La Auditoría Superior de la Federación (ASF) reportó que la Vigilancia Epidemiológica en México llegó con deficiencias en su operación y con falta de actualización en cuanto a criterios para los registros de morbilidad y mortalidad de enfermedades que monitorea.
En la auditoría de desempeño de la Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud (SS), a cargo de la Dirección General de Epidemiología y el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), la ASF concluyó que si bien cumplió en lo general con su objetivo, tenía mejoras importantes que hacer en cuando a su diseño y operación.
“En opinión de la ASF, en 2019, la vigilancia epidemiológica, a cargo de la SS, permitió la recolección de información de las condiciones de salud de la población; sin embargo, presentó deficiencias en su diseño y operación. En el diseño, no se elaboró un diagnóstico, cuantitativo y cualitativo, en el que se identificara el problema que se buscó atender, ni sus causas y efectos, y no se actualizó la norma oficial mexicana, en cuanto a los criterios, especificaciones y directrices a seguir en el SINAVE (Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica) para la recolección de la información de morbilidad y mortalidad de enfermedades sujetas a dicha vigilancia”, refiere el análisis de la ASF.
El análisis refiere que en 2019 tampoco se elaboró el diagnóstico para identificar las necesidades de formación y capacitación en materia de vigilancia epidemiológica ni se implementaron mecanismos de coordinación con los laboratorios estatales de Salud Pública para estandarizar su operación, mismos que en 2020 se encargaron de procesar las primeras pruebas de Covid-19 para determinar la existencia de casos sospechosos y que trabajan en conjunto con el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (Indre) para la detección de casos e investigación de nuevas variantes del virus.
En marzo de 2020, cuando comenzó la comunicación sobre los resultados de la pandemia, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, informó que el registro de casos de Covid-19 se estableció desde el 21 de enero de 2020, y se hacían registros diferenciados de los casos considerados como neumonía atípica y otras enfermedades respiratorias en relación con este sistema.
“El Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica en México realiza un conjunto de acciones permanentes que permite la identificación de 147 enfermedades en todas las unidades del sector salud en el primer, segundo y tercer nivel de atención”, publicó el funcionario en su cuenta de Twitter para explicar el registro de casos de la enfermedad, entonces nueva para el país.
Para el desarrollo de las acciones de vigilancia, el SINAVE se apoya en Comités de Vigilancia Epidemiológica en todos los niveles; la Red Nacional de Laboratorios de Salud Pública; el personal de epidemiología o sus equivalentes en los diferentes niveles técnico-administrativos del Sistema Nacional de Salud y las unidades de vigilancia epidemiológica de las unidades médicas.
Además, tanto la Dirección General de Epidemiología, encabezada por José Luis Alomía y encargada de la coordinación del Sinave, como el Cenaprece, a cargo de Ruy López Ridaura, registraron una disminución en el ejercicio presupuestal correspondiente al ejercicio 2019 de más de 9% sin que se comprobara que ello no incidió en el cumplimiento de sus objetivos.
Entre otras anomalías con la vigilancia epidemiológica, la Auditoría encontró que la SS transfirió 88 millones 016.9 mil pesos a las 32 entidades federativas para la vigilancia epidemiológica, pero no sustentó la distribución de estos recursos con base en las necesidades de salud de la población de cada lugar de destino.
Aunado a ello, el Cenaprece distribuyó 352 millones 847 mil 600 pesos para la prevención y control de enfermedades, “y no para la recolección sistemática, continua, oportuna y confiable de la información de las condiciones de salud de la población y sus determinantes, su análisis e interpretación, como lo establece la Norma Oficial Mexicana NOM-017-SSA2-2012, Para la vigilancia epidemiológica. Además, el centro no formalizó la metodología utilizada para la distribución de los subsidios”, detalló la ASF.