Por Jesús Michel Narváez
Durante la veda electoral, que impedía difundir mensajes propagandísticos a favor de cualquier partido o candidato, un grupo de youtubers fue contratado por el PVEM y ante las denuncias presentadas en la Fiscalía Especializada en Materia de Delitos Electorales y se les dio curso. El Instituto Nacional Electoral recibió la información y acordó sancionarlos igual que al partido, cuyo registro se encuentra en riesgo de ser cancelado.
Los “poderosos comunicólogos” tiene influencia entre miles, quizá cientos y hasta millones de seguidores que, como los del presidente López, creen que tienen comprados los criterios y abusan de la información.
El evento durante el proceso electoral evidenció que los conductores de programas en YouTube no son “independientes” y que están a las órdenes del mejor postor. ¿Cuánto pago el PVEM para difundir spots el mismo día de la elección? Eso es todavía un secreto, pero se habla de millonadas.
Ahora surge un nuevo caso: el de la youtuber Yoseline H, mejor conocida como YosStop, por presuntamente participar en asunto de pornografía.
La joven rubia -no sé si natural o pintada- fue detenida por agentes de la Fiscalía de la Ciudad de México y presentada ante el ministerio público y negó toda clase de acusaciones.
“Son falsas”, se informó que respondió.
Sin control de ninguna especie, en el canal especializado para internet, los conductores utilizan lenguajes que serían sancionados por la Real Academia de la Lengua Española, aunque ello no implica censura y menos aún que dejen de deformar el español.
Los asuntos que tratan con una ligereza sorprendente y que cautivan a sus espectadores, tienen más jiribilla que las llamadas traiciones políticas.
Sencillamente hablan de lo que quieren y como quieren. No hay reglamento sobre cómo deben conducirse frente al auditorio. Y no existe, porque es una herramienta que no se genera en México y aquí se ha tenido miedo de legislar sobre el particular.
A través de sus programas inducen a sus seguidores -diría que fanáticos- a tomar posiciones probablemente equivocadas y ha estar en situaciones comprometedoras.
Reglamentar las transmisiones, porque al final del día se utilizan las señales satelitales, no debe convertirse de ninguna manera en censura. Si en la televisión abierta los y las conductoras de programas matutino o nocturnos se habla de situaciones privadas sin recato alguno, en la plataforma de YouTube con más razón.
En el caso de los contratados por el PVEM existen pruebas. Es un delito que podría ser sancionado con cárcel. No va a ocurrir, pero sí le aplicarán una cuantiosa multa a cada uno de los 15 youtubers identificados. Todos son jóvenes que saben cómo comunicarse. De eso no hay duda. Habrá muchos más que actúan con impunidad.
Sobre la persona identificada como YosStop, no se conocen las pruebas, pero sería suicida para la Fiscalía de la Ciudad de México haberla detenido sin comprobar su presunta responsabilidad.
Es verdad que el mundo de la comunicación digital es desconocido para muchos -entre ellos yo- y que han sido los jóvenes, en todo el mundo, los que han sabido sacar provecho y han conseguido audiencias que ya quieran en la mañanera.
No pretendo censurar a nadie. Soy defensor a ultranza de la libertad de expresión consagrada en la Constitución. Supongo que nadie se atreverá a proponer la regulación de manera formal, aunque hay muchas voces de congresistas moralinos que se han escuchado sobre el tema.
Probablemente los youtubers no sean los responsables del mal uso que se hace de sus programas. Los contratantes son, en primera instancia, a quienes se les debe aplicar todo el peso de la ley.
Lo que es innegable es que ya son una plaga.
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