Por Jesús Michel Narváez
Aunque tapiaron la fachada de Palacio Nacional hasta llegar al atrio de la Catedral, y se presumía que detendría a las irritadas mujeres, el tiro salió por la culata.
Cual lienzos para plasmar la creatividad del pintor quien con paleta y brocha en sus manos, la mirada solamente se fijó en el albo retazo. Pensaba, imaginaba lo que su talento podría dejar para la posteridad.
Ellas, creativas inimaginables, no se arredraron por el muro de contención que colocaron los militares –son junto con los marinos y los policías federales los que saben cómo colocarlo para que no sea derribado- y, por el contrario, encontraron la ventana de oportunidad para dejar su sello: un memorial.
Sí, una valla metálica se convirtió en el espacio para fijar sus posiciones y demostrar que no las detendrá un murito. Como el de Trump no resistió el ingenio, la irritación y el coraje que implica ser ignoradas, ser asesinadas, ser violentadas física y psicológicamente.
El presidente lo ordenó. Nadie más. Y para justificar que, como en cientos de memes se mencionó, vive un “Palacio de Hierro”, respondió a los periodistas: miedo sí tengo pero no soy cobarde”.
Hace años los abuelos decían de aquellos que presumían su valor, que el “valiente vive mientras el cobarde quiere”. ¿Conocerá el dicho?
Seguramente no.
Aunque claro, escuchar sus cantinflescas expresiones que solamente él entiende, justificaría la improvisación.
El presidente llamó a las mujeres de ser cooptadas por grupos que quieren dañar a su gobierno. No comprende, no entiende, que en el país hay 10 mujeres asesinadas cada 24 horas y que en su mandato el número ya representa una afrenta para las femeninas de este país.
No le cabe ni en la cabeza ni en su condominal corazón que su obligación como Presidente de la República es gobernar para todos, no solamente para quienes reciben dádivas a cambio de votar por Morena.
Sabido es que al presidente López no le gusta que lo encaren y menos las mujeres. Le irrita encontrar talento en quienes reclaman sus derechos. Falto de argumentos que justifiquen su desdén por ellas, no tiene salida. Cada día se le agota el pavimento. Tendrá que caminar por terracerías y mojarse “aunque se enferme” pero que salga en la foto.
Hoy la tensión se corta con un cuchillo romo. No requiere filo. El ambiente generado por sus actitudes misóginas lo convierten en el personaje que de suyo las desprecia y no tiene el mínimo respeto.
Por eso tapió el lugar en donde vive. Que por cierto, es prestado porque ni renta para. No es de su propiedad como en su fuero interno considera. Es Patrimonio Cultural. No es una finca cuyo nombre obedece a que los fracasos se curan en Palenque.
Una valla que se erigió par “la paz”, diría el vocero Ramírez Cuevas, se convirtió en el gigantesco memorial. ¿Lo van a despintar para que luzca el acero limpio y brillante?
Día Internacional de la Mujer con el enfrentamiento entre el gobierno y las mujeres de todas las clases sociales. ¿Cómo detenerlas?
Aislándose de la realidad. Y eso hace el presidente. Tiene miedo pero no es cobarde. Allá él.
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