El Gobierno mexicano insistió este viernes en que Estados Unidos no debería financiar a organizaciones civiles que «intervengan» en política interna tras el memorando de la Casa Blanca que prioriza el apoyo a las ONG y el combate a la corrupción.
«Lo que México está planteando es que las organizaciones que reciban financiamiento de gobiernos extranjeros tienen que respetar el ámbito político interno”, expresó el canciller Marcelo Ebrard, durante la rueda de prensa diaria desde el Palacio Nacional.
El canciller recordó la nota diplomática que envió el 6 de mayo a la embajada de Estados Unidos para quejarse porque financia a Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), una asociación que el presidente Andrés Manuel López Obrador tacha de «golpista» y «opositora».
“Hay elementos que acreditan sus propósitos de actividad política o de influenciar la opinión pública en México y por eso México presentó una nota diplomática», expresó Ebrard.
Sus declaraciones se producen después del informe del jueves del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien ordenó situar la lucha contra la corrupción como uno de los elementos «principales» de su política, al asegurar que «ataca los cimientos de la democracia».
El Gobierno de Biden ha asegurado que pondrá condiciones a los 4.000 millones de dólares que quiere entregar durante los próximos cuatro años a Guatemala, Honduras y El Salvador para aliviar la migración irregular.
Washington pretende que la mayor parte de la ayuda vaya a las organizaciones civiles locales, internacionales y religiosas que trabajan sobre el terreno con los habitantes de esos países para evitar la corrupción institucional.
Cuestionado por la prensa, el canciller Ebrard negó que la circular sea específica sobre México y que respetan lo que «Estados Unidos ha hecho durante muchos años, que es apoyar a muy diversas organizaciones”.
Aun así, pidió reciprocidad al recordar que las leyes estadounidenses prohíben a México financiar a organizaciones no gubernamentales «que tuviesen como propósito influenciar el proceso político».
“Lo que está México planteando es el mismo estándar que tiene su ley, en pocas palabras, que las organizaciones que reciban esos recursos, en su caso, no pueden intervenir o participar o influenciar el proceso político en México”, aseveró.
Pese a las acusaciones de «injerencismo», el Gobierno de México ha descartado abordar la queja con la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, quien el próximo martes visitará la capital mexicana para reunirse con López Obrador en Palacio Nacional.
La agenda principal, reiteró el canciller, será la migración y la cooperación para el sur de México y Centroamérica.Antes, el presidente López Obrador agradeció el «gesto de solidaridad» de Harris, con quien habló por teléfono el jueves por el donativo de 1 millón de dosis que Estados Unidos anunció para México.