Por Jesús Michel Narváez
Desde el púlpito presidencial surge la amenaza: se cancelarán concesiones. Se refiere en las que distribuyen combustibles. Un amago sin razón. Porque el precio de venta lo fija diariamente la Comisión Reguladora de Energía, en donde el Gobierno tiene a un empleado de “confianza”.
Los distribuidores que tienen concesiones de Petróleos Mexicanos podrían ser los afectados. Porque los de las empresas extranjeras no dependen de Pemex, aunque le compren gasolinas.
Y con los precios al consumidor -como le decía hace un par de días- se disparó al ser retirado el subsidio a la gasolina Premium.
Debido al incremento constante “ajustes” le llama el gobierno, la inflación se ha vuelto la otra amenaza para los mexicanos.
El reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) correspondiente al Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), registró una variación de 4.12 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.
El dato que corrobora el gasolinazo es indiscutible: el avance anual en los energéticos, con 9.45 por ciento, su mayor aumento desde finales de 2018, y en este rubro sobresale el precio del gas doméstico LP, que se disparó 36.0 por ciento anual.
No obstante la realidad, el Gobierno federal insiste en que no hay aumento en los precios de los combustibles. El gas, del que no se produce lo suficiente porque el fracking está prohibido por los pantalones del presidente, se fue a las nubes. Hablar de 36 por ciento cuando la inflación es del 4-12 por ciento, es un despropósito.
¿Quién regula el precio? Se presume que la Secretaría de Economía está al pendiente de que los distribuidores de gas no abusen de los consumidores. ¿Y la de Energía en qué país se ubica?
Al revisar el informe, se encuentran datos que pasaron de noche y que le pegan al poder adquisitivo. Vea usted: productos pecuarios, a 9.68 por ciento anual, el más elevado en casi seis años, repunte de 23.5 por ciento en el precio del pollo y de 7.8 por ciento en la carne de res.
Ahora sí que cuando se tiene para carne es vigilia. Y si se quieren respetar los días santos, los pescados, camarones y demás habrá que solicitar un crédito “blando” a la Banca de Desarrollo -¿todavía existe?- o recurrir al tarjetazo, aunque en pocos lugares de La Viga aceptan el plástico. Todo es en efectivo.
Quizá poco le importe al presidente que su caravana de Suburbans, de ocho cilindros y comelonas de combustible, sean calificadas de fifís. Él no paga un centavo. Todo lo absorbe Pemex. Por eso anda casi en la quiebra la Empres Productiva del Estado.
La inflación es Premium.
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