Por Jesús Michel Narváez
Malévola definición: si no es él, “quien llegué va a hacer más de lo mismo, más de lo que significaba el antiguo régimen, no olvidemos aquí para transformar, no venimos a que las cosas continúen igual”. Palabra del “señor”.
Pensada o lanzada al home sin la señal del cátcher, con su afirmación aplica severo descontón a los otros 10 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, 3 de los cuales fueron propuestos por él: Juan Luis González Alcántara Carrancá (por la renuncia de Eduardo Medina Mora) y Yasmín Esquivel Mossa y Ana Margarita Ríos Farjat, quienes llegaron al cumplir su periodo Margarita Luna y José Ramón Cossío.
Fue parejo. Muy “democrático”.
Arturo Zaldívar “es garantía de que esos cambios se van a llevar a la práctica, se van a realizar, es fundamental la reforma del poder judicial”.
Es decir, de los otros 10 -tres ya no podría porque ya fueron presidentes de la Corte-, no “se hace uno” para cumplir los designios del Iluminado.
Justificó la violación del artículo 97 con sus otros datos: no cree que sea inconstitucional la ampliación del mandato del ministro Arturo Zaldívar.
Eso lo tendrán que decidir los ministros… los que descalificó. Los ubicó en el mundo de la corrupción y salvo que les sepa algo a sus recomendados, tiene la carga de la prueba. El que acusa, parafraseándolo, de probar, demostrar, exhibir las evidencias.
El cinismo -o la ignorancia- en su más clara exposición. Lea usted: “por qué no hacerlo -avalar la ampliación de la presidencia de Zaldívar-, se rasgan las vestiduras, pero se les olvida de que en el Congreso en el periodo neoliberal hicieron reformas contrarias”.
¿Cuáles? Vaya usted a saber.
Y si se refiere a los periodos de Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, no sería ocioso revisar el trabajo de la ministra en retiro, Olga Sánchez Cordero, hoy secretaria de Gobernación. Ella conoció todo lo que se hizo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación durante largos años comprendidos entre 1995 y 2015.
Sería inimaginable que la funcionaria de la cuatroté no estuviera enterada de los trastupijes realizados por sus pares.
¿Cuáles son los méritos de excelencia del ministro presidente para que los demás sean descalificados, porque, quien llegué va a hacer más de lo mismo?
Señalar que los otros 10 ministros de llegar -cualquiera que fuere- haría más de lo mismo y ligar las oraciones con respecto a que solamente uno puede llevar adelante sus reformas al Poder Judicial, orilla a suponer que ninguno y ninguna tienen la capacidad y la honorabilidad del señor Zaldívar. Insistió: Arturo Zaldívar ayuda a “moralizar” al Poder Judicial y no hay otro perfil que pueda hacerlo. Es decir, en la Corte, hay 10 floreros y un ministro.
Una descalificación inapropiada de un presidente que no entiende la independencia de los otros dos Poderes de la Unión.
Como mera pregunta al aire y que seguramente el viento se la llevará sin acusar de recibido, dejo la siguiente: ¿Se quedarán cruzados de brazos los 10 descalificados?
Mal empieza la semana al que ahorcan en lunes.
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