Por Jesús Michel Narváez
Miles de millones que arañan ya el billón de pesos han sido gastados en los llamados programas sociales que tuvieron dos ejes fundamentales: evitar que los jóvenes fueran enganchados por el crimen organizado y el narcotráfico y mejorar los ingresos de quienes por necesidad tienen que emigrar, generalmente de manera ilegal, a Estados Unidos por la falta de empleo y apoyo para avanzar.
Sin embargo, ninguna de las metas se alcanzó. Diríase que el retroceso es mayúsculo y por ello son más nacionales que se van a “chambear” a Estados Unidos ante la carencia de una forma lícita de obtener recursos y mantener a sus familias.
De ninguna manera se puede o debe celebrar el “récord” de remesas. Por el contrario, habría que cubrirse la cara para no mostrar la vergüenza.
Porque no es otra cosa: los que se van lo hacen porque en su país no encuentran oportunidades. Porque aunque sea lavando platos –o como diría el ínclito de Guanajuato, por conocido no por ilustre: los mexicanos hacen los trabajos que ni los negros quieren realizar (dixit Vicente Fox)- saben que podrán sacar adelante a sus familias, conservar sus áridos pero propio terrenos y hasta casarse con una “gringa” rubia, de ojos azules y con fortuna.
Indigna que el presidente de la República “festeje” los casi 900 mil millones de pesos enviados, con corte a noviembre, por los cerca de 12 millones de connacionales que decidieron partir no por gusto sino por necesidad.
“Esto significa en México más de 900 mil millones de pesos, es la principal fuente de ingresos de nuestro país. Significa una derrama económica importantísima, por eso no se nos cayó el consumo”, afirma el hombre que se cruza la banda presidencial al revés.
Tendría que reconocer que “esto significa” que su gobierno, como muchos otros pero marcadamente el suyo, han sido incapaces de generar riqueza nacional para que las familias dejen de ser disfuncionales y terminen en divorcios. Y su negativa para apoyar a las empresas micro, pequeñas, medianas y grandes por la crisis sanitaria que provocó la económica, es el resultado de que más mexicanos emigren y lo hagan feliz con las remesas.
Aprovechar el púlpito presidencial para “presumir” la fortaleza de los “héroes anónimos” que “están salvando la economía” es algo que carece de progenitora. Seguramente la 4t es huérfana.
Es cinismo, maniqueísmo, manipulación y desvergüenza no admitir que las remesas aumentaron exponencialmente a partir del gobierno que encabeza López. Es la prueba más palpable de que el país va por mal camino, empedrado, con hoyancos, socavones y derrumbes y que las oportunidades ofrecidas solamente responden a destruir lo construido para imponer una política de empobrecimiento generalizado.
¿Cuáles han sido los resultados de los miles de millones de pesos “invertidos” en Jóvenes Emprendiendo el Futuro, Sembrando Vida, los Becarios?
Son acciones populistas para quedarse en el poder. Los migrantes están pagando los caprichos presidenciales: Tren Maya, Dos Bocas, Aeropuerto Felipe Ángeles. Y evitando que la economía colapse. ¡Qué manera de gobernar y de tener la cara dura!
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