Las vacunas contra el coronavirus no servirán para erradicar el COVID-19, sino para reducir la mortalidad y las infecciones graves que terminan en hospitalizaciones, dijo hoy un alto responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La esperanza de que la nueva enfermedad podría desaparecer con la vacuna ha quedado atrás por varios factores, entre ellos la presencia del coronavirus en tantos países, la imposibilidad de aplicar medidas integrales y de largo plazo para contener los contagios y el suministro todavía muy limitado de las vacunas.
El reto es enorme si se considera que la humanidad solo ha conseguido erradicar una enfermedad del planeta: la viruela.
“La cobertura de las vacunas no alcanzarán el punto en el que detendrán la transmisión por completo. Lo más probable es que la enfermedad siga presente por mucho tiempo, a menos que se cumplan las medidas (de prevención) y la cobertura de vacunación que se requeriría”, recalcó el experto en una rueda de prensa.
Advirtió que si algunos grupos quedan fuera de la vacunación, en particular los adultos jóvenes, “entonces tendremos problemas para erradicar esta enfermedad”
Ryan dijo que el objetivo realista debe ser controlar el virus “y no que el virus nos controle a nosotros”.
Para ello la OMS defiende la necesidad de que haya una distribución equitativa de las vacunas disponibles para que estas sean utilizadas en los grupos más expuestos al coronavirus, los sanitarios, las personas mayores y aquellos que sufren de dolencias crónicas, en todos los países y no solo en los que han alcanzado acuerdos directos con las farmacéutica que están produciendo las vacunas.