Por Jesús Michel Narváez
Responsabilizando –cómo no- a los distribuidores de gasolina, el presidente López decidió lanzar su enésima amenaza –es como la quinta contra este gremio- decidió anunciar que si los precios siguen al alza –como ayer, que estaba el litro de Premium en 23.80- cancelará las concesiones. Podrá hacerlo con la franquicia de Petróleos Mexicanos pero ¿y las internacionales?
La duda surge porque las empresas Shell, Repsol, Exxon, Chevron, British Petroleum, decidieron instalarse en México en base a la reforma energética que pretende sepultar de manera definitiva el gobierno de la cuatroté. Sería un nuevo golpe para los inversionistas privados que confiaron en el ESTADO DE DERECHO que presuntamente se vivía en México.
(Ayer, en Texas, por ejemplo, el galón de la gasolina regular se cotizó en 3.12 dólares, unos 70 pesos mientras aquí alcanzaba los 81 pesos. Un diferencial de 15.3 por ciento).
Desde su campaña, López se comprometió a terminar con los “gasolinazos” que surgieron en enero de 2017. Sí, se reconoce el incremento del combustible pero a cambio se generó la estabilidad de surtido, algo que no ha ocurrido ahora y la amenaza de restricciones en la venta está más que latente.
Concediendo sin aceptar que no se ha elevado el precio de la gasolina de manera abrupta, se tiene que admitir que el incremento hormiga supera y con creces la inflación de los años 19 y 20. Y el 21 parece ser se convertirá en el nuevo viacrucis para los consumidores no solamente de combustibles sino de alimentos. Febrero registró la inflación más alta desde 2018 conforme a los datos del INEGI, publicados el martes pasado.
“Hay especulación, se pasan y no voy a decir lo demás, porque estamos dando un subsidio en el cobro del impuesto a gasolineros, no tienen por qué incrementar el precio de la gasolina más allá del precio de la inflación, ese es mi compromiso y lo voy a sostener”, señaló el habitante de Palacio Nacional.
Como es su costumbre, desde el púlpito presidencial pregonó su acusación en contra de los medios de comunicación a los que señaló de estar “metiendo miedo” y que buscan haya una catástrofe (No explicó en qué datos se basa para su afirmación).
Los (medios) proyectaban que ‘ahí viene el gasolinazo’, pues no viene, no va a haber, lo que diga mi dedito (seña que se debe a Jesús Reyes Heroles), se va a mantener (el precio de la gasolina)”.
Será el sereno, señor Presidente, pero los aumentos registrados en los últimos dos y ahora este de marzo, representan en su conjunto un “gasolinazo” aunque su dedito se mueva en sentido negativo.
Es curioso que el incremento de esta semana se produzca cuando Ricardo Sheffield abandonó la Procuraduría General del Consumidor (Profeco), porque antes de irse cada mes llegaba a Palacio Nacional y en la conferencia matutina daba el informe del comportamiento de los gasolineros, a los que llamó en algún momento de 2020 “se pasan de roscas”.
Puede ser coincidencia o herencia de algunas líneas que podrían implicar hacer notar la ausencia de quien quiere volver a ser presidente de León, para después brincar a la candidatura del gobierno de Guanajuato. La política primero. Vaya, el interés personal va por delante de las responsabilidades que se le encargaron al leonés.
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