Por Jesús Michel Narváez
Con el argumento de que México no interfiere en la política y soberanía de otros países, se han cometido señalados yerros observados por la comunidad internacional.
Pero el pez muere por su boca.
Y si bien no es pez sino peje –niega ser lagarto- y confundiendo el Capitolio que alberga a senadores y representantes, el presidente “exhortó” a los legisladores estadounidenses a aprobar la reforma migratoria que plantea proponer al Legislativo el presidente Joe Biden.
Quizá el presidente mexicano cree que tiene “el poder de su firma” para ordenar, aunque disfrace la palabra con exhortar, que se apruebe lo que él quiere.
Considera a los representantes y senadores parte de su mundo. Como tiene el control en San Lázaro y casi lo tiene también en el Senado, supone que allá le harán caso. Y si no lo escuchan, por lo menos ya se dio el lujo de exhortar.
Sorprende que “revele” su “relación” con el demócrata y ventile que en 2012 trató el tema de la migración y que le aseguró que en el segundo periodo de Barack Obama se concretaría la reforma.
En 2012 –no fija fecha- López o andaba en su segunda campaña para ser Presidente de México o ya había sido derrotado y acudió a Washington para quejarse del fraude electoral.
Y surge una enorme duda: ¿por qué lo recibió o habló con Biden si no representaba a nadie?
López Obrador detalló que en 2012, cuando Biden era vicepresidente, trató ese tema con él y que el ahora presidente le aseguró que en el segundo periodo del presidente Obama llevaría a cabo esa reforma. No se realizó y ahora los tiempos no son los propicios, no mientras la pandemia prevalezca. Tiempos políticos, señor presidente.
“Los dos creemos que deben atenderse las causas del fenómeno migratorio. La gente no abandona a sus familias, a sus pueblos, a sus culturas por gusto. Lo hace por necesidad”. Palabras divinas. Surge entonces la pregunta: ¿en México se ha hecho algo para evitar la migración?
Es posible que su mayor enfermedad sea la mitomanía (“el enfermo de mitomanía puede llegar a identificarse con personajes famosos de la historia y creerse uno de ellos”) y por ello se considere un segundo –dirían segundón- Juárez o un Madero. Personajes, sin duda, que pasaron a la historia por defender la soberanía y recuperar la democracia, respectivamente.
El presidente López quiere pasar a la historia –y lo hará pero no como cree él- por haber reformado al Estado Mexicano.
Diría el de enfrente: soñar no cuesta nada…la pesadilla es al despertar.
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