Ser señalado de morenovallista en el círculo rojo poblano es un lastre, algo así como el peor de los pecados bíblicos, sin embargo, comparando el avance del antes con el de hoy, siendo objetivos, dicha época no ha sido superada en ningún rubro.
Desarrollo social, urbano, imagen turística, infraestructura, empleo, seguridad pública, pujanza económica, orgullo poblano, democracia social, etcétera, etcétera, etcétera.
Genoveva, Jorge, Gali, Oswaldo, Giles y tantos otros tendrían que evolucionar de su andar cabizbajo de chimpancé a un andar altivo y orgulloso de sapiens, porque esos tiempos, con todos sus bemoles, destellaron una imagen diferente del estado y la ciudad.
Si le metieron la mano al cajón, que seguramente sí, esos son otros asuntos relacionados con la ladronería y sus mañas por lo ajeno.
Para contagiar de entusiasmo lo aburrido de las campañas, imaginemos un lema de batalla centrado en “recuperar lo que Rafael y Martha Erika dejaron a media construcción para Puebla” antes de la caída del helicóptero. Su grandeza, pujanza y referencia nacional e internacional.
Y ahora comparen aquellos tiempos con los tiempos actuales. ¿Diferencias? Claro. La gran discusión podría virar del nacionalismo rancio al liberalismo de derecha. Rafa evidentemente no fue nacionalista, entonces fue lo otro, pero bastante pragmático y creyente del poderío del dinero.
No faltará quien repruebe estas líneas y diga que robaron, que fueron unos pillos y sinvergüenzas y la razón le asistirá, pero tampoco podrán negar que dieron importantes saltos al futuro. Hay pruebas, no todo lo suyo fue demolido.
Más de uno se tirará al suelo para acusar haber sido perseguido político y víctima de ese matrimonio de bribones. Rafael hizo fama de duro, autoritario, vengativo y cabrón.
¡¡Fueron unos corruptos!! Gritarán a todo pulmón santurrones y mojigatos, sumarán sus voces los de disfraz honesto y cínico. Pero los políticos que echan mano de ese discurso funcionan con el mismo chip.
Imaginemos este otro lema de campaña: “Retomemos lo que Rafa y Martha dejaron pendiente”. Las viudas y viudos políticos de Moreno Valle tienen un comportamiento cobarde, agachón y avergonzado, pero con ese Knorr Suiza añadido al caldo podrían animar a los electores y poner a sus adversarios contra las cuerdas.
Las netas como son, el sabor insípido de las campañas de los candidatos a diputados federales no estimula a un optimista a ir a las urnas, menos arrastra a los flojos e indiferentes al punto de excitación para el 6 de junio.
Será el sereno, pero en sentido opuesto al desempeño de Peña Nieto, el accionar de Moreno Valle fue mejor y más reconocido. Quizá los priistas no tengan mucho qué presumir del anterior gobierno federal, pero el PAN de Puebla sí que lo tiene con los difuntos Martha y Rafa, sin embargo, se acobardan por cacarearlo.