“Cámara Sellada”

Del Cine y las Leyes

La Pena de Muerte en Vilo

Por Horacio Armando Hernández Orozco

“Cámara Sellada” (“The Chamber”) película estadounidense de 1996, dirigida por James Foley, con la actuación de Chris O’Donnell (Adam Hall), Gene Hackman (Sam Cayhall), Faye Dunaway (Lee Cayhall Bowen) y David Marshall Grant (Gobernador David McAllister).

Adam Hall, joven abogado cuyo padre se suicidó cuando él tenía 10 años, debe utilizar todos los recursos a su alcance para defender a su abuelo Sam Cayhall, un antiguo miembro del Ku-Klux-Klan, condenado en 1980 por el asesinato de dos niños, que ocurrió en 1967 en Misisipi y que espera su ejecución en la cámara de gas en 28 días.

La cinta es una adaptación de la novela homónima de John Grisham, que toca de nueva cuenta el tema de la pena de muerte al igual que en la diversa “Tiempo de Matar” (“Time to Kill”), pero ahora no se busca la absolución de una persona, sino la conmutación de la misma por cadena perpetua.

NO LO CONOCÍ, PERO LO DEFENDERÉ

Adam Hall decide defender a su abuelo Sam, a quien no conoce, de la eminente ejecución de la pena de muerte, pero sólo cuenta con 28 días para hacerlo, así que debe buscar una estrategia que le permita lograrlo.

Es básicamente un hecho de que la mayoría de los defensores, ya sean públicos o particulares, son ajenos al acusado, esto es, que resultan ser personas desconocidas, claro habrá otras ocasiones en que tengan algún vínculo de amistad o de parentesco con el defendido, pero lo inusual es defender al propio abuelo cuando ni siquiera se le conoce.

Hay razones de peso para entender el por qué Adam no conoce a su abuelo Sam, y eso se va develando poco a poco en la película, sobre todo porque hay un pasado oscuro de la familia, que estaba metida en el Klan, así como las circunstancias que llevaron al suicidio de su padre el día en que su abuelo fue condenado.

Es impensable en defender a alguien que no conoces, que ha sido el causante del suicidio de tu padre, y que además cometió un homicidio de odio.

LA FAMILIA LEJANA

Adam se traslada a Misisipi a casa de su tía Lee Hall para comentarle que defenderá al abuelo, ella se sorprende mucho y le revela la verdadera razón del porque odia tanto al abuelo Sam, pues cuando era niña estaba trepada en un árbol y vio cuando a sangre fría mató en un acto de racismo y locura a un afroamericano, cuyo hijo era amigo de su propio hermano, que es el padre de Adam.

Obviamente este hecho era desconocido para el joven abogado, que comprende que en realidad no conoce a su familia, también descubre que un antepasado suyo fue un miembro fundador del Ku-Klux-Klan y que durante tres generaciones han sido miembros del Klan, lo que explica la actitud de supremacía racista del abuelo.

Ante estas revelaciones, logra entender el por qué su padre se quitó la vida cuando el abuelo fue condenado a pena de muerte.

Y es aquí que surge la pregunta ¿Deben los abogados defender a sus familiares?

Esta pregunta es crucial, pues no hay una respuesta única y contundente; que un abogado defienda a sus familiares puede parecer lo más natural, e incluso lo más recomendable por el grado de confianza que hay entre el abogado y el cliente-pariente, pero eso no significa que el nivel de eficacia se incremente, sino por el contrario, defender a un familiar puede mermar la eficacia del abogado al entrar en contacto con sentimientos y cuestiones personales.

CÓMO DEFENDER A UN CONDENADO

Sam Cayhall fue condenado por el homicidio de dos menores de edad al haber hecho explotar una bomba en el despacho del padre de los niños; el acto lo realizó como una muestra de odio racial a los judíos.

Es claro que ya hay una sentencia firme que sólo espera su ejecución, por lo cual, la única posibilidad es buscar una conmutación de pena, y para ello el indulto es una vía o bien la apelación ante la Corte Suprema para que invalide la pena de muerte por estimarla cruel e inhumana.

El indulto, al igual que en México, es una facultad del Ejecutivo, ya sea a cargo del Presidente por delitos federales o bien de un gobernador por delitos locales; la decisión de que se trata de una pena inhumana sería decisión judicial de inconstitucionalidad; en ambos casos sólo operaría la conmutación de la pena, pero no la absolución.

El joven abogado decide agotar las dos, no obstante que su abuelo no quiere que se pida el indulto al gobernador David McAllister, pues en el pasado como Fiscal del Estado acusó y logró la condena de Sam; ante la Corte alega que ya hay precedentes de que la pena de muerte ejecutada con métodos crueles e inhumanos es inconstitucional, y que la ejecución vía cámara de gas es de esta naturaleza; por último, acude a la madre de los menores fallecidos, quien le dice que ella no quiere la pena de muerte, pero no le llamará al Gobernador.

LA PENA DE MUERTE EN ESTADOS UNIDOS

El 14 de julio de 2020, fue ejecutado por inyección letal Daniel Lewis Lee, quien era el supremacista blanco que se convirtió en el primer ejecutado por el gobierno federal de Estados Unidos en 17 años.

La Corte Suprema estadounidense anuló la objeción de una jueza al procedimiento usado en la aplicación de la pena capital, quien consideraba que la droga utilizada aún enfrentaba desafíos legales, pues los condenados argumentaban que las inyecciones letales constituyen un “castigo cruel e insólito”, pero la Corte falló que las ejecuciones podían seguir su curso.

La última ejecución federal anterior a la de Lee se produjo en 2003 y actualmente quedan 62 presos condenados a la pena capital por el gobierno federal, según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC, por sus siglas en inglés).

Daniel Lewis Lee junto con Chevie Kehoe, fueron condenados por el asesinato de tres miembros de una familia en Arkansas, incluida una niña de 8 años, durante un robo cometido en enero de 1996; Earlene Peterson, madre y abuela de dos de las personas asesinadas, se había opuesto a la ejecución, pese a no poner en duda su culpabilidad, quería que le conmutaran la pena capital por cadena perpetua, la misma condena que recibió su cómplice.

Lewis después de su sentencia en 1999 renegó de esas ideas racistas, al igual que Sam lo hizo en la película, pero ¿el arrepentimiento de un condenado será suficiente para conmutar la pena capital?

La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…

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