendencia prosoviética en pleno contexto de la guerra fría, llevó a John F. Kennedy a declarar un bloqueo unilateral mediante la Ley de Ayuda Externa.

Las importaciones cubanas a territorio estadounidense dejaron de existir. Pero, aún había más para Cuba, y la promulgación de la famosa Ley Torricelli firmada por Bush, amplió el bloqueo convirtiéndolo en un asunto extraterritorial que prohíbe a subsidiarias estadounidenses en terceros países comercializar con la isla. Sin dejar de mencionar que la Ley de Reforma de las Sanciones Comerciales y Ampliación de las Exportaciones del 2000 impide que ciudadanos estadounidenses viajen a Cuba en calidad de turistas, el único país al que se le tiene vetado visitar.

La pérdida monetaria es millonaria, en el último año registró 9.000 millones de dólares. Pero no todo es culpa del embargo estadounidense. Cuba tiene un panorama de 192 países con los que puede libremente comercializar. Sin embargo, el modelo intervencionista del estado disuade a la iniciativa privada, tanto que la industria azucarera ya no es viable y ahora es un país importador neto. Los ciudadanos cubanos no pueden hacer negocios libremente, y el crédito les es restringido. Prácticamente dependen del monopolio estatal, el cual les proporciona los servicios básicos.

El sistema político de Fidel Castro parece seguir cobrando factura. Cuba fue sin duda, su propiedad más valiosa, y su mejor negocio. La isla Cayo Piedra donde vivía es un verdadero paraíso privado, antítesis del sistema político que tanto pregonaba y que no es mejor ni peor que otro. Simplemente nunca fue.  En lo que respecta al bloqueo, para que deje de existir tendría que ser aprobado por ambas cámaras legislativas en Washington.

Quizá Biden ni siquiera tenga que eliminar el embargo. Le bastaría tal vez, emitir licencias especiales para que ciudadanos de origen cubano puedan invertir en Cuba. Así favorece el empoderamiento empresarial de la isla; y prácticamente el asunto lo deja en la cancha de los cubanos de ambas orillas de la isla.

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