Por Jesús Michel Narváez
Desde aquel ya lejano 15 de septiembre de 2020, fecha límite para presentar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación a través del Congreso de la Unión -una u otra cámara- o por parte de la ciudadanía con miles de firmas, la solicitud para una consulta popular, se habló que se preguntaría a los mexicanos si están o no de acuerdo con juzgar a los expresidentes de los gobiernos neoliberales. El Senado de la República, a petición del presidente López, presentó la demanda casi rayando la medianoche del 15, justo cuando se lanzaban las arengas por el aniversario de la Independencia.
Los ministros de la Corte, los 11, discutieron el contenido de la pregunta en sesión pública. Ahí se rechazaron los argumentos expuestos en 16 puntos por los cuales los expresidentes deberían ser juzgados por los ciudadanos por las acciones que realizaron en sus mandatos. Como estaba presentada, violaba la Constitución en materia de derechos humanos y dejaba en estado de indefensión a los presuntamente responsables de eventos que dañaron al país.
El final del análisis conllevó a reformular la pregunta y redactar una que, ciertamente, será difícil de digerir. Así la aprobaron los ministros y así se queda.
Mario Delgado, atendiendo las instrucciones presidenciales, inició a finales de la semana pasada la campaña para llamar a los ciudadanos a votar en la consulta que se realizará el primer domingo de agosto y que es organizada por el INE, como marca la Constitución.
El mismo presidente López, en una de sus mañaneras de la semana pasada hizo públicas las razones por las cuales, según su leal saber y entender, debe juzgarse a los expresidentes.
Tuve la oportunidad de platicar con el consejero José Roberto Ruíz Saldaña, presidente de la Comisión de Organización Electoral del INE, y le pregunté si en las boletas estarían las fotografías de los expresidentes. Una respuesta tajante:
“No, Jesús, no”.
Corroborado el tema, le insistiré en que Morena lleva a cabo la gran farsa y engaña a los ciudadanos con anunciar públicamente que la consulta tiene aquel propósito, lo que es una falsedad absoluta.
¿A qué le apuestan el presidente López y su partido?
La consigna pública del huésped de Palacio Nacional es: no mentir, no engañar y no robar.
Miente y engaña, de lo otro prefiero no opinar, con insistir en un tema que no está validado por la Corte ni estarán en las boletas los nombres de los que cree destruyeron el país. Sin entrar en defensa de ninguno los cinco que h mencionado el sucesor, habría que preguntarle el impedimento para no presentar denuncias ante la Fiscalía General de la República, que con su autonomía -ficticia- podría iniciar las carpetas de investigación. Si como lo dice el presidente tiene pruebas hasta para aventar para arriba, no tendría ningún problema para encarcelarlos.
Delgado concede entrevistas en radio y televisión, en la prensa escrita y con los youtubers y en todas ellas habla de que la “consulta será histórica porque se juzgará a los expresidentes”. Sin razón jurídica es imposible avalar sus dichos. Simplemente se ratifica que en Morena sí mienten y engañan y que buscan medir con el termómetro la temperatura que mostrará la ciudadanía rumbo a la de revocación de mandato, programada para el próximo año.
Usted tiene la palabra y sus razones. Solamente piense en que sin nombres no se puede iniciar una carpeta de investigación y sin denuncia, menos.
La mentira está a la vista y no hay forma de hacerla verdad, aunque la repitan un millón de veces siguiendo la tónica de Goebbels. Es la Gran Mentira de Morena.
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