Tungüi ¿el Despido de Arganis?

*Nació en la Administración Pública Bajo su Manto

*De Secretario Particular Alcanzó la Secretaría de Obras

*Línea 12 con la Participación del hoy Titular de la SCT

Por Alberto Almazán

En aquel que parece lejano 22 de marzo de 2021, probablemente el titular de Comunicaciones y Transportes adelantó su remoción en el cargo.

Jorge Arganis Díaz Leal, hizo un comentario que cimbró los cimientos de Palacio Nacional, de las Secretarías de la Defensa Nacional y Marina. No fue para menos. “En lo personal, considero muy importante que seamos los profesionales de la ingeniería civil quienes la dirijan (a la dependencia) y tengan en sus manos la responsabilidad de guiar su camino…” una pausa y la confirmación devastadora: “a lo mejor me corren por eso, porque ahora están de moda los ingenieros militares”.

Oficialmente no hubo respuesta presidencial, aunque sí de los profesionales de la ingeniería civil que, aunque parezca chiste, prácticamente ovacionaron al hombre que ha estado como secretario de obras en los gobiernos capitalinos de Cuauhtémoc Cárdenas, Macelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera. Poca importancia les otorga a los reflectores y no está interesado en conceder entrevistas.

Designado por el presidente de la República como el segundo secretario de Comunicaciones y Transportes el 23 de julio de 2020, ha sido prácticamente invisible. Las grandes obras del gobierno federal las construyen ingenieros militares.

El silencio presidencial nunca ha sido lo mejor para los colaboradores del gabinete. Quizá en privado se rompa y sea cuando surjan los reclamos.

Esta historia se relaciona con la denuncia que formuló la Fiscalía General de la República en contra de Edgar Tungüi Rodríguez por “malos manejos durante la reconstrucción ordenada por los efectos del terremoto del 19 de septiembre de 2017” que conllevó a su captura. El exservidor público había vivido en Madrid desde hacía dos años. Y aunque desde el gobierno de Mancera se acusó el retraso en la reconstrucción y el desvío multimillonario de donaciones internacionales y de la Fundación Carso, nadie se enteró de la carpeta de investigación que abrió la FGR. A Tungüi lo sorprendieron con la orden de aprehensión. No estaba preparado. No había buscado amparos. Confiaba en la amistad de su jefe de toda la vida.

¿Cuál es el interés de la información?

Revisar la historia dentro de la administración pública coloca a Tungüi en las cercanías de Arganis Díaz de León.

Su primer empleo en el entonces gobierno del Distrito Federal y con Cárdenas Solórzano como primer titular elegido, Arganis fungía como director de la Planta de Asfalto y lo nombró su secretario particular.

El hoy secretario de Estado permaneció en la administración capitalina y con Marcelo Ebrard se desempeñó como secretario de Obras Públicas mientras su cercano colaborador tenía la responsabilidad de ser el jefe de la Unidad Técnica de Planeación y Sistemas de la Secretaría de Obras y Servicios

Por la confianza que Arganis tenía en Tungüi, le otorgó la planeación de la ampliación del Metrobús, además de tareas que buscaban marcar nuevos horizontes en la red educativa, cultural y de salud en la capital del país.

La carrera del que se inició como secretario particular llegó a su cenit al ser designado secretario de Obras por Miguel Ángel Mancera y a causa del terremoto de 2017 recibió el nombramiento de Comisionado para la Reconstrucción, Recuperación y Transformación de la Ciudad de México.

En síntesis: hombre cercano al ingeniero que prefiere los civiles a los militares para el desarrollo de importantes obras.

¿Por qué acusarlo, capturarlo y extraditarlo de España para ser procesado en tiempos electorales?

Probablemente nada tenga que ver. Sin embargo, a quien debe preocuparle la encarcelación del que es llamado “su creación” -en la administración pública, por supuesto- es al secretario Arganis Díaz de León.

Nada extraño sería conocer a estas alturas, a casi 4 años del terremoto, que Tungüi mantenía su obediencia con Arganis y que el fracaso en la reconstrucción y en el presunto desvío de recursos no solamente públicos sino privados que ingresaron a las arcas del gobierno de la Ciudad de México por generosas donaciones de cuando menos 15 países y de las que se habla habrían alcanzado los mil millones de dólares, se haya debido a manejos nada claros… hasta el momento.

El argumento más socorrido para, probablemente a la voz de ya, la remoción del segundo secretario de Comunicaciones y Transportes, es que proviene de la Defensa Nacional por lo que consideran una falta de respeto al descalificar a los ingenieros militares.

Y con la detención del exfuncionario, aflora la sugerencia: ¿la Fiscalía General de la República se atrevería a una visita al titular de la SCT? Quizá encontraría “algunos” detalles de la Línea 12.

Sea como fuere, porque hasta la fecha nadie sabe las razones por las cuales la Fiscalía General de la República esperó dos años antes de solicitar la orden de aprehensión, Tungüi parecería ser el chivo expiatorio de las acciones del ingeniero Arganis.

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