Por Arturo Lino Guzmán
Una vez que concluyó un agitado, accidentado y controversial proceso electoral, los 15 gobernadores que obtuvieron el triunfo en sus estados deberán designar a sus respectivos Secretarios de Turismo, a quienes les tocará implementar los programas que les permitan captar ingresos por los visitantes que llegan a los diferentes destinos en cada uno de ellos, pero ante la situación que prevalece, los turistas pedirán mejores protocolos de limpieza e higiene, a la vez que seguridad en la vía pública, lo que se antoja un gran reto que tendrán por delante los nuevos mandatarios.
Efectivamente, cuando hay cambios políticos se generan una serie de inquietudes y una de ellas es: qué tanto las nuevas autoridades darán prioridad a sectores fundamentales para su economía, en este caso el turismo, por lo que sería interesante saber si los nuevos gobiernos estatales y municipales, así como los congresos locales, donde hubo elecciones, darán la importancia debida a la industria turística.
Como sabemos, de esos 15 estados Baja California, Baja California Sur, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa y Zacatecas tienen una alta vocación turística y en menor medida Campeche, Chihuahua, Colima, Sonora y Tlaxcala, o al menos no se han hecho visibles o presentes con promoción adecuada para apuntalar sus destinos.
Sí, efectivamente, la mayor parte de las entidades fueron ganadas por los candidatos de Morena, pero hay una preocupación real porque, al igual que a los abanderados de los partidos de oposición al oficial, que obtuvieron el triunfo, pareciera que el turismo está en segundo término y la inquietud radica en si todas las nuevas autoridades, tendrán con algún plan estratégico para apuntalar este sector que es fundamental para las economías locales.
Lo comentamos porque en la mayor parte de los estados carecen de funcionarios del turismo eficientes salvo los gobiernos actuales de la Ciudad de México, Zacatecas, Michoacán, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas, Yucatán, Quintana Roo, Oaxaca, Jalisco, Guanajuato y Baja California Sur (menos de la mitad de los estados de la República), han considerado el turismo como un sector prioritario.
Mire usted, hay entidades, como Morelos, Hidalgo, Tlaxcala, cercanos al más grande mercado del país que es la Ciudad de México, así como Tabasco, Campeche, Veracruz, Coahuila, Sonora, Chihuahua, Colima, Aguascalientes, Durango, Estado de México, en donde prácticamente no hay planes -o al menos no se hacen del conocimiento de la población- para impulsar sus destinos y sus atractivos mediante el desarrollo de productos turísticos que les den presencia y posicionamiento.
En reiteradas ocasiones hemos subrayado que las designaciones de Secretario de Turismo de los estados son por amiguismo, encargo, recomendación o compromiso y es una posición a la que no se le da relativa importancia, por lo que el fracaso en el sector turístico es evidente en muchos, por lo que se realizan relevos prematuros y sustituciones del cargo al cabo de uno o dos años, cuando los titulares del ramo no realizan el trabajo eficientemente.
Excepciones son la Ciudad de México, con Carlos Mackinley; Zacatecas, con Eduardo Yarto; Tamaulipas, con Fernando Olivera Rocha, Jalisco con German Ernesto Kotsilas Rallis; Querétaro, con Hugo Burgos; San Luis Potosí, con Arturo Esper Sulaimán; Guerrero, con Ernesto Escalona; Quintana Roo con Marisol Vanegas y Michoacán con Claudia Chávez, que son expertos en turismo, apasionados del sector, con trayectoria dentro de la actividad turística y que son garantía para sus estados porque impulsan los destinos, motivan a la gente a participar para tener una oportunidad mejor de vida, con pequeñas empresas turísticas. Mención aparte es el caso de Yucatán, donde Michelle Fridman, que se ha desempeñado como publirrelacionista, dio el brinco a la titularidad de turismo y no cuenta con trayectoria en el servicio público, pero trabaja bien, por el apoyo que tiene del gobernador, Mauricio Vila Dosal
Todos los estados tienen un enorme potencial para poder desarrollar el turismo, pero está en la voluntad política, el manejo eficiente y efectivo que hacen del presupuesto, para una promoción constante, la innovación, buscan la calidad y la excelencia en los servicios, mantienen acuerdos con los empresarios de la industria turística de su estado, motivan a los emprendedores, a los prestadores de servicios turísticos y a la población en general para que participe en las diferentes actividades o al menos brinde atención a los visitantes.
La curva de aprendizaje que deben tener los funcionarios que no son especialistas en turismo, es otro factor que impide el rápido crecimiento de la actividad turística, lleva por lo que les tiempo y pérdida de oportunidades de desarrollo. Ojalá en esos ajustes, se nombren a funcionarios capaces, con vocación turística y comprometidos con el sector.
Las preguntas que usted amable lector seguramente haría son: Cuál es el futuro del turismo en el país; qué les espera a los turistas que se desplacen por el territorio nacional, vía aérea o por carretera; cuáles son las nuevas medidas de seguridad sanitaria implementadas en los diferentes destinos para un buen disfrute de un viaje y especialmente lo relacionado al tema de la inseguridad en algunos centros recreativos.
Las condiciones ya están dadas para hacer viajes y que el turismo empiece la recuperación, que tanta falta hace, una vez los semáforos establecidos por los países, ya lo permiten y las restricciones han disminuido, porque los programas de vacunación avanzan a diferentes ritmos y parte de la población se encuentra protegida, aunque los cuidados deben mantenerse constantemente, sobre todo si se va a hacer una visita al exterior.
En un contexto de una pandemia ya disminuida, después de 14 meses de encierro, las aguas poco a poco vuelven a su nivel, con un saldo relativamente alentador para el turismo, pues las metas se cumplirán parcialmente ante las imperantes condiciones en las que vivimos y nos ha dejado la emergencia sanitaria, por lo cual puede decirse que las condiciones no son totalmente seguras porque persiste el temor en la gente por las variaciones que el Covid-19 ha registrado en el mundo.
