La Clase Media Neoliberal ¿Desaparecerá por Decreto?

*Propone el Gobierno el Nacimiento de una Nueva que sea “Humanista”

*Irrita al Presidente que los Clasemedieros Votaran en Contra de la 4t

*Hasta 2018 Había 50 Millones de Pobres… Aumentó el Número en 2020

*El Neoliberalismo Desacreditó a los Héroes Patrios y Borró Civismo y Ética

Por Joel Armendáriz

A nadie debía sorprender que la clase media sea el blanco del presidente de la República con una sola intención: desaparecerla por decreto o por sermones desde el púlpito oficial -en un país laico- para que surja una nueva bajo las reglas del “humanismo, fraterna, no individualista”.

La óptica presidencial amenaza a la “actual clase media” con el argumento de que hay que sacar a millones de la pobreza y volverlos clase media, pero con valores.

“Una clase media sin la mentalidad egoísta, una clase media fraterna, no individualizada. Eso es lo que hizo la política neoliberal con los planes de estudio, quitaron Civismo, Ética, redujeron la historia a la nada y apostaron a desacreditar a nuestros héroes patrios”, sostiene quien se asume como la conciencia nacional.

Con la mirada puesta en quienes no votaron por Morena y por consecuencia por su proyecto político, arremetió como nunca contra quienes aspiran a superarse, salir del bache de la pobreza, comprarse un automóvil, tener una casa o departamento, ser un ejecutivo valioso en la empresa para la que prestan sus servicios, viajar, vacacionar, adquirir un traje de marca o mandado a hacer.

“Acerca de lo de Fifí, debo aclarar ¿eh?, que hay varios que se asumen, pero no son fifís. Hay un sector de la clase media que es aspiracionista individualista no todos lo son”.

El presidente sigue irritado por no alcanzar la mayoría calificada en la Cámara de Diputados para la segunda mitad de su gobierno. Sabe y bien que no podrá imponer reformas constitucionales y que las leyes secundarias que puedan aprobar, el oficialista partido y sus aliados, terminarán en la Suprema Corte de Justicia de la Nación mediante el mecanismo de controversias constitucionales.

Sus descalificaciones hacia los 10 ministros de la SCJN para exaltar al ministro presidente Arturo Zaldívar, ha creado un tenso ambiente en el máximo tribunal del país y se corren las versiones de que las impugnaciones a leyes secundarias recibirán el trato que el “derecho señala”, algo que al presidente no le agrada y propuso, en serio o en broma, cambiar el nombre por el de Suprema Corte del Derecho y no de Justicia.

Mantener su postura divisionista es equiparable a su señalamiento de “aspiracionistas”, porque su meta es que todos los mexicanos sean iguales. No podrá cambiarles el color de la piel y tampoco llamar “traidores a la patria” a quienes hayan nacido con ojos verdes o azules y el cabello sea rubio.

Quiere sacar de la pobreza a millones de mexicanos que si bien es cierto ya existían aunque paulatinamente se reducía el número según datos del INEGI y del Coneval, durante 2020 se incrementó la cifra en cerca de 9.8 millones de personas, porque perdieron sus empleos, cerraron sus empresas y vendieron casa, auto, muebles y hasta ropa.

UNA CLASE INCÓMODA

Brincar de los conservadores y fifí a la clase media, ubica al presidente como el enemigo de la riqueza personal. La ambición de superación no proviene de una política de gobierno. Surge de la mentalidad de progreso individual. Hay quienes con excelente preparación no triunfan y otros con audacia y visión de futuro, alcanzan los triunfos.

Al presidente le incomoda una clase media pensante, educada, con títulos obtenidos en los tiempos que marcan las carreras; le produce sarpullido observar a gente que frisa los 30 años y ya son propietarios, por su esfuerzo, de auto, casa y se pueden dar el lujo de comer en restaurantes de primer nivel o 7 tenedores constantemente.

Preferiría que todos acudieran a la “fonda de doña Chole” a comerse unas carnitas, unos huaraches, unos sopes o tostaditas de pata.

Ante las palabras presidenciales, las alertas deben encenderse. Porque con el poder que acumula es capaz de decretar la desaparición de la clase media y aquellos que tengan una propiedad a la que “le sobren cuartos”, habrá que obligarlos a que “cedan espacios” a los pobres.

Esa sería una clase media humanista, sin egoísmos, fraterna.

Habría que preguntarle al presidente si estaría dispuesto que en los espacios vacíos de Palacio Nacional habitaran personas pobres y por el simple hecho de vivir ahí se convertirían en ricos y poderosos.

Sus palabras denotan desprecio por todos aquellos que con trabajo construyeron un espacio en donde vivir; lograron salir del barrio bravo para incorporarse a una zona medianamente habitable; el esfuerzo personal los llevó a tener salarios más allá del que se fijó el presidente y supieron que la vida debe disfrutarse y no vivirla en la angustia de no saber si “papá gobierno” llevará la comida a la mesa de la familia.

Una tristeza más. Una preocupación más para las clases medias que son el principal motor para la economía doméstica.

Aspirar a la igualdad en la riqueza no se ha dado en ningún país del mundo. En todos hay pobreza. En algunos es la forma de vida.

¿Eso quiere el presidente para los 40 millones de clasemedieros que tiene el México?

Sin duda un triunfo para su política igualitaria es fulminar, exterminar a la clase media.

Que no se llame a sorpresa si en las próximas elecciones las clases medias, las que sobrevivan, lo envían a vivir a Palenque.

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