Por Jesús Michel Narváez
En la campaña de Andrés Manuel López, el entonces gobernador de Campeche, Alejandro Cárdenas Moreno pronunció un discurso que le ganó ovaciones. Se lanzó en contra del candidato de Morena-PES-PT con “todo lo que tenía” y le advirtió cuando llegara a la tierra en donde representaba al virrey, se tomaría con pared.
Meses después solicitaría licencia definitiva y su lugar fue ocupado por Carlos Miguel Aysa González. Alito -como gusta que le digan porque así lo llamaban de niño- optó por ser el dirigente nacional del PRI y su triunfo para alcanzar el cargo provocó una nueva ruptura en las filas del tricolor. Importantes personajes ahuecaron el ala y volaron a distintos rumbos, uno de ellos, el partido que fundó el hoy presidente de México.
Ya instalado en el “destartalado” trono tricolor, surgieron señalamientos de la riqueza inexplicable -bien explicable, por supuesto- del ya exgobernador que revelaban una serie de propiedades con valor de decenas de millones de pesos y con las que no contaba antes de llegar a Campeche.
Todo pareció guardarse en el cajón de las 7 llaves que posee en exclusiva la Fiscalía General de la República y Cárdenas Moreno tuvo que apechugar y acudir al presidente de la República a solicitar lo dejaran “trabajar”.
Sus gestiones dieron cierto resultado durante el primer año. Sin embargo, a partir del segundo de estar al frente del PRI, filtraciones de quién sabe quién, revivieron su pasado. Y ahora resulta que una abogada de nombre Teresita Cervantes Pérez, de acuerdo con una publicación de Forbes-México, presentó una denuncia ante el Sistema de Administración Tributaria (SAT) cuya titular es más dura que el pan blanco de 15 días, Raquel Buenrostro, en la que detalla cómo el dirigente partidista y su candidato para alcanzar el gobierno de Campeche, Christian Mishel Castro Bello, entre otros, contrataron empresas fantasma a través de las cuales defraudaron al fisco federal con cuando menos 59 millones de pesos.
“Tengo conocimiento que, durante el período de gobierno, Rafael Alejando Moreno Cárdenas, Chistean Mishel Castro Bello y América del Carmen Azar Pérez realizaron varias operaciones simuladas, desvíos de recursos, entre otros actos por encima de la ley, defraudando al gobierno de Campeche y a la Hacienda Pública Federal”, revela la publicación que afirmó la abogada.
Sin meter las manos al fuego por Alejandro Cárdenas y demás presuntos involucrados en el fraude fiscal, me surge la duda: ¿quién es Teresita? Busqué en Internet, en Facebook, en Twitter e Instagram y no encontré nada relevante de la abogada, quien, por cierto, su perfil gráfico -porque no hay dato alguno- muestra que es una joven de cabello lacio y negro.
La incertidumbre prevalece: ¿es tercera afectada?… ¿cómo logró tener “conocimiento” del presunto fraude fiscal?… ¿era empleada del Gobierno estatal?
El sospechosismo aflora y lleva a un solo camino: el Gobierno federal tiene las pruebas y busca encarcelar al exmandatario justamente días antes de las elecciones del próximo domingo. Es la forma de terminar de desacreditar lo descreditado que se encuentra el que fuera partido único.
¿Eso dará votos a Morena? A lo mejor sí. Y como se dice coloquialmente: en la guerra y en el amor todo se vale, aunque la segunda parte de no sea del todo cierta.
En esta guerra, las oposiciones que están envalentonadas y con justa y plena razón, están en la mira del todopoderoso que, a diferencia de Vicente Fox, sí está dispuesto a terminar con la pluralidad.
¿Quién sigue?… ¿Marko Cortés?… ¿Dante Delgado? ¿Jesús Zambrano?
No dude que alguno de ellos le haga compañía a Cárdenas si no en la cárcel sí en la campaña que hundirá a la Alianza Legislativa de Va por México.
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