Dos Tumbas Junto a la Pomposa “Línea Dorada”

Por Nidia Marín

Yo creo que Díaz Ordaz le echó la sal aquella mañana cuando viajó en el Carro 1 Tren Presidencial desde la estación Candelaria a San Lázaro para inaugurar hace 52 años, el 4 de septiembre de 1969, el Sistema de Transporte Colectivo.

Entre franceses y mexicanos que abarrotaban los demás trenes, había cierto resquemor debido a que faltaban tan sólo 28 días para cumplir un año de la matanza del 2 de Octubre y no fuera a ser el diablo…pero con todo y todo el día 5 empezó a correr esa primera línea con un costo de un peso por boleto.

Y usted se preguntará ¿qué hacían allí los franceses? Era una obra franco-mexicana por lo cual, además de los ingenieros y los diplomáticos, por allí andaba Alex Berger, aquel banquero francés, esposo de María Félix (quien moriría de cáncer cuatro años después en 1974), amigo del ingeniero Bernardo Quintana -impulsor de la obra-, cuyo logro había sido que Charles Degaulle y Díaz Ordaz unieran sus esfuerzos económicos para llevarla adelante.

El mal fario quizás proviene de aquel ogro presidencial, pero condimentado en el camino, hasta la fecha, con la falta de mantenimiento de aquella magna obra cuya primera piedra o más bien palada de tierra se efectuó en 1967 en el cruce de Bucareli y Avenida Chapultepec.

Cuando apenas se cumplían seis años de haberse inaugurado, un tren procedente de la estación Chabacano chocó con otro que estaba parado en la estación Viaducto. Resultado 31 muertos y 70 heridos, entre ellos el conductor que pasó su vida entre rejas y al cumplir ochenta años lo liberaron.

Aquel había sido el accidente más mortífero, aunque podría ser superado por el actual ocurrido en la fatal línea 12, pomposamente denominada por Marcelo Ebrard como “Línea Dorada” hoy más bien “Línea Enlodada”, ya que hasta la fecha los muertos suman 24 y los heridos 79.

Sin embargo, hay que resaltar que en lo que va de la actual administración, 27 meses, ya suman tres los graves accidentes en las instalaciones del Metro. El primero fue el choque de trenes en la estación Tacubaya el 11 de marzo del año pasado con saldo de un muerto y 41 heridos.

Otro, fue el incendio que sucedió el 9 de enero de este 2021 en el Principal Centro de Control del Metro, el cual no sólo tuvo detenidas por semanas 6 líneas, sino causó un muerto y 30 intoxicados.

La más reciente tragedia ocurrió en la Estación Olivos, de la malquerida y oprobiosa línea 12, el pasado 3 de mayo de este fatídico 2021.

Y viendo las tragedias fríamente, el mal agüero en realidad no es la causa de las mismas y desde luego sí lo es la ausencia de inversión en mantenimiento.

En México a las autoridades le saca ronchas el sólo saber que deben mantener la obra que hizo otro. La consecuencia es fatal.

Señalan los especialistas la necesidad de que los gobiernos proporcionen un buen mantenimiento a las obras públicas para evitar riesgos y hasta peligros y para que se conserven en buenas condiciones de servicio.

Por lo tanto, no deben limitarse a darles una manita de gato pare que no se vea el deterioro, sino atender a las causas que los provocaron.

Los expertos de la UNAM dicen que los gobiernos deberían eliminar la burocracia, definir los trabajos de mantenimiento y darle prioridad al mismo en lugar de estar construyendo sin ton ni son.

También debería estar prohibido que gente ajena y sin conocimientos labore en los puestos clave, en este caso del Metro, donde la directora es protegida por una señora que no tiene la menor idea de los macabros resultados que están ofreciendo.

Por cierto, tras el accidente de la “Línea Dorada” (sí uno más), en la Ciudad de México ya están lanzando paladas de tierra en la construcción de una tumba en la que caben dos aspirantes a la Presidencia de la República, el original constructor de la aborrecida 12 y la gobernante que parece vivir en un universo alterno.

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