Por Jesús Michel Narváez
Entiendo que las compras consolidadas del Gobierno federal -80 por ciento sin licitación- las realice finalmente la Secretaría de Hacienda, revise los contratos y los pagos de los que firma el secretario de Exteriores, Marcelo Ebrard. El presidente López decidió al inicio de su mandato que no habría oficiales mayores en las dependencias y que el único (aquí sería única) con ese cargo sería la que despachara en la dependencia responsable de los manejos financieros del país.
Entiendo que se defiendan todas y cada una de las adquisiciones aunque se hagan en lo oscurito y sean motivo de protestas por quienes ofertan los artículos y productos que necesita el Gobierno federal para cumplir con sus obligaciones constitucionales –y las no constitucionales-.
Lo que no entiendo es que el titular del ramo, estudiante de doctorado en economía por la Universidad de Nueva York, –no se ha doctorado- Arturo Herrera Gutiérrez salga con una declaración que no es de su conocimiento, aunque se encuentre en su área por ser el jefe de la oficial mayor, Thalía Concepción Lagunes Aragón.
Le pregunto al economista: ¿es usted epidemiólogo, experto en vacunas?
Lo hago porque frente a las críticas por la compra de 24 millones de vacunas Sputnik V, de las cuales había compromiso de una primera entrega de 200 mil dosis –que no se cumplirá-, el maestro Herrera expresó: “nosotros no estamos comprando vacunas de segunda”. Por si fuera inverosímil su respuesta, le hizo un añadido a su declaración: “tiene niveles de eficacia superiores a 94%”.
Extrañamente la comunidad científica internacional sin descalificar la eficacia del antígeno ruso, explica que no hay información suficiente para determinar si funciona o no.
El embajador ruso en México afirmó que la historia de la Sputnik V fue publicada en la prestigiada revista The Lancet, cuya credibilidad en sus publicaciones nadie pone en duda. El problema es que nadie ha leído el dossier del antígeno.
¿Cómo sabe el maestro en economía que la vacuna tiene 94 por ciento de efectividad?
A estas alturas, cualquier declaración con tintes científicos la debe hacer alguien conocimientos del tema, no quien esté cursando los estudios par doctorarse en economía.
En México, sin duda, la comunicación oficial es un desastre. Se deja en manos de ignorantes de temas importantes la información que debe estar sustentada en criterios de los estudiosos de la rama que fuere, pero no permitir que el desconocimiento se exponga como verdad.
Arturo Herrera, pupilo de Carlos Urzúa, su exjefe en Hacienda y su mentor profesional, debe dejar que los contenidos de las adquisiciones las responda el responsable del área correspondiente y no exponerse, como lo hace ahora, hablando de temas que desconoce o apenas si los ha rozado a través de las conferencias del doctor Hugo López, quien no deja de ser el émulo de Cantinflas en el uso del lenguaje.
¿Es Arturo Herrera otro vocero de la pandemia sanitaria? Es pregunta.
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