LEA, el Inmortal

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Sé que muchos sesentaochoeros se sentirán agredidos por este artículo. No es mi intención y, como dije desde hace buen tiempo, a Luis Echeverría Álvarez lo juzgó ya la historia y no con benevolencia.

Es un poco recordar mi vida como reportero. Tuve la oportunidad de estar en su “destape” allá por el lejano octubre de 1969. A diferencia de los anteriores, esta vez no fue Fidel Velázquez el que a nombre de las “fuerzas vivas del partido” hiciera el anuncio. Le correspondió al entonces dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC) -cuanto realmente existía y su fuerza era incuestionable- Augusto Gómez Villanueva, con sus recién cumplidos 39 años, el que le comunicara y alzara la mano al secretario de Gobernación.

Lo hizo en el viejo Palacio de Covián. Bucareli, desde Reforma hasta Lucerna, se atiborró de hombres y mujeres del campo. Porque ellas ya estaban en la política gracias a su esfuerzo realizado en sus parcelas. La totalidad de asistentes era de ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios.

Desde mi estancia como reportero en El Universal Gráfico y El Universal, en donde por conducto del Sindicato Nacional de Trabajadores de Redactores la Prensa fue aceptado como suplente, arribé en 1964, tuve la oportunidad de cubrir a las vacas sagradas de ambos diarios. Sus descansos, vacaciones, comisiones sindicales o enfermedades, me permitieron acudir a todas las fuentes de información. Todas con sus jefes de prensa, priístas. No había de otra. La única oposición era el PAN. El PARM y el PPS eran satélites del partido gobernante.

Durante el destape y la campaña de Luis Echeverría me tocó escribir muchas de sus etapas. Ya como presidente de México, por El Gráfico lo acompañé en múltiples giras. El titular de la Fuente, Rigoberto López, fue generoso como lo fue el jefe de información, don Antonio… en El Universal, Jorge Coca, titular, confió en mí y me propuso para suplirlo.

Alguna ocasión llegué a la redacción por mi orden y el jefe de información, Tomás Ruiz, me indicó: vete a Los Pinos… te vas de gira. Algo imprevisto. Vestía de traje. Llegué a la sala de prensa y saludé a Mauro Jiménez Lazcano y le informé que supliría a Coca. Minutos después apareció el general Jesús Gutiérrez -le decíamos Mandrake. Era idéntico- quien me cuestionó la vestimenta. ¿Qué, vas a una fiesta?

Esa gira duró la vida. Estaba programada para ir y regresar el mismo día. Era mayo de 1971. De Mazatlán volamos a Veracruz para estar presentes en el Día de la Marina. Y de ahí a Cancún, Casi 15 días.

Poco después me mudé a El Sol de México. Oliverio Duque tenía el privilegio de escribir todas las actividades presidenciales. En 1973 por razones que desconozco dejó de viajar y se concretó a la información que surgía en el entonces Distrito Federal. Así, semana a semana,  acompañé al presidente Echeverría en su recorrido permanente en todos los estados del país. Le gustaban las zonas de difícil acceso. Dejaba que la gente se acercara y la escuchaba. No la oía. Dialogaba. Encabezaba reuniones de 20 horas sin levantarse de su lugar para ir, cuando menos, al baño. Fijaba la mirada y entrecerraba los ojos por dos razones: le interesaba el tema o de plano lo conocía mejor que el informante.

Gira tras gira conocí a todo su equipo de seguridad personal que dirigía un personaje al que le decíamos Junior. A sus colaboradores cercanos. Y lejanos. A todos los secretarios de Estados, directores de paraestatales y organismos dedicados al desarrollo del turismo, del café, del azúcar, de la industria y el comercio entre otros muchos.

No pretendo escribir la apología de Luis Echeverría Álvarez. Solamente recordar que lo traté de cerca lo mismo en Los Pinos que en los estados y en el extranjero cuando tuve la oportunidad de viajar para cubrir sus informaciones. Ayer cumplió 99 años. Y se convierte -ya lo era desde hace 11 años- en el expresidente más longevo de la historia de México. Se dice casi inmortal.

Escribir lo que decía, hacía, dejaba de hacer, fue una gran enseñanza periodística y política. Lo saludo con respeto y afecto por tratarme como un ser humano que buscaba sobresalir lo mismo en los universales que en los soles.

Ojalá y llegue al Siglo. Cien años y en soledad.

E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @misionpolitica, Facebook: Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por ABC-Radio en el 760 de AM.

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