Niños quieren regresar a la escuela, en casa viven con miedo, revela encuesta

Una encuesta con dos mil niños del sureste del país reveló que, el 77 por ciento ellos tiene deseos de volver a la escuela a la brevedad porque el encierro les ha afectado no sólo en el aprendizaje, sino emocionalmente.

El 92 por ciento dicen que les preocupa que suceda algo malo en su familia, 65 por ciento tiene miedo, 31 por ciento no me siento seguro, 11.2 por ciento dijo hace mal muchas o todas las cosas, 2.4 por ciento se odio y 16 de cada cien expresó: “nadie me quiere”, incluso revelaron “no sentirme seguro con un ser querido”.

La organización Mexicanos Primero demandó al gobierno de la Cuatroté, a través de la Secretaría de Educación Pública, que se establezca una estrategia de atención socioemocional y propuso “rediseñar todo el ciclo escolar como recuperación, reforzamiento y nivelación, con el énfasis en los aprendizajes fundamentales y no los planes de estudio desbordantes. Apremia el regreso, pero no de cualquier manera”, dijo David Calderón director de ese organismo.

En el estudio en el que participaron alumnos de entre 10 a 15 años de edad, elaborado por investigadores del Centro de Estudios Educativos y Sociales (CIESAS) y del Proyecto Medición Independiente de Aprendizajes (MIA), además de la organización Mexicanos Primero tuvo como propósito es mostrar comparativamente la exclusión y la inequidad que experimentan los estudiantes que ya vivían con carencias y rezagos. “ante la ineficiente respuesta y acción gubernamental para proteger su derecho a la educación”.

Pidió a la SEP “claridad, cuidado y participación para establecer el calendario, las condiciones y el escalonamiento en la apertura de los planteles, además de que se destinen los recursos suficientes para alistar la infraestructura, comprar los suministros y financiar la formación docente y fondear la reconexión para continuar con el modelo híbrido”.

Dijo que “el derecho de la educación está en riesgo, la estrategia a distancia de la SEP no funcionó como se pensó ni como se justificó. Fue un fracaso para las familias con mayores limitaciones y la programación de Aprende en Casa no se puede tomar como referencia”.

Acusó que los apoyos oficiales tampoco llegaron ni para compensar el gasto que maestros y familias realizaron para tener de datos y comunicación de mensaje voz para conectarse por teléfono, que fue el principal medio por el que intercambian profesores y alumnos.

“No hubo becas ni apoyo para alimentación. Hubo quien no recibió visitas domiciliarias, el recurso de apoyo psicológico no estuvo al alcance”.

Explicó que una alternativa pudo ser el programa la Escuela es Nuestra pero sus recursos no son transparentes ni el gasto está orientado en prioridades de la pandemia. “La ausencia del Estado contrasta con la presencia de las familias y los niños”.

Para presentar otros resultados Jeny Farías, de MIA dijo que en 14 meses la Secretaría de Educación Pública (SEP) no ha publicado las cifras de abandono ni las calificaciones del primero y segundo bimestre para medir el aprovechamiento de Aprende en Casa, ni tiene prevista una evaluación de logro del aprendizaje, lo que puede generar “una falsa idea de que un repaso de unas cuantas semanas puede compensar las lagunas pérdidas”, advirtieron académicos y la organización Mexicanos Primero.

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“No se ha dado la debida importancia al tema socioemocional para el regreso a las aulas, de cómo se sienten las personas y cómo han llevado la crisis, de manera que un esfuerzo sólo académico no va a tener frutos”.

Felipe Hevia, profesor investigador del CIESAS, quien a nombre de académicos de la Universidad Veracruzana desarrollaron el proyecto MIA, la primera evaluación ciudadana de la educación para conocer el aprendizaje de los niños.

Utilizaron mediciones semejantes a las utilizadas en Asia, África, América Latina para medir el aprendizaje. En sus primeros resultados la visita a los alumnos y sus familias arrojó que 61.6 por ciento de los niños de 10 a 15 años no comprende un texto de cuarto grado de primaria, 41.8 por ciento no entiende un texto de segundo grado de primaria y 14.8 por ciento no puede leer una historia porque no pudo leer dos enunciados.

En el caso de matemáticas, Hevia dijo que 36.4 por ciento no completó de forma acertada restas simples, 25.8 por ciento no pudo hacer sumas con acarreo, 88.2 por ciento de los encuestados no pudo resolver un problema de tercero de primaria que era un ejercicio de compra de dulces y 96.5 por ciento no logró resolver adecuadamente una operación con fracciones.

El investigador dijo que al rezago de aprendizajes que tenía el sistema en esa zona se va a estimar cuánto tiene que ver con la pandemia, porque “hay una urgencia de entender qué pasó”.

David Calderón, señaló que el propósito es mostrar la realidad de la educación en la pandemia. “Queremos exigir a las autoridades que tomen acción decidida para remontar la exclusión y la inequidad que se agravaron en estos 14 meses del cierre de aulas y ofrecer la colaboración en las estrategias para dar paso a un ciclo escolar de recuperación y reforzamiento”.

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