Por Alberto F. Mena Mallen
Al pensar sobre el por qué la aprobación del presidente Andrés Manuel López Obrador continúa alta entre los mexicanos, me respondí en el sentido de que, sí han habido algunos cambios que han ayudado a los mexicanos, como por ejemplo el incremento del salario mínimo del 16 por ciento en 2019 y del 20 por ciento en el 2020, algo que en la historia del país no había sucedido de esta manera.
Ello aunado a los apoyos económicos que se entregan a diferentes sectores sociales como los adultos mayores, a los llamados “ninis” o jovenes que no trabajan ni estudian, programa llamado Jóvenes Construyendo el Futuro, a mexicanos que apoyan al campo, a personas hasta los 29 años con discapacidad, el apoyo para el bienestar de las niñas y niños hijos de madres trabajadoras, entre muchos otros más.
Tal vez, aunque no lo haya dicho, estos apoyos lo que pretenden es reactivar la economía de las regiones que están deprimidas por falta de una economía dinámica, comparada con la que existe en el norte de México, donde su gente es emprendedora por nacimiento y donde el desarrollo se presenta sin problema alguno.
Además, las giras constantes que realiza a todo el territorio nacional, donde el jefe del ejecutivo se entera de primera mano, cuáles problemas enfrentan en muchas localidades y para tener un listado de ellos y de cómo puede apoyarlos en sus soluciones. Algo que ningún otro presidente de la República ha hecho.
Su pretensión de crear el Tren Maya, la refinerìa Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía, es para buscar el desarrollo primero de la zona sur y sureste del país, que cuenta con muchas riquezas de todo tipo y que pueden ser explotadas de una manera sustentable y ecològica y que ayudará, sin duda para beneficio de las personas que ahí habitan.
Hay quienes han dicho que el desarrollo no viene solo, sino que también trae aparejado aspectos negativos que acompañan siempre los grandes proyectos tal y como ha sucedido con obras como el tren México-Toluca, que modifican la geografìa de la ruta, pero que traerá muchos beneficios para miles de mexicanos, ya que quienes tienen necesidad de viajar entre ambas poblaciones tendràn ahorros de tiempo y dinero utilizando ese medio de transporte, además de la comodidad.
Asi como hay aspectos que agradan a muchos mexicanos, -como los señalados anteriormente-, también hay otros que no son aceptados por todos como lo que sucede con el manejo de la pandemia, ya que se ha logrado ser el tercer país con más fallecimientos en el mundo –y vamos por el segundo sitio-, e igualmente México es la nación con la mayor tasa de letalidad por Covid-19 de acuerdo a un estudio de la universidad Johns-Hopkins. La diferencia con el resto de las naciones es abismal.
El presidente, y el gobierno mismo, han insistido y subrayado que este mal que aqueja al mundo y a México, particularmente a nosotros “ya vamos de gane” y que “ya se ve una luz al fondo del túnel”, lo que contrasta con la realidad donde las cifras reales y no otros datos nos muestran los hechos.
Ahora que se presenta la lucha política -la más reñida de la historia-, por más de 2 mil puestos de elección popular, entre ellas las posiciones de la Cámara de Diputados, en las elecciones del próximo 6 de junio, con el fin de que Morena mantenga la mayoría y la oposición quiera quitarsela, vemos, incluso hasta con risa, el hecho de que los partidos minoritarios utilizan en sus mensajes a sus agremiados, argumentos que no tienen soporte ante las circunstancias que vivieron en sexenios pasados y que quieran combatir con ellos, lo que les impedirá ganar una mayoría con amplitud.
Incluso, Morena usa elementos que tampoco son fuertes ya que se han enfrascado en atacar a la oposición con su comportamiento anterior, en lugar de buscar elementos que le ayude a concientizar a los electores de lo positivo que se ha hecho con algunas decisiones presidenciales. Han rebajado la lucha política.
Y más cuando la oposición y el grupo en el poder vuelven a caer en las mismas prácticas en la selección de candidatos, donde se ven nombres de familiares de viejos políticos que no tienen la conciencia limpia, o de ellos mismos que no cuentan con una imagen que debería de tener un buen político o candidato. Un buen ejemplo es el candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero, quien a pesar de las acusaciones que tiene, va en pos de la titularidad del poder ejecutivo estatal.
No han tomado en cuenta que la popularidad del presidente ronda los 69 por ciento, a pesar de las decisiones no tan adecuadas que ha tomado y que han afectado a miles de ciudadanos. Tampoco han visto que a pesar de todo, López Obrador cuenta con la preferencia de sus seguidores que dan la vida por él, ya que de alguna u otra forma tienen un apoyo que ni el PRI, menos el PAN, cuando fueron gobierno, le han dado a la gente olvidada por décadas.
Es cierto que muchas de las decisiones tomadas por el primer mandatario han sido a la brava y muchas de ellas equivocadas, ya que no son las mejores para estos momentos, como en negarse a utiliza el cubrebocas, como ejemplo para los mexicanos, a pesar de que tuvo Covid y al señalar en “la mañanera” que “ahora no contagio”, muchos lo tomaron como que antes sí lo hacía y tampoco lo utilizó.
Si la oposición no cambia de estrategia y se olvida de definir candidaturas muy gastadas ante la opinión pública y hace propuestas viables y reales, además de que vea la manera de que se cumplirán, será muy complicado ganar la mayoría de la Cámara de Diputados, aunque hay que señalar que cuentan con el fastidio de muchos mexicanos afectados por las decisiones guernamentales en estos dos años de la actual administración.
fermallen@gmail.com