Una Historia Maléfica

Por Alberto F. Mena Mallen

Poco a poco se va olvidando el “incidente” de la muerte de 26 capitalinos y más de 70 heridos, muchos graves, como lo calificó la jefe de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, cuando la caida de una trabe de la Linea 12 “Dorada” del Metro, generó que dos vagones se desplomaran y una gran tragedia para muchos hogares capitalinos, que ya no verán a sus seres queridos de por vida.

Una de las muertes que causó mayor conmoción fue la del joven Brandon Giovanny Hernández, de 12 años, quien murió en este lamentable hecho; su madre, Marisol, acompañada de su abuela, lo buscó desesperadamente por todos lados y durante toda la noche del lunes 3 de mayo, incluso, pidieron el apoyo de los medios de comunicación: “¡Díganme si está vivo o muerto! ¡Díganme dónde está! ¿Dónde está mi nieto?”, gritaba la abuela entre lágrimas. Cino minutos antes de la tragedia, se habían comunicado por celular, para decirles que ya estaban en camino a casa. Luego ya no hubo respuesta. Lo encontraron el el Semefo de Nezahualcóyotl.

Cuando viaja uno en el Metro, hay quienes se distraen viendo a las personas que van al lado, otros dormitando con los ojos cerrados, unos más platicando, otros leyendo, hay quienes se dedican a ver las redes sociales o escuchando música en su celular, esperando llegar a la estación de destino y de ahí tomar otro medio de transporte, como en el caso de Brandon, quien junto a la pareja de su madre, utilizaban los mototaxis para ir a su parada final del día. Los vagoneros son un atractivo del Metro, con su diversidad de productos que venden a precios accesibles, claro, sin garantía. También están los cantantes que se ganan unos pesos para sobrevivir.

Me he puesto a imaginar ese momento de la caída del vagón. De repente, en segundos, se va la luz, la oscuridad aparece y el vagón cae estrepitosamente con un ruido estruendoso y luego el caos. Al haberse inclinado, los que estaban en un lado caen al otro, encima y golpeando a quienes tuvieron la desdicha de estar en ese lugar. En el exterior, la nube de polvo que se generó al chocar la estructura con el suelo, aplastando a varios vehículos con ocupantes adentro. Algunos murieron, otros salieron gravemente heridos. Y tal vez otros quedaràn discapacitados o paraplegicos por amputaciones de miembros.

Afortunadamente, los mexicanos se han destacado por la solidaridad, y de inmediato pusieron manos a la obra para rescatar a las vìctimas, mientras llegaba el auxilio de las autoridades encargadas de estas tareas. Luego, trasladar a los heridos hacia los hospitales para que los atendieran, en tanto que las redes sociales comunicaban la tragedia en forma inmediata, y fue por donde los mexicanos se informaron sobre este hecho.

Los familiares comenzaron a reunirse en torno a esta tragedia, desesperados por la falta de información sobre las personas afectadas, la que poco a poco se fue suministrando, mucha de ella a través de las redes sociales, las que ayudaron enormemente a los familiares de las víctimas.

El enojo y la frustración por la incapacidad, negligencia y los errores del gobierno, por la ya famosa austeridad que ha hecho que el mantenimiento de todo el sistema sea menor del que le correspondería, del desinterés del gobierno y por parte de todos los afectados al no poder hacer algo para evitar esta tragedia, creció entre los capitalinos particularmente al enterarnos y recordar que dicha línea del Sistema de Transporte Colectivo ya traía cola que le pisen desde su creación, cuando la falta de profesionalismo y de capacidad de las autoridades para su construcción quedó en duda, primeramente por el sobrecosto que se aplicó y los errores técnicos que se cometieron, tal vez porque no hubo una cabeza que determinara lo que se tendría que hacer en estas obras. Hubo muchas manos que se metieron en las decisiones que hizo que la Línea Dorada se hiciera de “dulce y de manteca”, ya que los trenes los cambiaron a última hora por lo que no tenían las especificaciones de los primeros.

Claudia Sheinbaum ha informado que todo se transparentará, -tal vez como lo hizo con los segundos pisos, de lo que poco se conoció-, que nada se ocultará y que los afectados recibirán todo el apoyo de las autoridades capitalinas.

Dijo que la indemnización del seguro se aumentará al doble, al pasar de 325 mil pesos por fallecido a 650 mil, aparte otros 50 mil que otorgará la Ciudad de México, además de los apoyos que recibirán para sus familias y la de los accidentados, y apuntó que tendrán igualmente lo necesario para que se eviten problemas subsecuentes.

Ello está en duda, ya que hay eventos en donde el mismo gobierno ha quedado mal en otras ocasiones, como los damnificados del sismo del 2017, que aún están esperando el apoyo de las autoridades. Inlcuso actualmente, hay muchos sectores de la población, que se han dejado de lado, como los niños con cáncer que siguen batallando por sus medicinas, y otros que han nacido a los que no se les puede aplicar las diversas vacunas como el de la poliomielitis, ya que no hay en existencia y que por ello, su vida se ve comprometida a futuro.

Esta tragedia por el desplome de la estructura que conectaba las estaciones Olivos y Tezonco en dicha Línea 12 del Metro de la Ciudad de México no sólo marcó por siempre la historia de la capital, -una vez más-, sino que cambió por completo la vida de familias, pues en cada uno de los 26 muertos hay padres, madres, hermanos, hijos y amigos que ya no volverán, lo que hará que sus integrantes, cambien sus ritmos y formas de vida, por la ausencia de quienes murieron en esta desgracia.

El “incidente” del Metro, ha dejado huella entre los mexicanos, quienes sabemos que las autoridades quedarán debiendonos, como hasta ahora con muchos temas que ya se reconocen entre los mexicanos, como el de inseguridad o la criminalización hacia las mujeres.

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