Entre vítores y aplausos fue recibido este sábado el Escuadrón 421 del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) de México en Madrid, donde sus miembros entregaron la «semilla encomendada» por sus pueblos en la lucha contra la desigualdad.
En el acto de bienvenida, en el céntrico Teatro del Barrio de la capital española, algo más de cien personas acogieron a los zapatistas Marijose, Yuli, Ximena, Carolina, Lupita, Bernal y Felipe, que llegaron a España, tras cruzar en barco el océano Atlántico.
El EZLN, que ahora es un movimiento político, se levantó en armas el 1 de enero de 1994 en protesta por la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de México con Estados Unidos y Canadá y mantuvo un enfrentamiento armado con el Gobierno mexicano durante doce días en el estado sureño de Chiapas.
Al cumplirse los 500 años de la conquista de México por los españoles, los zapatistas emprendieron viaje hacia Europa el pasado 3 de mayo para transmitir un mensaje contra «la desigualdad derivada del sistema económico y social capitalista».
«Hoy entregamos la semilla que nos encomendaron nuestros pueblos, somos la primera delegación que llega, pero vienen muchos más detrás», declaró la indígena tojolabal Yuli en la presentación de los representantes del EZLN, tomaron la palabra brevemente.
«Estamos muy contentos, gracias por abrir las puertas de su corazón», añadió Marijose
Entre proclamas zapatistas como «La lucha sigue, Zapata vive», ofrendas en forma de música a cargo de las bandas Puerto Vaivén y Calle 7, poesía, humor y palabras de cariño de representantes de organizaciones civiles españolas coparon las casi dos horas de encuentro.
En esta parada de la gira europea, que los llevará después a París tras visitar otras ciudades españolas, un grupo de niños les entregó también varios regalos de bienvenida, como un barco de cartón que simula el que los trajo a Europa.
Días antes de llegar, el movimiento zapatista declaró que «el nombre de esta tierra, a la que llaman ahora Europa, de aquí en adelante se llamará: SLUMIL K´AJXEMK´OP, que quiere decir Tierra Insumisa”.
«Así será conocida por propios y extraños mientras haya aquí alguien que no se rinda, que no se venda y que no claudique”, según los indígenas.
«Os recibimos desde la Tierra Insumisa, nos habéis dado un regalo nada más llegar porque renombrar cosas nos da nuevos imaginarios y nuevos marcos para pensar», declaró Mónica Gortayre, de la Comisión de Migración y Antirracismo del movimiento feminista 8M, encargada de presentar el acto.
Gortayre quiso explicar la situación actual de la capital de España tras los meses más duros de la pandemia.
«Madrid os recibe en lucha -enfatizó-, defendiendo nuestros centros de salud, una sanidad y una educación pública, gratuita y de calidad, en contra de los desahucios y los desalojos, contra la destrucción de los barrios y del tejido asociativo».
«Vuestra visita nos anima a continuar»
Bajo un telón con la frase «Bienvenidoas Zapatistas, Madrid las abraza», el represaliado de la dictadura franquista española Pablo Mayoral dio las gracias por la visita del EZLN y afirmó que su llegada ha provocado que los movimientos de memoria histórica español y mexicano «se vuelvan a conocer».
«Vuestra visita nos ha reunido, nos hemos vuelto a conocer y a poner en marcha, seguimos luchando contra la dictadura franquista porque por desgracia sigue estando presente en las instituciones», dijo Mayoral, quien también recordó que las víctimas de la dictadura tuvieron que acudir a otros países «en busca de justicia»
«Vuestra visita nos anima a continuar, aquí no se rinde nadie», remachó.
También estuvieron representantes de movimientos LGTBI, que entregaron una bandera de este movimiento a una de las zapatistas.
Tatiana Romero, representante de la Plataforma de Encuentros Bolleros, celebró la irrupción de los zapatistas el primero de enero de 1994, y destacó su aporte a la igualdad de género: «Nos ha cambiado la vida».
«Agradecemos que hayan cruzado los mares y nos hayan traído la semilla de la esperanza, tenemos ganas de escuchar, intercambiar y aprender, porque nuestra lucha también es por la vida, contra la hidra capitalista, porque sabemos que vamos despacio porque vamos lejos», resaltó.
Tras el acto que terminó a ritmo de música latina, el Escuadrón fue recibido por las personas que no pudieron acudir al evento por cuestiones de aforo y quienes se congregaron en una plaza cercana para seguirlo de manera telemática.