Por Alfredo Mejía Montoya
“El empleo, no solo es la fuerza laboral básica para obtener el bienestar, sino la fuerza económica generadora del crecimiento y desarrollo del País.”
Ya pasan más de dos años en que México está sumido en una incontrovertible y desafortunada situación de carácter económico y a partir del tercer trimestre del 2020, nos encontramos en una lacerante recesión, que ha llevado al país a una pérdida de importante número de plazas laborales desde el inicio de la presente administración, que se ha agudizado con el bajo crecimiento económico y la pandemia del Virus SARS-CoV2.
A partir del principio del presente régimen, el adelgazamiento de la fuerza laboral burocrática con la engañosa y perversa austeridad republicana, vino el despido justificado o no de cientos y miles de trabajadores al servicio del estado federal, siendo el arranque de una multiplicidad de pérdidas laborales a partir de entonces.
Tal parece que en México se ha perdido la institucional obligación de garantizar que el desarrollo nacional sea integral y sustentable, que fortalezca la Soberanía de la Nación y su régimen democrático y que, mediante la competitividad, el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos, grupos y clases sociales (sic), cuya ordenanza se contempla precisamente en el artículo 25, de nuestra Constitución.
En el caso, fomentar el empleo en todo el territorio nacional, mediante la concurrencia del sector público, el sector social y el sector privado, sin menoscabo de otras formas de actividad económica que contribuyan al desarrollo de la Nación. Con programas y estrategias independientes o consensuadas entre ellos.
Asimismo, la ordenanza constitucional está en que la ley alentará y protegerá la actividad económica que realicen los particulares y proveerá las condiciones para que el desenvolvimiento del sector privado contribuya al desarrollo económico nacional, promoviendo la competitividad e implementando una política nacional para el desarrollo industrial, comercial, de servicios, y el sector primario de producción. En todas estas áreas la rectoría del estado esta como una obligación en nuestra constitución, no como una actitud potestativa, como ha sido hasta el día hoy.
Existen diversas fuentes que miden los empleos tanto los que se crean, como los que se han perdido en México, antes y durante de la pandemia, como el INEGI; el IMSS, agrupaciones civiles en Cámaras y obviamente la de la población en general, que al final de cuentas es la que percibe en qué momento dejaron de tener ingresos y algunos también dejaron de tener empleo.
El acotamiento de las llamadas actividades esenciales y no esenciales, ha sido un bloqueo oficial desde entonces, con la premisa de proteger a la ciudadanía de los contagios del Virus SARS-CoV2, lo cual y en lo único en que se ha traducido es en una completa desigualdad en el tratamiento de dichas actividades, las cuales en su generalidad y amplitud se coartan los derechos de otros a desarrollar la actividad por la cual generan fuentes de empleos. Y qué de seguir así, se está provocando no solo el cierre parcial o temporal de los negocios, sino el cierre total de diversas actividades esenciales en la vida económica del país.
Ejemplos hay, pero el problema en la actividad restaurantera, gimnasios, peluquerías, estéticas, y otros similares es que son neurálgicos para la actividad empresarial del país.
El hecho de que al 20 de enero ya estén abiertos más de once mil puntos de venta en el área restaurantera y similares, es dar la oportunidad a que las micros, pequeñas y medianas empresas no tiendan a desaparecer. Y con ello, sus trabajadores puedan allegarse un empleo e ingresos también.
Crear empleos es abrir establecimientos, locales, fabricas, empresas manufactureras o maquiladoras, de producción de bienes y prestación de servicios, en los que se inviertan recursos para generar riqueza, que depende el destino, cambia su denominación, como serían, las utilidades, dividendos, sueldos, salarios, propinas, etc. Si no se logra esto, es imposible generar riqueza y hacer girar el circulo económico de Inversión-producción-manufactura-venta-consumo-compra-impuestos-ahorro, si esto no sucede así, se rompe el ciclo económico y la distorsión de la economía en general.
Trasciende el comentario, precisamente porque los programas prioritarios a los que se refiere el decreto de 22 de abril de 2020, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 23 siguiente, no cumplen estas reglas, solo habrá consumo, probablemente ahorro si hay disciplina financiera, sin embargo, si las personas no tienen empleo que es lo más probable, lo más seguro es que tampoco haya ahorro.
Programas tales como: Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores; Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad; Sembrando Vida; Programa de apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras; Becas para el Bienestar Benito Juárez; Jóvenes Construyendo el Futuro; Tandas para el Bienestar; Distribución de fertilizantes; Apoyo a los pescadores, regalan dinero en efectivo.
Son precisamente las discordancias del gobierno federal y estatales, con los generadores de riqueza formales, esto es, que cumplen con todas las obligaciones para llevar a cabo su actividad económica. Y tales programas no son empleo de ninguna manera, y si perciben ingresos provenientes de dinero público. Y esa masa monetaria en las calles, tiende a provocar eventos inflacionarios a corto plazo, al no estar soportada en proyectos de inversión.
Y si es así, porque no se ha apoyado a toda la población en esta etapa de pandemia. Los programas de ayuda que han pretendido realizar los diferentes gobiernos, son ineficaces, escasos y sobre todo reflejan una inequidad absoluta.
Las grandes empresas, las medianas y las pequeñas tuvieron qué disminuir su planta laboral, algunas otras redujeron los ingresos del trabajador; los primeros sí quedaron con empleo, pero con menos ingresos los segundos se quedaron sin empleo y sin ingresos y esas plazas laborales, aún no es momento de que hayan sido nuevamente ocupadas formalmente, generando registros en el IMSS como un empleo recuperado o de nueva creación.
Por lo tanto, vamos para un año de la pandemia y casi dos de la crisis económica por la que atraviesa el país, el crecimiento económico no se vislumbra por ningún lado, y esto le corresponde al gobierno federal simplemente ejerciendo el presupuesto en proyectos sustentables de infraestructura en todo el territorio nacional, no como los “programas prioritarios” en donde se regala dinero público y en efectivo, sin ningún recato y transparencia, aparte de los proyectos insignia de dos bocas, aeropuerto y tren maya.
Freedomm
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